Blog dedicado a publicar traducciones al español de textos, vídeos e imágenes en árabe sobre la revolución siria.

El objetivo es dar a conocer al público hispanohablante al menos una parte del tan abundante material publicado en prensa y redes sociales sobre lo que actualmente acontece en Siria. Por lo tanto, se acepta y agradece enormemente la difusión y uso de su contenido siempre y cuando se cite la fuente.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Homs, contigo hasta la muerte

Tras el paso de la delegación de la Liga Árabe por la ciudad de Homs en la que no han visto "nada que se salga de lo normal" mientras seguían sumándose las víctimas, la ciudad de Homs, en el centro de Siria, sigue siendo el corazón de la revolución a cuyo ritmo laten el resto de ciudades en un gesto de solidaridad. Especialmente castigado está siendo el barrio de Baba Amro, cercado desde hace meses y con al que el resto de barrios de la ciudad han expresado su apoyo.

A continuación podemos ver unos carteles que demuestran que la división social de la que habla el régimen y la potencial desintegración del Estado con la que amenaza no hacen estragos en la unidad nacional de los sirios, que llevan meses repitiendo: "Uno, uno, uno, el pueblo sirio es uno".

 
Al-Hawla (Homs): "Matadnos a nosotros en vez de a Baba Amro"

Hama: "Bombardeadnos a nosotros con los aviones y dejad a Baba Amro"

Amuda (Homs): "Si no fuera un homsí, desearía serlo"

jueves, 29 de diciembre de 2011

Testamento

Texto original: Kebreet

Autor: Ala'a Homse (desde Homs)

Fecha: 27/12/2011

A diferencia del testamento de Ghiath Matar, que se conoció tras su muerte, Ala'a publica el suyo aún vivo, para difundir su mensaje.


Buenos días de sol y libertad, querida patria.

Este es mi testamento, una serie de mensajes. Tal vez lo detengan conmigo, quizá se queme junto a mí o sea enterrado a mi lado, pero mi voz no desaparecerá.

A mi querida patria, a Siria, le digo:
Aquí estoy ahora bajo tu suelo manchado con mi sangre solo porque grité: "Te quiero libre, querida patria mía". No te pongas triste, no te faltará ni una voz que grite por tu libertad porque el eco de la libertad no deja de oírse nunca. Ese eco ilumina el camino de los revolucionarios, enfada a los silenciosos y quema y atormenta a los opresores.

A mi asesino le digo:
Enhorabuena, hermano de patria, enhorabuena.
Te saludo y te entrego dos granos de trigo y una rosa. Puedes no devolverme el saludo, pero por favor, siembra estas dos semillas. Tal vez un día se conviertan en trigo, un trigo que recolecte tu hermano y se lo lleve al mío para que juntos hagan un pan del que coman mi hijo y tu hijo en la misma mesa. La rosa plántala en tu jardín y recuerda regarla cada día antes de coger tu fusil para ir a matar al resto de mis hermanos. Tal vez a tu hijo, al crecer, le guste una chica, se la regale y terminen casándose. Tal vez esa chica sea mi hija y nuestro nieto tendrá así un abuelo asesino y otro asesinado. Enhorabuena porque me has matado por una persona o por unas cuantas. Enhorabuena porque he muerto por mi patria.

A mi madre le digo:
Cuando lleguen conmigo cubierto de sangre, no me laves la cara, pues este es el barro en el que jugaba antes y estas heridas son como las que me hacía cuando aprendía a montar en bicicleta, solo que ahora estaba aprendiendo a subir montañas. No te enfades y no llores, sé fuerte como eres siempre. Alégrate y haz albórbolas porque hoy es mi boda y este ataúd es el trono nupcial. Me casaré con la tierra, madre, y tendré para ti una pequeña niña que se llamará Libertad, con la que mi hermano pequeño paseará siempre con la cabeza y la frente bien altas.

A mis amigos os digo:
Os echaré de menos, pero no vengáis a verme, os pasaré a ver en otro momento para proteger los edificios que construyáis, para proteger los campos que sembréis y para leer los libros que escribáis. Cuando terminéis, os esperaré en el Golán para que juntos comamos las manzanas con las que soñamos. Que ninguno esté triste: moriremos todos y Siria se mantendrá. Sueño con una Siria libre, un paraíso para todos, una patria de libertad, paz y amor, una tierra que no acepta dictadores y un pueblo con la frente tan alta que acaricia el cielo. 

Vivid y viva Siria libre.

Feliz Mártir Nuevo


Texto original: Kebreet

Autor: Delair Youssef

Fecha: 28/12/2011

 Khaled Arifa: "Mártir tras mártir"

Una observación para los que se mantienen silenciosos:

Cada día en Siria se celebra una nueva fiesta, una fiesta por la libertad y por los mártires, y no una fiesta por los esclavos. Decenas de héroes nos dejan con sus cuerpos cada día y en las pantallas de televisión sólo vemos números. No somos números, somos un proyecto de vida. Lo hemos repetido hasta la saciedad y lo seguiremos repitiendo: No somos números. Nuestros muertos viven, han muerto para que viva en nosotros la patria, y no por amor a la muerte.

Si vuelves atrás en la historia, verás que cada revolución tiene su símbolo, su mártir; y si sigues los acontecimientos en Siria, verás que cada mártir tiene su revolución, porque en siria hay revoluciones y no una única revolución. ¿A cuántos símbolos y a cuántos faros han dado lugar nuestrso mártires? Desde Hamza al-Jatib hasta Hallah al-Munyid, pasando por Al-Qashush, Hadi al-Yundi Ghiath Matar, Ibrahim Uthman y cinco mil víctimas más, todos ellos son llamas que iluminan nuestras noches oscuras.

¿Cómo puedes, al ver las noticias, contarlos? ¿Cuentas sus cuerpos? ¿Son meros números? ¿Cómo puedes verlos a ellos tus hermanos morir? ¿Por qué no participas con tu sangre en el riego de esta tierra? ¿Es que por tus venas y sus venas no corre la misma sangre? ¿Tienes miedo? ¿De qué? ¿De quién? Esos mártires, ¿acaso no tenían madres y hermanas que los lloraran? ¿No tenían esposas ni hijos a los que hacer confidencias cada noche? ¿Te crees mejor que ellos? ¿No somos todos hijos de Adán y Adán del barro?

Despierta, hermano, y abre los ojos. El sol ha sido robado y la oscuridad ha desaparecido. Lo que ves no es más que la niebla que pronto se disipará. No pierdas la oportunidad y ven, hijo de tu futuro, conmigo. Pon tu mano sobre mi mano y no seas cómplice de mi asesinato.

Soy tu hermano, ¿no lo recuerdas? ¿No recuerdas ya las veladas con la víctima y los vasos de té que os bebisteis juntos? ¿Cómo puedes olvidar a tus hermanos?

Te lo ruego. Levántate y no me mates.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Los fascistas sirios y su lucha contra el vulgo

Texto original: Al-Hayat

Autor: Yassin Al-Hajj Saleh

Fecha. 25/12/2011



Quienes son asesinados en Siria hoy y desde hace nueve meses son parte del vulgo, los más pobres y desprotegidos. Eso es lo que les une a pesar de las diferencias. Por su parte, quienes dan las órdenes de matar y planean acabar con la rebeldía de los pobres son los ricos, los que disfrutan de prerrogativas y los que están armados hasta los dientes. Eso es lo que los une y los mueve en el proyecto del genocidio de los súbditos rebeldes.

Los ricos se valen para matar, en muchas ocasiones, de pobres, sobre todo los shabbiha, que asesinan a otros pobres como ellos e incluso matan a sus semejantes en algunas ocasiones. Lo que está claro es que entre los muertos no hay ricos acomodados, porque a ellos los protegen sus armas de calidad superior, sus enormes riquezas, un muro de pobres que se sacrifican “en cuerpo y alma” y su dominio del Estado. Por el contrario, nada protege al resto de la población en Siria: ni jueces, ni armas, ni dinero, ni la ética de unos gobernantes que carecen de ella. No les queda más que su solidaridad para consigo mismos, algo que han demostrado con creces, y no tienen más que a Dios, a quien solicitarle asilo político supone un verdadero desahogo.

Sin embargo,  la violencia que escapa a todo raciocinio no es lo único que han utilizado la banda de ricos gobernantes contra el vulgo, sino que se han afanado también en expandir el odio. Todo el que ha seguido la situación de cerca ha visto terribles ejemplos de ello, tales como el pisoteo de aldeanos indefensos, el pataleo con las botas militares de la cabeza de un hombre anciano, formas horribles de tortura, humillaciones como las que describía el informe de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU hace unos meses, entre las que se encuentra la violación de niños (en un caso, al menos, ello sucedió bajo la mirada del padre y en otro caso, se castigó a tres asesinos de los servicios secretos por violar a un niño de 11 años). También están los cigarros apagados en los traseros de los detenidos, el apaleamiento de cuerpos desnudos y la frase “No hay más dios que Bashar y su hermano” que los supuestos enemigos son obligados a repetir. Esto último es una expresión que va más allá del odio y supone la decapitación moral de quien debe repetirla.

El mismo propósito tiene la dedicación que han mostrado los medios oficiales, públicos e “independientes” durante nueve meses incitando contra la revolución, difundiendo historias falsas y movilizando a los partidarios del régimen en contra de los revolucionarios, contra los que (considerados gentuza, escoria, ignorantes, retrasados, extremistas y salafistas) se les han infundido el odio y la ira. Además, se ha reducido enormemente la censura contra los comentarios de corte sectario en los medios financiados por los sirios en conjunto.

El objetivo de estas campañas de siembra del odio es mantener los límites morales y éticos que protegen la vida del conjunto de los manifestantes y de su ambiente social, y por ende, facilitar la misión de asesinarlos. La vida de la gentuza, los extremistas y los ignorantes no importa, o al menos tiene menos valor que la de los notables “abiertos” e “intelectuales” que gobiernan y reinan el país, además de representarlo. Lo que aumenta la separación entre unos y otros es que  los segundos son la materialización pura del nacionalismo, algo que está incluso por encima del hecho de que gozan de una sabiduría inusual, un genio inaudito y una perfección incomparable. Así, lo justo y correcto es protegerlos matando a la gentuza y los ignorantes que se rebelan contra ellos.

Quizá el concepto adecuado para englobar los distintos fenómenos de asesinato de los más pobres y desprotegidos y de las campañas de siembra del odio que llevan a cabo los ricos bribones armados contra amplios sectores de la población sea el fascismo, con la connotación que el término tenía en los setenta y los ochenta del siglo pasado en América Latina. El fascismo es una forma de ejercicio del poder, dirigido a proteger a los grandes propietarios y beneficiarios de prerrogativas mediante el trato salvaje e inhumano de los débiles, y mediante una ilimitada matanza, detención y tortura de activistas políticos. Países como Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y El Salvador han conocido este tipo de gobiernos asesinos, pero el fascismo sirio tiene unas características que lo diferencian de los fascismos de América Latina.

En primer lugar, estos países fueron apoyados por EEUU y estuvieron inmersos en la lógica de la guerra fría, destacando por la extrema violencia empleada contra los izquierdistas y los que eran considerados agentes del comunismo. El fascismo sirio no está dentro de esa lógica y sus campañas en las que se acusa de traición (a los “enemigos de la patria”) y en las que se incita a unos contra otros insertan a los opositores al régimen en una gran conspiración internacional dirigida por EEUU. Para ello, el régimen se apoya en la histeria implantada en la cultura y la psicología árabes frente a Occidente, pero a fuerza de alimentarla, la ha convertido en una paranoia, facilitando el aislamiento de sus gobernados del mundo y presentando una realidad que poco tiene que ver con lo que pasa en el exterior.

En segundo lugar, el contenido clasista del fascismo árabe se mezcla con la dimensión sectaria, y mientras se utilizan expresiones como extremistas, ignorantes, retrasados y salafistas, se exageran las diferencias de clase. Ello está relacionado con un odio que roza el racismo contra los sectores de la sociedad desposeídos y desprotegidos, que viven exclusivamente de su trabajo y habitan en los suburbios y barrios decadentes. La ideología de la modernidad juega aquí un papel importante en la potenciación de la ambigüedad entre lo sectario y lo clasista, dando una justificación “moderna” a la diferenciación entre clases. Lo importante es que la ideología modernizadora va dirigida a combatir “el fundamentalismo” y “la opresión” de los islamistas, mientras el despotismo, la corrupción y el sectarismo no ven la viga en el ojo propio. Esto hace de la modernidad una ideología extremadamente adecuada para los objetivos del fascismo sirio y los que siguen sus postulados. De hecho, es aún más adecuada si cabe, porque las cuestiones morales de la libertad, la justicia, la igualdad y la dignidad humana le son desconocidas.

En tercer lugar, tal vez el fascismo sirio se diferencie hoy de los fascismos latinoamericanos en el hecho de que los ricos y beneficiarios de prerrogativas deben sus riquezas y su posición prácticamente en exclusiva “al régimen”, pues no son propietarios tradicionales ni fabricantes relacionados con empresas multinacionales. Por ello, su peso intrínseco es nulo sin el régimen, un régimen al que están inexorablemente unidos. Aunque los grandes propietarios agrícolas e industriales puedan estar relacionados con los mercados internacionales, esos no son más que la base sui generis de los fascismos de América Latina porque la base específica del fascismo sirio es el propio régimen, es decir el núcleo político y securitario que dirige el aparato de la muerte hoy y cuya “base material” es el dominio “de la soberanía del pueblo”.

En otras palabras, la base de nuestro fascismo es “el poder” (seguido de la riqueza), mientras que en América Latina, su base es “la riqueza” (seguida del poder). Y tal vez nuestra revolución vaya en primera instancia contra la forma de ejercer dicho poder conformándose simplemente con decir “el pueblo quiere derrocar al régimen”. En Latinoamérica, el contenido social es más fuerte, algo que se ha confirmado con el ascenso de la izquierda socialista en los últimos años.

Pero el fascismo es fascismo aquí y en todas partes: la lucha de la banda de ricos armados contra el vulgo revolucionario.

martes, 27 de diciembre de 2011

El arte de la libertad

Texto original: Al-Hayat


Autor: Zaina Erhaim


Fecha: 25/11/2011




“Siria en forma de balanza, inclinada hacia el lado en que reposa un pequeño corazón de amor, capaz de levantar el pesado misil que empuja desde el otro lado”. Esa es la última caricatura que el artista sirio Ali Ferzat dibujó antes de que le rompieran los dedos el pasado 24 de agosto, un suceso que privó al levantamiento sirio de lo que los activistas consideran “documentos dibujados que realizan la crónica diaria de su revolución”, tal y como uno de ellos describió la influencia de la pluma de Ferzat.

Dicha agresión hizo de Ferzat un icono de la revolución, o “más bien un periodista valiente cuyos dibujos  ponen en evidencia las prácticas de un régimen desesperado y que animan a los sirios a exigir sus derechos y expresarse con libertad” como dice Jean François Julliard, el Secretario General de Reporteros sin Fronteras a quien el periódico francés Le Monde otorgó el premio a la libertad de prensa de 2011.

Las artes plásticas también han tenido cabida en la revolución siria a través de la página de Facebook  “Arte y Libertad”, que desde el pasado junio publica diariamente nuevas obras con la firma real de su autor “porque ello es un acto de solidaridad que necesitan el ciudadano,  el manifestante, el detenido y toda víctima”, según dice la dirección de la página. Este proyecto se define a sí mismo como “una página abierta a todos los artistas sirios y árabes que se solidaricen con el pueblo sirio y estén de parte de la libertad y en contra de la violencia. Toda colaboración enmarcada dentro de las artes plásticas tradicionales será bien recibida, como también lo será cualquier nueva forma de expresión artística”. A día de hoy, esta galería virtual ha expuesto ya más de 180 trabajos entre dibujos, fotografías, grafitis y esculturas.

El artista Youssef Abdlaki fue el primero en colgar un dibujo en “Arte y Libertad”. En él, trazaba los rasgos del “Mártir de Daraa”. Sobre esta exposición, Abdlaki dijo: “A la luz de la actual situación política, los artistas no pueden mantenerse al margen. Los hechos se adelantan a esta tímida valentía (de los artistas), pues en la calle hay quien ofrece enormes sacrificios”.

Las víctimas siguen siendo los inspiradores de las obras de la galería y recientemente se han publicado los grafitis del artista Izzat Abu Ba’iya en los que narra las historias de las vítimas de la lucha pacífica: Faysal Addi (el ideólogo de la formación de una bandera humana en Hama), Ghiath Matar (quien tuvo la idea de colocar botellas de agua y rosas frente a los soldados en la provincia de Damasco) o Maran Arub (inventor de las “armas” movidas por el calor de las estufas en Homs).

Al mismo tiempo que se exponían estas obras estáticas, se emitía a través de Youtube la serie “Libertad y nada más”, en reconocimiento al primer lema que los sirios gritaron en las manifestaciones, convirtiéndose en la primera serie siria creada en exclusiva para su emisión en la red. Según la página de la serie en Facebook, se trata de algo “sencillo, que critica la desalentadora situación que vive el pueblo sirio desde un punto de vista cómico”. Sus personajes son tan solo dos jóvenes sentados en una mesa con dos tazas de té de aroma sirio y los productores son los miembros de la campaña “Con vosotros”, campaña solidaria con el pueblo sirio puesta en marcha por sirios expatriados. La serie se emitió en 30 capítulos a lo largo de mes de Ramadán, comenzando con “Paquete de medidas” y terminando con la canción “Libertad y nada más” cantada por el manifestante muerto. La emisión sobrepasó con creces el número de espectadores alcanzado por las demás series típicas de Ramadán porque esas obviaban totalmente lo que estaba sucediendo en Siria.

Otra serie, de un estilo diferente, pero también emitida en Youtube,  es “ToopGun”. En ella se utiliza la técnica del guiñol para comentar lo que está sucediendo en Siria en episodios breves que tratan las “mentiras que el régimen sirio ha difundido en los medios para confundir a la opinión pública”, según dicen sus creadores. Cada domingo se emite un nuevo capítulo con su correspondiente traducción al inglés, protagonizada por “Bishu”, “Hija de Damasco” e “Hijo de la libertad”, además del invitado de honor, el “shabbih”.
Las series de la revolución no han sido, en 2011, el único medio de entrada de las artes de la revolución al Youtube y, en consecuencia, a las pantallas del mundo gracias al internet. Los activistas han creado programas de televisión emitidos de forma profesional como “Nada es lo que parece, aunque nos empeñemos”, un programa irónico presentado por una mujer que lleva una máscara de colores y que habla en un dialecto sirio elegante. En el programa, dialoga con personalidades ficticias a través del montaje de fragmentos de entrevistas y discursos previos para después comentarlos.

Según los créditos que aparecen al final del programa, este está financiado por “Estados Unidos, varios emiratos salafistas, los Hermanos Musulmanes, los malvados de Líbano, Israel y Al-Qaeda”, sugiriendo que el régimen no se ha logrado evitar acumular enemigos políticos, siguiendo así la lógica de las acusaciones dirigidas contra los opositores sirios.

La canción “Qué injusticia” de Samih Shkeir inauguró el festival de canciones de la revolución siria, haciendo florecer a diario el canto colectivo de los manifestantes en cada rincón de Siria, especialmente desde que los lemas se han convertido en canciones a ritmo de tambor y aplausos gracias a Ibrahim Qashush, que después pagó su castigo al serle arrancada la garganta. A estos cantos, los habitantes de Homs han añadido bailes muy expresivos como el de la canción “Se derraman las lágrimas de los ojos por los mártires de Siria y sus jóvenes”, un baile en la que los cuerpos de los jóvenes se agolpan y se balancean en perfecta armonía como las olas del mar.

Otro baile de este estilo lo inventaron los jóvenes de Homs para la canción “Bashar ha perdido su legitimidad”, imitando la danza de Zorba el griego, personaje de la obra de mismo título de Nikos Kazantzakis*. Con la melodía del preludio, los cuerpos comienzan a saltar agitando las manos horizontalmente para después agarrar el hombro del revolucionario que está al lado y volver al balanceo.

Las canciones de la revolución siria comenzaron en Homs con el portero de fútbol de La Dignidad, Abd al-Basit Sarut, que cantó “Nuestra  querida patria, el pueblo quiere libertad” durante el primer mes de la revolución. Después le tomaría el relevo Qashush en Hama con “Venga, vete, Bashar” y “Siria quiere libertad”.

Junto a las artes tradicionales, los sirios han innovado métodos de lucha pacífica que, además de poner nerviosos a los servicios de seguridad, han logrado provocar un cambio artístico que quedará en los anales de esta etapa de la historia del país. Entre ellos están las manifestaciones silenciosas y las “manifestaciones de muertos” de Kafar Nebel, las manifestaciones en el río en Deir Ezzor, las manifestaciones en el mar en Latakia, las manifestaciones en moto en Idleb,  las concentraciones de mujeres en las casas de Damasco y las manifestaciones “relámpago” (cortas y espontáneas, que se dispersan antes de que lleguen los agentes de seguridad) que se producen en cada rincón de Siria.
Las fuentes de las plazas de la capital se han teñido del color de las calles ensangrentadas y balones de la libertad han sido lanzados al aire. Se han colocado altavoces que llamaban a la caída del régimen en los edificios de las instituciones gubernamentales, los mercados, las calles y las mezquitas. También se ha hecho rodar a las “pelotas de la libertad” que llevaban impresas las peticiones del pueblo y que bajaban desde el elevado barrio del Muhayirin hasta el palacio presidencial. Estos son ejemplos de las muchas creaciones de fabricación local que se han visto.

En teatro, los hermanos Ahmad y Muhammad Malass presentaron la obra “La revolución de hoy se aplaza hasta ayer” en su habitación en Damasco, sin una autorización previa ni con la ayuda de la dirección teatral. Después la repitieron en Líbano y Moscú, e incluso en la celda en la que estaban detenidos por participar en lo que se conoce como “la manifestación de los intelectuales” en el barrio del Midan.

La obra gira entorno a la relación entre el manifestante detenido y el agente d seguridad, una idea que fue inspirada por el vídeo del joven Ahmad al-Bayasi, que se puso delante de la cámara con su carné de identidad para desmentir la versión de los medios oficiales sobre el episodio en que unos soldados pisoteaban a la gente en Al-Bayda. Según el régimen el vídeo del suceso había sido grabado en Iraq y los autores de tal humillación eran grupos kurdos armados.

El 2011 ha terminado, pero no la revolución en Siria, donde la entidad popular y de las élites hace nacer nuevas creaciones de protesta.

*El escritor y filósofo griego más conocido del siglo XXI, que publicó Zorba el griego en 1964

viernes, 23 de diciembre de 2011

Historia del funeral de una víctima de la revolución siria cuyo cuerpo estuvo dos días sin ser enterrado


Texto original: Al-Arabiyya.net 

Autor: Yafra Baha'

Fecha: 21/12/2011



“Padre de la víctima… estate orgulloso”, ese fue el lema más repetido en el funeral de Muhammad Ayham al-Samman en el barrio del Midan en Damasco, y probablemente el que más emocionó a su padre, su madre, sus hermanos y sus amigos.

El espíritu de Ayham al-Samman (ayer martes 20 de diciembre de 2011, en su primer funeral) volaba sobre las cabezas de los que participaban es su funeral, mientras su cuerpo, tumbado sobre una tabla de madera, permanecía durante al menos dos días sin que se le diera sepultura.

Se suponía que la procesión de su funeral y el intento de manifestación que vendría después debían salir de la mezquita de Al-Daqqaq en una de las calles del Midan, pero aproximadamente una hora antes de la oración del mediodía, supimos por una llamada de teléfono, que el funeral se pospondría hasta la oración de media tarde.

Jóvenes, hombres, mujeres y niños se reunieron bajo el puente del Midan cerca de la mezquita de Al-Hasan, sin saber nada de antemano, pero lanzándose miradas de compresión unos a otros. Se reunieron allí a pesar de que los ojos de los miembros de seguridad y el ejército, apoyados en las metralletas y seis coches cargados con armas, vigilaban desde una distancia de no más de 300 metros. Ese era el número de fectivos que pudimos ver desde donde estábamos, pero después supimos que eran muy pocos en proporción a la ingente cantidad de agentes que se desplegaron por las calles de la zona.

Podías ver todo en los ojos de los que participaban en el funeral, todo excepto miradas de temor, pues solo el miedo estaba ausente en la plaza a las dos del mediodía mientras la gente se preguntaba cómo iban a llegar a la mezquita de Al-Daqqaq si los servicios de seguridad y el ejército habían cortado todos los caminos que iban a ella. La respuesta la dio un joven que informó a algunos manifestantes de que el funeral se había trasladado a la mezquita de Yaqub debido a que las fuerzas de seguridad habían ocupado Al-Daqqaq. Señalando hacia una pequeña calle del barrio del Midan que llevaba hacia la mezquita Yaqub, dijo: “Si pasa lo que es probable que pase y las fuerzas de seguridad atacan, llamad a cualquier puerta y entrad: la zona es segura y la gente está con nosotros”.

Muchos no pudieron entrar a la mezquita porque es una de las más pequeñas. Por otra parte, nadie sabía aún dónde se encontraba el cuerpo de la víctima que los rebeldes del Midan habían escondido en una de las casas del barrio. Tras la oración, comenzaron a oírse los ya conocidos gritos de “Dios es grande”, sin hacer uso de altavoces, ni de una plataforma sobre la que alguien gritara. Sin embargo, la voz de quien dirigía los gritos parecía la voz de diez hombres. Según llegaban delegaciones de otras ciudades y barrios, los gritos se elevaban para darles la bienvenida: “Ha venido un grupo de Al-Jalidiyya, ha venido otro de Qabun, también uno de Al-Berze”. Esos son los grupos cuyo recibimiento escuché, pero tal vez hubo más que fueron a otros lugares. Digo esto porque después me enteré de que nuestra congregación no era la única, sino que hubo hasta seis en distintos puntos del Midan para dividir a las fuerzas de seguridad, que es lo que finalmente sucedió.

De pronto y sin previo aviso, los agentes de seguridad nos atacaron con sus porras y lanzaron gases lacrimógenos contra los que estaban participando en el funeral. Antes de que los gases afectaran a la gente, unos cuantos jóvenes comenzaron a repartir refrescos de cola para que la gente se lavara la cara con ellos (y desde entonces supe que es el mejor remedio contra el gas lacrimógeno). Las voces de los jóvenes comenzaron a elevarse aquí y allá: “Proteged a las mujeres, proteged a las niñas”. Entocnes, me encontré en medio de un gran grupo de mujeres rodeadas por jóvenes que nos empujaron hacia la zona de Al-Haqla, donde se encuentra el cementerio en que debía ser enterrado Ayham.

Sentí vegüenza cuando los jóvenes descubrieron sus pechos desnudos para defenderme a mí y a las otras mujeres, pero antes de liberarme de ese sentimiento, nos dimos cuenta de que los agentes de seguridad habían rodeado el cementerio para impedir que entrase la gente que venía en la procesión. Al instante, comenzamos a oír voces que decían: “Separaos y huid, rápido”, voces que sonaban al mismo tiempo que los disparos, disparos que no cesaban de aumentar, haciéndonos sentir que la muerte estaba muy cerca y que podría llegarle a cualquiera de nosotros.

Comenzamos a correr por las estrechas y antiguas calles del Midan, mientras los teléfonos móviles intercambiaban mensajes entre los rebeldes para saber qué calles eran más seguras: “Está nublado y llueve mucho… ¿Cómo está el tiempo por tu zona?” El joven no paró de llamar a unos y a otros hasta que nos sacó sanos y salvos de la zona por un camino que no habríamos sabido encontrar sin él. Se trata de un joven que no había visto en mi vida y tal vez no vuelva a verlo, ni siquiera sé su nombre verdadero y tal vez nunca lo sepa. Es un joven que se responsabilizó de sacarnos del perímetro del peligro solo porque estábamos a su lado en ese momento.

La víctima no fue enterrada y la manifestación no terminó. Todos prometieron reencontrarse al día siguiente para despedir por segunda vez a Muhammad, con la esperanza de que su espíritu encontrase la paz y el descanso en su última morada.

Hace 9 meses tenía miedo de no encontrar algo a lo que pertenecer. Miro a estos jóvenes ahora y me digo a mí misma: ¿Acaso merecen morir? Soy parte de ellos, soy parte de ellos…

Mueren por su libertad, esa libertad que se ha expandido como el fuego por la paja en las ciudades y provincias de Siria, y aunque ha tardado en llegar a Damasco, ha llegado con un estruendo que está a la altura de la ciudad y su prestigio.