Esta es la segunda parte de la entrevista de Salama Kayleh
en el canal Orient el 1 de junio de 2012. Las preguntas, al igual que en la
primera, han sido reformuladas, pero las respuestas son literales. Solo
se ha omitido una pregunta demasiado personal que nada aporta al tema.
¿Cómo usted que es marxista y cristiano coincide con la solución a esta situación que proponen los islamistas?
En primer lugar, yo no me defino como cristiano, sino como
marxista, por lo que la religión queda en un segundo plano y no es un tema
principal.
En segundo lugar, no coincido con los islamistas en sus
soluciones en absoluto y he intentado dejarlo claro en muchos de los artículos
que he escrito.
A fin de cuentas, los islamistas quieren un Estado islámico
y está claro por ejemplo ahora en Egipto, donde han vuelo a proponer la idea
del Califato islámico, y yo quiero un Estado civil, moderno y laico.
Los islamistas hablan de un gobierno justo e íntegro en
el terreno económico, o sea, de una reforma económica…
No, claro que no, porque los islamistas, como vemos hoy en
Egipto y Túnez, no discrepan con el modelo económico instaurado por Hosni
Mubarak y Ben Ali. Ellos están a favor de la economía liberal y el principio
general que queda claro en su visión económica es que están a favor del derecho
a la propiedad privada. Además consideran que la base de la economía es el
comercio y eso no es más que un resumen de la historia islámica, que se
materializó al final del Estado abasí y
que fundó posteriormente el islam suní por medio de un texto que de Al-Gazali (Algazel)
sobre la base de un dicho del Profeta: “En el comercio hay muchas ganancias”.
Por eso, la base económica de los Hermanos Musulmanes la encuentras en el
comercio y los bancos, entrelazados con el capital petrolero del Golfo. Por eso
no quieren cambiar de ninguna de las maneras el modelo económico y recurren a
las actividades benéficas como compensación para los pobres.
Lo que yo quiero es un sistema económico radicalmente
distinto, en el que el Estado juegue un papel principal, porque solo él puede
construir una industria verdadera que desarrolle la producción y asimile a un
amplio sector de los trabajadores, con un verdadero interés en el desarrollo de
la agricultura para lograr la autosuficiencia en la producción. Así, se podrá
reconstruir la sociedad sobre estas dos bases, que en la práctica asimilan a
los trabajadores, y aseguran el continuo acceso de los jóvenes al mercado de
trabajo. También podrá edificar la enseñanza de forma que sirva al desarrollo económico
y social.
Ese es el modelo que creo que puede suponer un salto en
nuestra sociedad y es el único modelo que puede construir una economía real.
Tal vez haya entre los espectadores quien piense que la
izquierda ya la han probado durante años…
Sí, y hay que tener en cuenta que cuando hablamos de la
experiencia socialista, está claro que el socialismo ha terminado, pero el que
estudia la situación de Rusia o del resto de países socialistas antes del
socialismo y después verá que se ha producido un gran salto en estas
sociedades. Rusia hoy no es la Rusia de la Edad Media, hoy es un Estado
industrial y moderno, el nivel de educación es alto en gran medida y hay un
verdadero tejido social, lo que significa que es un verdadero Estado.
Pero eso pasó en Europa sin la revolución comunista…
Sí, lo sé, pero lo que vino después, lo posterior a la
victoria del capitalismo y su dominio internacional, ha hecho imposible el
transformar a las sociedades con un modelo retrasado, agrario en sociedades modernas,
excepto por medio de otras experiencias diferentes. El capitalismo ha cerrado
el camino al desarrollo del resto de países hacia el modelo capitalista. Por
eso, se ha producido un nuevo tipo de desarrollo, que estaba en la experiencia
socialismo. En este sentido, sí, el socialismo ha terminado, pero después de lograr
lo que el capitalismo logró en Europa. China hoy está convirtiéndose en una
gran potencia y era un Estado agrario retrasado, y eso ha sido en el marco del
socialismo.
¿Qué problema tiene con al-‘Ar’ur (Sheij que reside en
Arabia Saudí y que es conocido por sus comentarios incendiarios)?
No tengo ningún problema, no lo conozco y no había oído
hablar de él antes y de hecho creo que la mayoría del pueblo sirio no había
oído hablar de él antes de la revolución. Solo habían oído hablar de él
aquellos a los que los aparatos de seguridad sirios había pedido que escucharan
el canal Al-Wisal (donde trabaja); es decir, las minorías, para asustarlas con
una revolución “suní”. Hemos oído hablar de Al-‘Ar’ur a las minorías y creo que
incluso los suníes habían oído hablar de él a través de las minorías.
Al-‘Ar’ur es un aparato mediático sectario apoyado por
Arabia Saudí o creado por ella para enfrentarse a los chiíes en el marco de la
lucha sectaria suní-chií y solo se le usaba en este contexto.
Cuando comenzó la revolución en Siria, como Arabia Saudí
estaba en contra de la revolución, y de las revoluciones en general, emitió una
fatwa que consideraba pecado (haram) la revolución en Siria. Pero
después entró en el juego para fundamentar el discurso sectario, el discurso de
las autoridades sirias, que acusan a la revolución de ser una revolución
sectaria. Todo el que repasa las fatwas de Al-‘Ar’ur descubre que tiene un
discurso sectario y que cuando destaca y aparece como si él expresara la revolución,
la revolución se convierte en sectaria, especialmente porque todos los datos se
están tomando de los medios. Quien sigue los medios, se pierde en un laberinto
que dice que la revolución siria es sectaria.
El discurso del régimen dice eso y el discurso de Al-‘Ar’ur y algunas partes de
la oposición dicen lo mismo. Por tanto, piensa que lo que sucede sobre el
terreno es eso, cuando en realidad no es nada ni siquiera parecido.
Hay muchas lecturas sobre la escena siria…
Hay muchas lecturas sobre la escena siria…
Sí, claro hay muchas y no pretendo que la mía sea la lectura
absoluta, pero parto del principio de la extensión de la influencia de
cualquier persona o de cualquier partido en la oposición sobre la propia revolución.
Por eso critico algunos aspectos que retrasaban la expansión y la victoria de
la revolución porque hablaban en el marco de una lógica perjudicial y
atemorizante por eso mi opinión sobre el Ar’ur al que no coocía antes de la
revolución.
Pero la izquierda, ¿qué ha hecho?
El problema es que la izquierda estaba fragmentada y débil ,
por tanto no puedo decir que haya un partido de izquierdas, pero creo que quien
estudia a los activistas que jugaron un papel en la primera etapa y lo han
seguido jugando después, ve que conformaban una base. Hay muchos más de
izquierdas que islamistas. Muchos han muerto y, claro está, se movilizan como
individuos y no como partidos. Incluso los partidos del poder, los partidos comunistas
ligados al poder, han perdido parte de sus bases, que los abandonaron y se
metieron en la revolución. Por eso, en todas partes ves a jóvenes izquierdistas
que juegan un papel. No digo que sean los dominantes, porque está claro que no:
la base son las personas sencillas que no saben de política ni se han metido en
ella. Pero como activistas de izquierda tenía una conciencia política que
utilizaron para jugar un papel. Por ello fueron reprimidos duramente desde el
principio. Por ejemplo, las coordinadoras de los barrios de Damasco, que eran
de la izquierda y los demócratas, han sido fuertemente reprimidas. Fueron
detenidos una primera vez y ahora una segunda y por eso no han vuelto a
conformar las coordinadoras de los barrios de Damasco.
¿Cómo valora el trabajo de la oposición política dentro y
fuera?
Está la revolución siria y por otro lado, está la oposición.
Debe quedar claro que hay dos niveles diferentes y debe comprenderse, porque
muchos atribuyen a la revolución lo que dice la oposición. Esta claro que la
revolución se expande, que es fuerte, que los jóvenes siguen insistiendo en el
cambio y que así seguirán hasta que este cambio suceda. Y no tengo dudas sobre
eso porque las cosas van hacia el debilitamiento del poder y su muerte.
La oposición por desgracia partía de dos principios erróneos
desde la raíz. El primero es que son élites sin contacto con la gente y no
piensan en ella. Por eso creen que la población está sometida al partido Baaz, que
ha logrado amoldarlos y por tanto, no pueden movilizarse. El segundo principio
es que las autoridades sirias son fuertes hasta el punto de que no podemos
derrocarlas. Por eso, partiendo de este principio, la oposición se ha dividido
en torno a un punto único: ¿lo derrocamos por medio de una intervención extranjera,
que es lo que define la estrategia básica de la oposición exterior, y que
también piensan algunos sectores del interior, como parte de la Declaración de
Damasco, o, como dice la oposición del interior, mientras no haya fuerza para
derrocar al régimen, la línea de diálogo debe permanecer abierta para llegar a
una etapa de transición mediante un entendimiento con las propias autoridades?
Esto claramente es negativo: el primer grupo asusta a algunos sectores de la sociedad
partiendo especialmente de lo que sucedió en Iraq. Por ejemplo los cristianos
en Siria tienen miedo porque ya conocen la experiencia de los cristianos en
Iraq. Incluso sectores no cristianos, verdaderamente nacionalistas, se oponen a
toda intervención exterior porque ya han visto cómo se destruyó Iraq. Esto
atemorizaba al interior y retrasó la expansión de la revolución. Al contrario,
empujó a estos sectores a ponerse de parte en el poder aunque no fuera por
convencimiento.
Por otra parte, también la oposición ha comenzado a hablar
según una lógica sectaria y ha considerado de forma natural que la revolución
es suní, reforzando así el discurso de las minorías y el discurso del poder que
quería atemorizar a esas minorías.
¿Y cuál es la solución? ¿Cuál es la visión alternativa?
No es que haya una visión alternativa, lo que hay que hacer
es comprender la realidad. El problema de todos estos análisis es que no ven la
realidad, no han analizado la realidad. Por ejemplo, el hablar de una
intervención extranjera… Estaba claro desde el principio que el mundo no
intervendría en Siria porque la situación internacional ha cambiado: EEUU ya no
es el EEUU de 2000, ahora ha retrocedido y la OTAN es muy débil como para
intervenir en Siria. Rusia ahora ha comenzado a progresar explotando el
retroceso de EEUU y apoya el régimen en Siria. Por tanto, no hay posibilidad de
una intervención extranjera y el hablar de ello ha perjudicado al interior más
que cualquier otra cosa.
Por otro lado, lo que debe verse es que el cambio en Siria
será parecido al cambio en Egipto y Túnez de un modo u otro, en el sentido de
que al no haber una fuerza política que guíe la calle y que proponga una estrategia
para un cambio real que sepa dónde comienza y dónde termina, la otra opción
sería la intervención, como sucedió en Libia, pero hemos dicho que eso no está
sobre la mesa. En consecuencia queda la otra opción; es decir, que la fuerza de
la calle y la continuación de la lucha lleve necesariamente al debilitamiento y
desintegración del régimen. El poder no puede mantenerse en el marco de una población
que está determinada a continuar en su lucha como se está viendo en los último
tiempos claramente: hay una crisis económica que vive el régimen y que ha aumentado
la caída de la libra, hay una crisis económica general que ha llevado a una
ingente subida de precios y ha obligado a otros sectores sociales a entrar en
la revolución. Popularmente también, el régimen ha perdido incluso el apoyo de
los sectores principales que lo apoyaban de forma absoluta: algunos
comerciantes, los sectores burgueses que se beneficiaban del régimen…
¿Qué piensa Israel del mantenimiento o desaparición de
este régimen?
Creo que el Estado sionista ha variado. Al principio no
quería que cayera, algo que aparecía en muchos análisis israelíes, pero no
tienen inconveniente en que se debilite la situación en Siria y creo que esto
es como lo ven EEUU e Israel, y no solo Israel, que juegan un papel en los
medios que busca que se alargue el conflicto.
¿Por qué Israel no quiere que caiga? ¿Cómo ve el papel d
los Asad en la cuestión palestina?
En muchos aspectos ha sido negativo y nada positivo. En
Líbano se sabe cuál fue su papel en 1976, cuando entró para atacar a la
resistencia y el Movimiento Nacional Libanés dominando los movimientos
palestinos e intentando acabar con ellos, pero Israel está tranquilo porque los
Altos del Golán permanecen silenciosos y sin movimiento. El régimen dice que el
enfrentamiento es su elección estratégica, pero no piensa en una guerra. Por
eso su apoyo a Hezbollah provoca las dudas de Israel.
Sin embargo, tras la invasión de Iraq hubo un intento
estadounidense de cambiar el régimen, no voy a negarlo, pero fracasó. Fue justo
tras el asesinato de Hariri. Implicar al régimen sirio en el asesinato de
Hariri iba dirigido a atacar política y mediáticamente al régimen, hacer dudar
al edificio del poder y después provocar un golpe interno que llevase a la toma
del poder por partes más cercanas a EEUU que instaurasen un sistema confesional
como sucedió en Iraq. Esa era la lógica estadounidense y escribí sobre ello en
su momento, pero esto, tras 2008 y la crisis económica internacional y el
comienzo de la regresión estadounidense ya no es así: EEUU ya no tiene
capacidad para ello. Ahora, claramente a EEUU e Israel les interesa que el
régimen se debilite y que el país se debilite y se desplome. Eso es lo que puedo
decir de la postura de Israel, pero que Israel quiere la caída del régimen… ¿en beneficio de quién sería?
Saben que cualquier cambio en Siria vendrá de dentro del
régimen y por tanto traerá a personas parecidas.
¿Qué les dice a las personas que le estaban torturando
hace unos días?
Que pienso defender sus intereses como los del resto del
pueblo sirio. Por ejemplo, hubo una paradoja en el hospital: el que me estaba torturando
en ese momento, un día antes de trasladarme, me preguntaba “¿qué es lo que
pides?” Y le dije que ese pueblo es bueno, que quiero que sus sueldos mejoren y
que su situación mejore, además, por supuesto, de la democracia. Al mismo
tiempo hablaba de cómo él no podía vivir, cómo su sueldo no bastaba para vivir,
cómo había una diferencia de clase muy importante entre él, el empobrecido, y los altos responsables. Ahí está la paradoja:
ese al que yo defendía era el mismo que me estaba torturando.
(Aquí se le pregunta por un amigo en una pregunta que
carece de interés)
¿Qué les dice a los palestinos en Siria?
Los palestinos en su mayoría están participando en la
revolución, no creo que haya un solo joven palestino desde Daraa pasando por
todos los campamentos, incluidos los de Damasco que no esté participando,
porque se consideran parte de Siria aunque sean palestinos y refugiados.
Considero que es un papel natural y conozco a muchos de ellos.
En la publicación que supuso su detención, está escrito:
Para liberar palestina hay que derrocar este régimen.
No solo este sino todos los regímenes árabes porque los
últimos años han conformado un régimen árabe sumiso totalmente al imperialismo
y, por tanto, se había impuesto una hegemonía israelí sobre la zona. Ahora
estas revoluciones llevan consigo un verdadero sentimiento nacional de pueblos
que han visto con claridad que los regímenes que los han aplastado, expoliado y
robado son dependientes del imperialismo y del Estado sionista. Y por eso es
lógico que este cambio sea la inauguración de un enfrentamiento real con el Estado
sionista y con el imperialismo estadounidense. Así, es natural que sea
necesario el derrocamiento del régimen sirio, que protege los Altos del Golán y
ha creado una resistencia a su modo, que guarda sus intereses y que piense en
los intereses más que en una lucha real, porque la base no es realmente
nacionalista. Además, los que gobierna ahora son una clase mafiosa que quiere
entenderse con el imperialismo estadounidense, algo que han intentado hacer
durante los últimos años, hasta el punto de que se ha pedido la mediación del
Estado sionista para entenderse. En declaraciones israelíes se decía que habían
pedido a los sirios reabrir el diálogo y las negociaciones con EEUU, pero que EEUU
lo había impedido. En consecuencia, esa clase gobernante es como Husni Mubarak
o Ben ali, a pesar de las diferencias formales que no se han solucionado. Es
por ello por lo que el cambio de régimen en Siria es la base para reconfigurar
lo que antes se llamaba el Frente Oriental porque Siria ocupa la posición central
de este frente. Que Siria se convierta en un Estado democrático nacional de
verdad que represente a las clases populares abrirá los horizontes para un
cambio en toda la zona. Necesariamente llevará también a una lucha con el
Estado sionista y con el imperialismo de EEUU.
¿Cree que la revolución triunfará?
Estoy seguro de que triunfará porque la determinación de la
calle es fuerte hasta el punto de que impondrá el cambio de régimen. Por
supuesto, las revoluciones en nuestros países no son fáciles, no lograran
realizar los objetivos en el primer cambio porque la caída del movimiento político
y, por consiguiente, la debilidad política de la calle, además de la fuerza
dictatorial de los regímenes hará que la victoria venga por etapas. La primera tendrá
lugar y provocará una situación en la
que se permita una verdadera lucha democrática que lleve a la reconstrucción de
los partidos, la acción política, la cultura y el pensamiento, empujando a una
segunda etapa que provoque a un cambio más profundo. Es algo que tengo claro y de
lo que no dudo en absoluto.
Felicito a Salama Kayleh por tener la honestidad de reconocerse como marxista ateo, y no usar el término cristiano sin serlo, como los cobardes de Elías Khouri, Hanan Asharawi, Azmi Bishara y Edward Saíd.
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