Blog dedicado a publicar traducciones al español de textos, vídeos e imágenes en árabe sobre la revolución siria.

El objetivo es dar a conocer al público hispanohablante al menos una parte del tan abundante material publicado en prensa y redes sociales sobre lo que actualmente acontece en Siria. Por lo tanto, se acepta y agradece enormemente la difusión y uso de su contenido siempre y cuando se cite la fuente.

miércoles, 31 de julio de 2013

El puente estrecha el cerco a los refugiados


Texto original: Al-Modon

Autora: Farah Qubaysi

Fecha: 28/07/2013


 
Bajo el puente de “Cola” (Beirut), varias familias sirias duermen en el suelo, mientras las instituciones de Seguridad, los ministerios y algunos medios dicen que la mayoría de las familias son “beduinos” y “gitanos” que “se aprovechan de la situación de asilo de los sirios”, como si eso justificara el hecho de no responsabilizarse de ellos. Entre las familias, hay quien ha venido de Latakia, de Alepo, e incluso de Bab al-Tabbane en Trípoli (Líbano), personas que abandonaron sus aldeas a  la fuerza para buscarse un espacio en esta zona. Familias, conformadas por ancianos y jóvenes, niños y mujeres, que trajeron consigo en la maleta historias de una enorme desgracia humana para repartírselas bajo un mismo puente.

Hace apenas dos semanas, eran centenares los que dormían sobre la acera bajo el puente. Gracias a los “esfuerzos” del ayuntamiento de Beirut, y la coordinación con las fuerzas de seguridad, la zona fue desalojada, exceptuando a algunos recién llegados y alguna familia, que se afanan en eludir las rondas de los agentes de seguridad para conseguir unas pocas horas de descanso bajo el puente antes de que se les eche, para volver de nuevo a instalarse.

El fenómeno de los desplazados bajo el puente de “Cola” no es nuevo, pues algunos de los que acostumbran a pasar por la zona recuerdan bien al hombre de cincuenta años que utilizó durante años el puente como casa, y que se negaba a mudarse a una residencia por orgullo propio, como solía decir. Hoy, el puente se ha convertido en refugio de decenas de personas y familias sirias ante el incesante flujo de refugiados a Líbano. Las cifras oficiales del Alto Comisionado para los Refugiados de la segunda semana de este mes, indican que el total de desplazaos sirios que reciben ayuda de dicho organismo y sus socios es de 604.000 (más de 517.000 registrados y 87.000 que esperan serlo). Los que están registrados se reparten actualmente por el norte de Líbano (35%), la Bekaa (34%), Beirut centro y sur (18%) y el sur de Líbano (13%), pero los que viven bajo el puente de Cola no son registrados por el Alto Comisionado para los Refugiados, ni han visto del Estado libanés más que sus brazos de seguridad que se dedican a echarlos del lugar.

“Lo más barato son $40 en un hotel por noche, ¿de dónde los voy a sacar? Los policías nos persiguen como si fuéramos criminales. ¿Dónde vamos a ir?, pregunta Ahmad, uno de los refugiados bajo el puente de Cola. A su lado, está sentado Nassuh, que vino con once de sus hijos desde Latakia a Cola hace dos días, tras perder su fuente de ingresos. Trabajaba fabricando prótesis dentales “de cromo y platino”- dice-, profesión que heredó de su padre. “Tuve que marcharme de Siria, no voy a dar tierra para comer a mis hijos”, dice el que ha venido por primera vez a Líbano. Nassuh no puede pagar una habitación donde alojarse. Buscó en la zona de Awza’i, y se encontró con que por una “habitación en la que solo entraba un retrete” debía pagar $300 de alquiler mensual. Así, se fue con su familia a refugiarse en la acera. “Si hubiera tenido trabajo en Siria, me habría quedado: hoy me cuesta no afeitarme la barba, cuando antes lo hacía a diario”. Nassuh se pasa el día sentado bajo el puente, no pide nada a nadie, solo que las partes a quienes les concierne el asunto en las instituciones, el gobierno y la ONU se preocupen por sus hijos. Esas familias se quejan en  su mayoría de la negligencia y repiten, y al contrario de lo que dijo el ministro de Asuntos Sociales, Wael Abu Faour sobre que las familias supuestamente se niegan de entrada a recibir ninguna ayuda, que nadie les ha visitado, ni asociaciones ni organismos de ayuda.

Sabah, por ejemplo, una mujer que vino de Damasco hace siete meses y que se refugia bajo el puente desde hace tres semanas, no tiene más que un trozo de cartón sobre el que sentarse y dormir. No puede moverse debido a que sufre una parálisis en las piernas y su mano izquierda. Entre las familias sirias exiliadas, ha encontrado quien le haga compañía, reduzca su dolor y se encargue de su enfermedad. Muhammad, su vecino, se la ayuda a ir al baño del aparcamiento cercano. Sabah no quiere más que poder caminar de nuevo, lo que exige 50 sesiones de terapia, según le dijo un médico de un hospital de Beirut, que no puede pagar: “No quiero que me curen la mano, solo quiero caminar, para no ser una carga para la sociedad”, dice.

Pero de la enfermedad es de lo que menos se quejan. De más de una boca hemos oído cómo han sido víctimas de ataques de “delincuentes” y de cómo les han robado a punta de cuchillo lo que habían reunido a lo largo del día, unas mil libras (50 céntimos de euro), o la comida que alguien solidario les había repartido. “¿A quién nos vamos a quejar?”, pregunta Muhammad. “Estamos atrapados entre los criminales y la persecución de las fuerzas de seguridad”, añade.

Una fuente en el ayuntamiento de Beirut ha declarado a Al-Modon que las fuerzas de seguridad han comenzado a llevar a los sirios que están bajo el puente que se extiende desde Cola hasta Salim Salam, a un centro que reúne a los refugiados sirios en Alia, sin dar más explicaciones. La misma fuente ha informado de que las rondas de los servicios de seguridad tienen como objetivo que no se formen más aglomeraciones en la zona. Hasta el polvo y la tierra de las aceras bajo el puente cierran el cerco a los sirios en Líbano.

sábado, 27 de julio de 2013

La balcanización de Siria



Texto original: Al-Modon

Autor: Yassin Swehat

Fecha: 26/07/2013

"No todos los enemigos de mi enemigo son mis amigos,
el Estado Islámico de Iraq y Siria como ejemplo"
(Comités de Coordinación Local, Duma, 19/07/2013)

Los crecientes enfrentamientos en el noreste de Siria abren un nuevo capítulo, que puede ser el más largo y peligroso, entre los kurdos y los árabes. Las luchas se están librando entre las Fuerzas de Defensa Popular, que pertenecen al Partido de la Unión Democrática Kurda –rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán- y grupos armados kurdos por un lado; y el Estado Islámico de Iraq y Siria (Da’esh) y otras brigadas y batallones islámicos por otro. Estos enfrentamientos comenzaron hace meses en varios puntos de las zonas rurales del norte de Hassake, para volverse más intensos en las últimas dos semanas, con la extensión del dominio de las fuerzas kurdas sobre Ra’s al-Ayn. Con el traslado de los enfrentamientos directos a Tel Abyad, el centro del área rural meridional de Raqqa, no parece que esto vaya a terminar. La situación sobre el terreno indica que ninguna de las partes es capaz de vencer a la otra, y que no hay posibilidad de llegar a una solución política intermedia, teniendo en cuenta, en primer lugar, que ambos contendientes no hacen caso de los políticos y tampoco cuentan con ellos, y en segundo lugar porque no hay ningún mediador capaz de reunir una mesa de diálogo seria.

La Coalición Nacional, y con él los líderes del ESL, se han limitado a emitir un comunicado que previene contra dichos enfrentamientos y los califica de “lucha fratricida”, y considera que los mismos son “alimentados por el régimen criminal principalmente, y que por desgracia algunos caen en ellos por consideraciones políticas o por intereses inmediatos y a corto plazo arrastrados por algunos individuos y grupos o movimientos que portan ideas y agendas que se ajustan a sus aspiraciones e intereses exclusivamente, o algunos grupos desorganizados cuyas ideas son ajenas al pueblo sirio”. La realidad apunta a que un comunicado como este es lo máximo que estas dos partes pueden hacer en el marco de su inexistente peso en la zona de la Yazira siria, y la ausencia de un mecanismo de presión (o incluso de comunicación) sobre las partes contendientes que se reparten la fuerza militar influyente en las zonas liberadas de la Yazira.

Estos enfrentamientos reflejan la lucha entre dos proyectos de entidades que aspiran a imponerse por la fuerza. El Partido de la Unión Democrática Kurda propuso, hace unos días, un proyecto de Constitución para las zonas bajo su dominio para conformar un autogobierno. El Estado Islámico de Iraq y Siria, que nació de las diferencias entre los líderes del Frente de Al-Nusra y el Estado Islámico de Iraq está adquiriendo cada vez más influencia a costa del Frente de Al-Nusra y propone un corte total con los métodos del Frente en medio de una confusión política, anunciando sin ambages su avidez de poder en las zonas en que se encuentra, y de dominar las sociedades que ahí viven. Se habla mucho en los medios de comunicación y en los círculos políticos de la posibilidad de que esta organización anuncie la creación de su propia entidad en las próximas semanas. “Da’esh” goza de buenas relaciones con las brigadas islámicas sirias, como Ahrar al-Sham, pero el futuro de estas relaciones, que hasta ahora se han limitado a la coordinación militar contra las milicias kurdas, no está claro mientras la sed de poder y dominio de “Da’esh” aumenta.

La falta de confianza mutua -por desgracia- entre los actores políticos opositores árabes y sus homólogos kurdos, ha complicado el derribo del gran muro de separación esencial y cultural entre ambos, pues las acusaciones de arribismo y de que los kurdos han ido en todo momento a obtener logros nacionales se enfrentan en contrapartida a un discurso radical kurdo contrario a todo lo árabe-islámico que culpa a los árabes (todos los árabes) de la injusticia cometida contra los kurdos durante décadas, y ve en los islamistas una nueva cara de ese aflaqismo [1] de cuya discriminación han sido víctima. Una voz que demoniza al otro, que domina cualquier discurso, lleva a un escenario demente: que los activistas kurdos, que han sufrido la persecución y represión de las milicias kurdas de Defensa Popular (que no quieren que se les llame “shabbihas kurdos”) intercambien acusaciones e insultos con los activistas árabes que se oponen al proyecto de “Da’esh” con ferocidad y que luchan contra él.

Es un paso más hacia la total “balcanización” de Siria, y llega justo en los días en que se celebra el décimo octavo aniversario de la masacre de Srebrenica en Bosnia… ¿Se hará un verdadero último esfuerzo por no seguir ese camino suicida?

[1] Relativo a Michel Aflaq, fundador del Baaz.

viernes, 26 de julio de 2013

Reconstrucción

Texto original: Al-Jumhuriyya

Autora: Na'ila Mansur

Fecha: 25/07/2013



Tal y como hacen las organizaciones culturales internacionales que se preocupan por el patrimonio de las civilizaciones y culturas, incluido el “legado no material”, hemos de reconocer que “la quema del país”[1] se ha llevado por delante muchos aspectos no materiales que van más allá de lo relativo a la civilización en sentido estricto, y que incluyen el tejido social, familiar y económico. Pero entre aquello no material que arrasa y hace peligrar esta incesante e imparable quema, incendio silencioso, que se propaga poco a poco, pero con pasos firmes a lo largo de todo el “país” provoca la quema de la voluntad, la quema de la decisión y la quema de la visión de la mayoría de los sirios, especialmente los sirios de las zonas revolucionarias que fueron el soporte primero y más variado en el inicio de la revolución. La política de destrucción, empobrecimiento, expansión del hambre y bloqueo sistemático durante dos años, el caos en la revolución y la aparición de fuerzas extremistas que han comenzado a poner de manifiesto un peligroso nuevo fascismo; todo ello ha conformado un nuevo humor y un nuevo comportamiento entre la población cansada y desintegrada, que resiste bajo el bloqueo, o que ha tenido que desplazarse y ha perdido todos los puntos de referencia en su vida: es un comportamiento de reacción inmediata que busca satisfacer las necesidades egoístas básicas.

Al aumentar el dolor y las carencias, comparar el gran sufrimiento que está probablemente por venir con las carencias actuales es muy complicado, y prever las desgracias posteriores se vuelve imposible.

Solo he sacado a relucir todo esta paranoia sobre el humor de la gente a colación en relación con un tema concreto, que a su vez provoca una paranoia aún mayor: la reconstrucción.

Desde la perspectiva de un sirio que no sigue con detenimiento lo que sucede bajo cuerda en el juego de las fuerzas que lo representan y las que no, hay dos tipos de noticias que se repiten sobre la reconstrucción, pero que coinciden en una cosa: ambos se filtran sin hacer ruido, o al menos su eco mediático no es comparable al de la muerte y las armas. Hay por un lado anuncios oficiales del régimen y su gobierno que dicen que el primer ministro, Wael Halqi, ha decretado planificar la reconstrucción en todas las provincias:

“Según los planes de desarrollo, afirmó que el gobierno llevará a cabo con éxito el plan de reconstrucción en todas las provincias, de acuerdo con planes de desarrollo que cumplen todas las condiciones urbanísticas y medioambientales, y según unos cánones de construcción que se ajustan a las condiciones ambientales, geográficas y urbanísticas de cada zona. Además insistió en la necesidad de comenzar la rehabilitación y reconstrucción de las zonas que han destruido los grupos terroristas armados basándose en estudios de estructuración y planificación modernos, y en la necesidad de compensar a los ciudadanos afectados por estos actos terroristas y de habilitar redes de aguas residuales y de agua potable, y ofrecer más apoyo a los municipios”.

Pero los “ciudadanos más afectados”, y especialmente los que se encuentran cercados o que han tenido que desplazarse o directamente han huido no se encuentran entre las buenas intenciones del presidente del gobierno y su gobierno, dado el corte de las comunicaciones en sus zonas y la falta de suministro eléctrico que les impiden seguir a su primer ministro en la televisión. Por no decir que los trabajos de reconstrucción tardarán en llegar a sus zonas porque empezarán en las provincias de Tartús y Sweida, siempre según palabras del primer ministro.

Otras noticias más tímidas ,y que se comentan entre los pocos que están enterados, hablan de proyectos de los responsables del Organismo de Planificación del Desarrollo y la Reforma del Estado que animan a la realización de pequeños proyectos productivos en las zonas seguras. Sí, seguras. Finalmente, circulan rumores populares que aseguran, como si fuera una verdad empírica, que el gobierno ha firmado acuerdos y pactos de reconstrucción con empresas iraníes y rusas.

Desde la otra parte, la de la oposición política que representa la voluntad del pueblo revolucionario, las noticias que llegan a oídos de los ciudadanos son del tipo: “promesa de los Amigos del pueblo sirio de que se planificará la reconstrucción”, “reunión en Emiratos sobre la reconstrucción”, “hoja de ruta ‘el día después’ redactada por miembros de la Coalición Nacional, el Consejo Nacional Sirio y otras personas independientes, en la que se recoge su visión en colaboración con algunos organismos estadounidenses, sobre los mecanismos y principios del traspaso hacia el día después sirio”, ¿o el día sirio de después? ¿Qué va justo detrás de “día”?  Desde la restitución de la Ley, la Constitución, los Servicios y la Seguridad hasta la elaboración de políticas sociales y económicas nuevas, el documento tiene importantes puntos positivos, como la “participación en la elección”, “el principio de transparencia en la toma de decisiones”  o “el abogar por que se tengan en cuenta las necesidades de la sociedad y los ciudadanos incluso antes de la caída del régimen”. El único impedimento es ese ciudadano testarudo que no está de acuerdo con la participación, o que está sordo y no escucha las directrices en lo referente a su participación en la toma de decisiones, a pesar de la transparencia, y por encima de eso, un quisquilloso eremita que no dice cuáles son sus necesidades, a pesar de que los que toman las decisiones que lo representan quieren satisfacer dichas necesidades.

Mientras al inicio de la revolución algunos soñadores se hacían famosos por sus sueños, que sobrepasaban el Estado civil laico y plural para llegar a una democracia vanguardista y directa que superase a la democracia representativa, ahora persiguen soluciones alternativas de supervivencia, sin enterarse de lo que pasa a escondidas en lo referente a la reconstrucción. Mientras la gente de las zonas revolucionarias había sus peticiones y presentaba sus justificaciones para levantarse contra el poder establecido bajo lemas relacionados con “la venta del país”, “el pillaje de terrenos” y “la destrucción de la estructura del tejido local productivo/económico”, y por tanto la provocación de mutaciones sociales destructivas, mientras veían con descontento cómo Rami Makhlouf se hacía con sus tierras a cambio de precios simbólicos y las vendía a los extranjeros ricos por precios inimaginables, hoy parecen dispuestos a aceptar los centros comerciales y las altas torres (donde se apostan los francotiradores en nuestra guerra siria), y a aceptar la destrucción de sus estructuras productivas y urbanas tradicionales y locales a cambio de la ilusa esperanza de lograr un poco de vida digna. La gente comparte ahora la intuición de que apostar por la destrucción del país era apostar por la reconstrucción a favor de los peces gordos del mercado, y como indicio de ello, las zonas más afectadas son las zonas de construcción ilegal. Ellos lo aceptan como un destino de los sirios, que somos incapaces de enfrentarnos a las grandes apuestas regionales e internacionales: ese es nuestro destino desde el inicio de los tiempos.

La reconstrucción no es una cuestión meramente económica, eso lo sabemos. El peligro de los proyectos de reconstrucción no se limita a someterse a las agendas exteriores, a las presiones de los bancos internacionales y a la ausencia de derechos económicos y sociales a cambio de libertades generales… La reconstrucción sin participación absoluta va contra las esperanzas, los deseos y las necesidades de los sirios, y es, con toda sencillez, una traición a quienes han caído hasta ahora por la dignidad de los sirios.

lunes, 22 de julio de 2013

Porque no se puede simplificar

Esta pintada reproduce la cita de un político y escritor kurdo: Marwan Uthman


"Traicionaría mi identidad kurda si negara mi identidad siria y traicionaría mi identidad siria si negara mi identidad kurda" 
(Coordinadora de la confraternidad)

viernes, 12 de julio de 2013

Comunicado sobre algunas prácticas del "Estado Islámico de Iraq y Siria"



Texto original: Facebook 

Fecha: 12/07/2011





Los excesos cometidos por los movimientos yihadistas y especialmente los de los miembros del “Estado Islámico de Iraq y Siria” no han dejado de sucederse en varias zonas liberadas, donde han intentado imponer sus ideas y decisiones a los ciudadanos por medio de la fuerza, fuerza que en algunos casos ha llegado al asesinato. Como ejemplo reciente tenemos lo sucedido en Dana (Idleb), en la ciudad de Tell Abyad de la provincia de Raqqa, y la detención de un miembro del Ejército Sirio Libre en Latakia.

Este tipo de prácticas plantean dudas en torno a qué las justifica, cuáles son sus objetivos, y cómo se reflejan en la revolución y en el futuro de Siria, pues sin duda van en beneficio del régimen asesino al aumentar las divisiones y el caos en las zonas liberadas, ya que este hará uso de tales situaciones para sembrar el miedo entre los sirios y los Estados del mundo en torno a la revolución y sus objetivos.

Dichos comportamientos han provocado la ira de los ciudadanos y los revolucionarios, ira que han comenzado a demostrar por medio de las manifestaciones que organizan en contra de esos excesos y contra las que se han empleado la fuerza y la violencia en ocasiones. Ello supone dar al traste con los sacrificios de los revolucionarios, las víctimas, los heridos, los afectados y los desplazados en interior y exterior del país.

Todo ello mientras nuestra principal lucha contra el régimen criminal está en su punto álgido. Todo comportamiento de cualquiera de las partes que desvíe la brújula y distraiga a los revolucionaros de su verdadera lucha ha de ser condenado y reprobado, por no hablar de las dudas que despierta en torno a qué motivos y objetivos esconden.

Tales prácticas se contraponen con los valores islámicos que llaman a la tolerancia, la prédica sabia y el buen trato y que consideran que la gravedad de asesinar un alma humana sin derecho equivale a “asesinar al mundo entero.”

El pueblo que se levantó contra la injusticia y por su libertad y dignidad no aceptará que se reproduzca la dictadura bajo nuevas denominaciones, ni permitirá que su revolución sea desviada de sus objetivos y esencia.

Misericordia para las víctimas de nuestra gloriosa revolución, libertad para nuestros detenidos y salud para nuestros heridos. 

Comités de Coordinación Local en Siria