A continuación una reproducción casi total de la entrevista realizada por el programa Al-Hiwar de la cadena de televisión France 24 el día 27 de marzo de 2012.
¿Qué traes contigo de Siria?
Traigo conmigo la esperanza que tiene todo el pueblo sirio de encontrar una solución a la crisis siria. Traigo conmigo el dolor del pueblo sirio, que ha sido abandonado ante la máquina de la guerra. Traigo conmigo la esperanza del pueblo sirio que salió con ramos de olivo en las manos, de forma pacífica, y fue abandonado frente a la máquina de la represión y la muerte. Traigo conmigo el dolor del pueblo sirio para el que incluso su oposición ha sido incapaz de alcanzar una solución. Traigo conmigo el dolor del pueblo sirio cuya oposición no ha estado nunca a la altura de su valentía, de su heroísmo, ni de sus sacrificios en pos de su verdadera libertad. Traigo conmigo la voz del pueblo sirio que salió bien alta para pedir libertad. Hoy, el pueblo sirio acabará asesinado o se convertirá en un asesino
¿Por qué mandaste un mensaje a la gente de la costa desde Latakia?
La gente de la costa ya se sabe quiénes son. No me gusta dividir, utilizando la lengua y la lógica del régimen, pero la gente de la costa saben bien quiénes son, la gente de la costa que en ningún momento ha estado fuera del tejido social sirio y que se han sacrificado exactamente igual que el resto de sirios por la libertad de su país y su nación. Les mandé un mensaje para que fueran conscientes de que hoy tienen una responsabilidad histórica. Todos nosotros en Siria tenemos esa responsabilidad, una responsabilidad que es mayor cada día porque el país se nos va. No importa que nosotros queramos o no democracia y libertad […]. Se lo dirigí no solo a la gente de la costa, sino a todos los partidarios del régimen en todas partes de Siria, porque los hay por todo el país: ‘Sed como queráis, apoyadlo, oponeos, sed libres, pero hay algo humano que nos une a todos, el amor por Siria. También nos une otra cosa y es que estamos en contra de los asesinatos, de los tanques, de la violencia’ […] (porque el régimen manda a otros a matarlos, matándose entre sí) ¿Queremos matarnos entre nosotros? La paz civil la protegemos nosotros […].
¿Puede haber hoy un discurso racional con las armas sobre el terreno?
El discurso racional no ha de darse solo hoy, sino todos los días, durante los próximos veinte años. Siempre ha de haber un discurso racional. Es cierto que hay armas en la oposición, pero todos tenemos que saber cómo analizar. La gente de la costa, como el resto del pueblo, sabe que el régimen es un régimen dictatorial represivo, que ellos son las personas a las que más ha castigado el régimen […] y que los ha usado para proteger a la familia Asad exclusivamente […]. Ni una sola vez el ejército sirio ha sido enviado a proteger las fronteras de Siria, ni en el Golán ni en ningún otro sitio. Por ello, han de comprender la realidad: recuperad a vuestros hijos del ejército y los servicios de seguridad porque vuestros hijos no son asesinos […]. Por muy en contra que esté del otro, no levantaré mi arma contra él. Si uno dice: ‘No te quiero Bashar al-Asad’, ¿vengo y lo mato? ¿Bajo qué legalidad?
¿Afirmas que estás en contra de usar un arma contra otra y que tú estás a favor de la libertad?
Sí, sí. Ningún arma le trae la libertad a nadie, solo trae más sangre, más asesinatos. ¿Pueden nuestras conciencias en Siria hoy soportar todas estas masacres que tienen lugar? Yo les he dicho a los revolucionarios en Siria: ‘Tengo miedo por vosotros. Queremos a Siria, no queremos que los jóvenes de Siria se vayan. El régimen es el que nos ha empujado, u os ha empujado a tomar las armas, ha empujado a la oposición a tomar las armas. ¿Por qué? Porque con ello puede justificar su presencia y que así siga habiendo asesinatos, incidiendo y reincidiendo en ello. Por tanto, tu arma te traerá aún más muerte. Calmémonos y descansemos un poco, pensemos de forma racional porque está Siria, está un país en juego’.
¿Ha podido el régimen recuperar su dominio militar?
Si hubiera logrado tenerlo todo controlado, habría detenido las matanzas y habría dicho que en Homs ya no hay revolucionarios, que la ciudad está liberada según su óptica […]. Pero va en beneficio del régimen hacer que estén divididos, que los revolucionarios tomen las armas para decirle a la comunidad internacional: ‘Hay armas en el país y tengo que enfrentarme a ellas’. Así, le darán la luz verde para que continúe.
¿Cargas parte de la responsabilidad de la prolongación de esta situación a la oposición?
Sí. […] A la oposición siria, como he dicho, les exigimos unirnos. Ello no significa que si alguien pertenece a un partido tenga que dejarlo, sino que debemos unirnos hasta que caiga el régimen y, después, las urnas darán su veredicto. Pero ante Siria, ante los asesinatos, ante la violencia, ¿es lógico que nadie proponga una solución política tras un año?
¿No hay solución militar?
Yo, yo personalmente, no quiero la solución militar, yo he estado delante de las balas del régimen y he dicho: ‘No a tus balas’. No puedo, mi corazón no me permite, ni mi pensamiento tampoco, decir: ‘tomad las armas’. No puedo decirle a nadie que se sacrifique por nadie. No me gusta eso. […] Comprendo que hay gente, a la que respeto y valoro, que puedan dar su vida. Si yo muero, no tengo problema, y ellos seguro que si mueren tampoco, pero morir con honor sin dejar tras de mí más violencia.
¿Han reforzado las prácticas del régimen el sectarismo?
Desde el principio el régimen ha jugado la baza sectaria y ha trabajado para dar versiones falsas de lo que sucede. La mitad de la secta que se encuentra en la costa está en contra del régimen, pero tienen miedo porque lo conocen y saben que si se levantan acabarán en una guerra civil entre ellos.
¿Qué mensaje le mandas a la oposición en Estambul?
Es hora, es hora de que os pongáis a la altura de los sacrificios del pueblo sirio, los pueblos siempre llevan a cabo revoluciones nobles con peticiones a las que tienen todo el derecho. Como resultado de nuestras diferencias y la falta de unidad, la calle se fragmenta de nuevo.
¿Qué le dices a Bashar al-Asad?
No sé qué decirle […]. Pero puedo decirle una cosa: tú como ser humano, cuando te metes en la cama y te duermes, ¿cómo puedes dormir, Bashar al-Asad, ¿cómo puedes cerrar los ojos, Bashar al-Asad? ¿Acaso por una silla eres capaz de llevar al país a la deriva?
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