Texto original: Al-Hayat
Autor: Mayid Kayali
Fecha: 24/07/2012
Una chica palestina sostiene la bandera de ese país con las tres estrellas de la bandera de la revolución siria, que es igual en cuanto a las franjas de colores, pero sin el triángulo rojo
Las declaraciones de Yihad al-Maqdisi (portavoz de
Exteriores sirio), en las que consideraba a los palestinos en Siria como
huéspedes “de malos modos”, han puesto de manifiesto la realidad sobre los
lemas de los que ha vivido su régimen durante las últimas décadas, que son meras
palabras en las que emplea, y además
socava, toda doctrina de “pseudo-nacionalismo”, que justifica la confiscación
de las libertades y su dominio del país y los súbditos, durante cuatro décadas.
Otras declaraciones han sido vertidas en este molino, como las acusaciones de
Buthayna Shaaban (consejera presidencial) de que los palestinos del campamento
de Al-Raml (Latakia) estaban detrás de lo que sucede en dicha zona, en un
intento de negar el carácter nacional de la revolución de los sirios. También
están las declaraciones de Rami Makhlouf, el conocido hombre de negocios y
primo materno del presidente sirio, que advirtió de que amenazar al régimen en
Siria significaba amenazar la estabilidad de Oriente Medio, y entre otros de
Israel. Bien es sabido que algunas partes, relacionadas con el régimen, han
intentado desde el principio de la revolución siria (marzo de 2011) hacer creer
que los palestinos están detrás de la misma Así, además de las declaraciones de
la señora Shaaban, está lo que escribió el diario sirio Al-Watan y que
después emitió el canal iraní Al-Alam en su momento.
Pero, ¿cuál es la realidad? En realidad, los campamentos
palestinos, repartidos por las ciudades de Alepo, Latakia, Hama, Homs, Damasco
y Daraa, no han sido un foco de la revolución siria, entendido como foco en el
que se producían manifestaciones de la ira y grandes concentraciones, como
sucedió por ejemplo en Duma, Zabadani, Berze, el Midan, Qabun o el Mezze en
Damasco, o como sucedía en las ciudades de Homs, Hama, Daraa e Idleb.
Por ejemplo, las grandes manifestaciones que llenaban las
calles de la zona de Al-Hayar al-Aswad
(al sur de Damasco) evitaban llegar al campamento de Yarmuk, que está
justo al lado. Lo mismo sucede en el caso de los otros cinco campamentos de la
ciudad de Damasco y los campamentos de la ciudad de Alepo así como el resto de
ciudades, en lo que puede considerarse una comprensión por parte de los
componentes de la revolución siria de la especificidad de la situación de los
campamentos palestinos.
Tal vez sea necesario llamar la atención sobre el hecho de
que esto sucedía a pesar de la existencia de una especie de conciencia global
entre todos los palestinos que en nada simpatizaba con el régimen político
sirio, ya que su sufrimiento era como el del resto de los sirios, y teniendo en
cuenta el choque histórico entre el nacionalismo palestino, representado por
Fatah, y la política de intervención siria, con lo que ello conlleva de
recuerdos y desgracias, que comienzan en el campamento de Tell al-Zaatar[1], pasando por la guerra de los campamentos[2], y que llegan hasta el campamento de Nahr al-Bared[3]. También puede
explicarse por la presión que ejercen
los recuerdos de lo doloroso y desgraciado
de las anteriores experiencias, que dejaron a los palestinos a su suerte, en
Jordania (1970), Líbano (tras 1982), Iraq (desde 2003) y Kuwait (1991). Estos
recuerdos se hacen más pesados en ausencia de un consenso nacional entre ellos,
y ante la debilidad de sus entidades políticas, además de su total conciencia
de lo limitado de su papel en las ecuaciones sirias, ya que si los sumamos, no
representan más que un 2,5% del cómputo total de habitantes.
Cabe recordar aquí que las entidades políticas palestinas
(entre ellas la OLP y el resto de facciones) se han distanciado de lo que
sucede en Siria (excepto las organizaciones ligadas al régimen y que, de hecho,
residen en Siria), y ello se aplica incluso a los movimientos de Fatah y Hamás
a pesar de que la primera tiene prohibida toda actividad pública desde hace
tres décadas en Siria y que existe una enemistad histórica entre ella y el
régimen, mientras que la segunda ha simpatizado con la primavera árabe en los
países en los que ha habido revoluciones.
Pero la no conversión de los campamentos palestinos en uno
de tantos focos calientes en Siria significa que se han distanciado de esta revolución,
en el sentido negativo. Pero los campamentos han expresado su solidaridad para
con la revolución siria de otras maneras, como por ejemplo acogiendo a los
hijos de las ciudades y barrios destruidos u ofreciendo apoyo humanitario en lo
que se refiere a provisiones, material médico y acogida. Además han de sumarse
las redes sociales, ya que los palestinos han sido muy activos en las páginas
de Facebook apoyando a la revolución siria en su lucha contra la opinión
general.
Por encima de todo esto, también hay palestinos que han
participado directamente en las actividades de esta revolución, es decir, en
las manifestaciones, en las concentraciones, en la coordinación de los comités
locales, en el cobijo de activistas, en el traslado de los heridos y en la
atención de urgencia a los heridos. Algunos han sido detenidos algunos, otros
maltratados, otros perseguidos y algunos han desaparecido.
Pero el apoyo de los campos de refugiados a la revolución
siria no ha sido igual en todas partes y ha habido diferencias entre unos
campamentos y otros, del mismo modo que ha habido diferencias en los niveles de
participación de unas ciudades sirias y otras en esta revolución. Lo que sucede
es que los campamentos en Siria se han impregnado del humor de las
ciudades en las que están ubicados, así
los campamentos de Daraa, Homs, Latakia, y Hama han estado también metidos en
la revolución siria, mientras que otros campamentos, en las ciudades de Damasco
y Alepo, se han impregnado del carácter de esas dos ciudades, que han respondido
con dificultad y con retraso a la situación revolucionaria. En todo momento
estamos hablando del carácter pacífico y popular de la revolución.
Exceptuando eso, tal vez sea útil afirmar aquí que los
campamentos palestinos no han visto en absoluto episodios armados, ni han
participado en las actividades militares que apoyan la revolución, a pesar de
que el régimen ha tratado con algunos campamentos como con los barrios sirios
vecinos, por lo que se han visto expuestos a los bombardeos, recibiendo lo
mismo que su entorno en materia de destrucción, maltrato, obligación a la
emigración y asesinatos. Esto se ha dado
en los campamentos de Daraa y Latakia y en menor medida en los campamentos de
Homs y Hama, y por último en el campamento de Yarmuk.
El trato del régimen hacia los campamentos no se ha limitado
a estos métodos salvajes, sino que sus servicios de seguridad, en colaboración
con algunas facciones palestinas, carentes de todo apoyo popular, han intentado
crear una situación conveniente para dichos servicios en los campamentos y
convertirlos así en un foco de la contra-revolución. Incluso han tenido vía
libre en los campamentos, buscando entre otras cosas provocar la escisión entre
ellos y entre su entorno (algo que han conseguido parcialmente en Nayrab en
Alepo). No obstante, estos intentos se han resistido y evitado, no logrando así
sus objetivos gracias a la presencia de sectores de jóvenes palestinos que se
han encargado de ello.
Al hablar sobre los campamentos, tal vez sea útil el
diferenciar al campamento de Yarmuk, que se considera como una ciudad, además
de ser una especie de “capital” de los campamentos de refugiados, debido a que
agrupa al mayor número de refugiados de los campamentos de palestinos en su
totalidad. Este campamento, que se encuentra en el sur de Damasco y engloba a
más de medio millón de palestinos y sirios, vive una situación de movilización
políticos e interacciones culturales, de tipo civil, mucho más activas que en
el resto de campamentos, y hay una opinión pública entre amplios sectores de
los jóvenes que ven que no hay diferencia entre los palestinos y los sirios en
la cuestión de la lucha por la libertad y la dignidad.
Y aunque este campamento ha mantenido la empatía e la interacción
indirecta con las actividades de la revolución siria, la ha complementado
también con mayor número de activistas que los demás campamentos. Ahora bien,
el campamento de Yarmuk, desde la manifestación del viernes (no el pasado, sino
el anterior); es decir, tras un año y medio de revolución aproximadamente, ha
cambiado, en el sentido de que ha cruzado el umbral dejando de ser un apoyo a
la revolución para entrar en de lleno en sus actividades. En el día señalado
anteriormente, los servicios de seguridad dispararon para dispersar a los
manifestantes pacíficos y asustarlos, lo que llevó a que decenas murieran o
resultaran heridos. La situación empeoró al día siguiente cuando el campamento
presenció una segunda manifestación inmensa en el funeral de los muertos,
durante la cual los palestinos expresaron su ira por lo sucedido y su apoyo a
la revolución siria, legítima y justa. Dichas manifestaciones también fueron
enfrentadas con un salvajismo similar al anterior.
Llama la atención la simultaneidad de esta escalada
palestina en la revolución siria con la escalada de las actividades de la
propia revolución. Así, el campamento de Yarmuk se ha convertido en uno de los
símbolos de la revolución siria, y lo que lo ha fortalecido es el que los
afectados se hayan refugiado en las zonas aledañas, recibiendo los refugiados
palestinos antiguos a los nuevos “refugiados” sirios, ofreciéndoles protección
y seguridad.
Pero esa no fue la primera vez que este campamento participaba
en la revolución siria, sino que presenció previamente un gran levantamiento a
raíz del funeral de los caídos por los disparos de los francotiradores
israelíes en la frontera del Golán el 5 de junio del año pasado. En dicho
levantamiento, el campamento vertió toda su ira sobre las facciones que estaban
y están en connivencia con el régimen sirio, considerando que habían sacrificado
a esos jóvenes para desviar la atención de lo que sucedía en la revolución
popular en Siria.
Lo que llama la atención es que ambos acontecimientos expresan
el ocaso de la era de las facciones palestinas, desde la perspectiva práctica,
pues los que son realmente activos son los jóvenes que se han visto afectados
por los acontecimientos y que han interactuado más con el mundo gracias a los
medios de comunicación y a la revolución del conocimiento, y que buscan tener
un papel en el torrente de la “primavera árabe”. Estos, en su interacción con
la revolución siria, parten de la convicción de que lo que es bueno para los
sirios, lo es también para los palestinos.
[1] El régimen sirio colaboró en 1976 en la masacre que facciones cristianas perpetraron contra los palestinos.
[2] Combates entre las fuerzas chiíes libanesas de Amal, afines a Siria, y grupos palestinos en los compamentos de refugiados de Líbano (1985-1988).
[3] Donde en 2007 se hablaba de grupos islamistas suníes en el campamento de refugiados palestinos, lo que llevó a una ofensiva del ejército libanés. Se habla de que los grupos radicales los controlaba Siria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario