Texto original: Kebreet
Autor: Anónimo*
Fecha: 17/05/2012
Hoy he visto la imagen del “héroe mártir” en su ataúd.
Ese héroe mártir no era más que un niño de tres o cuatro años.
No sé que sentía, si tal vez oía lo que decíamos de él
nosotros los adultos que lo hemos matado, apodos que no comprende y que no
quiere comprender.
¿Es una carencia nuestra que lo vistamos con ropas de adulto
y no sintamos culpa por el hecho de que haya muerto niño?
No quiso, no quería ser mártir, ni héroe para que lo
glorificásemos y muriese.
¿Por qué no podemos llamar a las cosas por su nombre?
Habría preferido que lo maldiciéramos y seguir vivo
¿Acaso el utilizar expresiones como mártir, héroe, valiente…
no es en gran medida hacer propaganda de la muerte? Muere y consigue los
siguientes apodos, tú que aún vives y al que tu padre ha llamado “burro”
durante toda tu vida…
Basta de ruido,
basta de apodos y expresiones.
Los que mueren no son mártires, no son héroes…
Los que mueren son números de polvo,
Los que mueren son coberturas negras para las cabezas de sus
viudas,
y lágrimas que no se secan sobre las almohadas de sus hijos.
Lo único en la muerte que es válido y puede usarse como
propaganda es
que los que mueren descansan.
Y maldito sea todo…*Gracias al autor por su colaboración en la traducción.
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