Blog dedicado a publicar traducciones al español de textos, vídeos e imágenes en árabe sobre la revolución siria.

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martes, 25 de septiembre de 2012

La cabeza de Fátima

Texto original: Blog de Ziad Majed

Autor: Ziad Majed 

Fecha:  25/09/2012 


 


Es difícil imaginar lo que le pasó a Fátima[1], y es difícil describir el silencio que se tragó las voces de los que vieron su muerte. Creo que las obras artísticas en Facebook que le devolvían su cabeza,  dibujándola como un jardín de flores, una luna o un sol, intentaban compensar este terrorífico silencio y aligerárselo a Fátima, a los que la querían y a todos nosotros. 

¿Qué puedes hacerle a una niña que ha “perdido su cabeza”? ¿Qué puedes decirle a una niñita que se tumbó en el suelo con su vestido y los brazos abiertos en cruz y cuyos pequeños hombros chorreantes se pegaron directamente a la pared?

Fátima Meghlaj no comprendió lo que le había pasado. De pronto, perdió su cabeza. De pronto perdió la capacidad de soñar y de concentrarse. Quiso sentir la sequedad en su garganta para pedir agua, pero no pudo. Quiso llamar a su padre o a su madre, pero no encontró su lengua ni la imagen de sus padres en su memoria. Intentó mirar a su alrededor para tranquilizarse sabiendo que iba a dormir en un sitio conocido, mientras esperaba que esa extraña sensación de vacío que la invadía se pasara. Pero no encontró sus ojos dispersados, ni los párpados, ni las pestañas esparcidas por la fría habitación. Ni siquiera encontró el mechón de pelo que su madre le había cortado para prepararla para la boda de su tía esa misma noche 

De Basel Abu Hamid

La cabeza de Fátima voló. 
No fue cortada como un surrealista lo habría hecho.
La arrancó un proyectil y no le dejó tiempo para despedirse de su dueña, para disculparse por llevarse sus palabras, sus canciones, sus sonrisas, sus lágrimas y su sueño con ella.

Fátima se rindió a la pérdida, a la muerte de su imaginación y al final de sus espera por los regalos y por la mochila del colegio. Supo que no podía hablar, ni hacer, ni desear tras la marcha de la cabeza, tras quedar el cuerpo huérfano, esclavo, esperando el calor del suelo.

-2-

Al dictador le gustan las personas sin cabeza.
Le gustan sin voz, ni sueños, ni proyectos. Los ve como meras manos que aplauden, preparados para matar por él. Meros pies que caminan tras él y después hacia su muerte

Al dictador le gustan los niños sin cabeza, pues en sus cabezas las ideas no tienen miedo ni las palabras se suicidan. La cabeza de Fátima estaba abarrotada de colores y risas, y la arrancó. 

-3-

Los silenciosos ante el arrancamiento de la cabeza de Fátima deben sentir sus cabezas a diario y las de sus hijos. Deben recordar que un cabello castaño, unos dientes blancos y unos ojos que buscaban la diversión se derritieron y no dejaron al fresco y pequeño cuerpo recogerlos y recuperar con ellos su frescura. 

Fátima es una niña que resume la tragedia siria hoy. Y su muerte de cabeza ausente es la misma muerte que sufren decenas de sirios y sirias a diario ante los ojos del mundo. Ante los reaccionarios, los cómplices, los dudosos y los impotentes.

La muerte de Fátima es una posibilidad que persigue a miles de nuestros cohortes en Siria. No tienen cura ni escapatoria del silencio eterno si su país no se aferra a la libertad que se parece a sus esperanzas, sus letras y sus preguntas. No hay salvación si este régimen no cae y si no se recupera un poco de la justicia suspendida en Siria y en el mundo que fija su mirada en ella desde hace décadas y meses. Solo entonces, el estallido que arrancó una cabeza en un municipio de Siria se convertirá en un lejano recuerdo que no parezca una posibilidad y no amenace las almas de los hermanos y hermanas de Fátima. Solo entonces la muerte de Fátima se convertirá en una historia que contar con cariño sobre una niña que redimió el futuro de los niños de nuestro país con su cabeza.

[1] Fátima Meghlaj es una niña siria que murió en el municipio de Kafar Ubeid (en la zona de Jebel al-Zawiya) en un bombardeo con aviones de guerra. Los vídeos y fotos mostraban un cuerpo tirado en el suelo con la cabeza arrancada. (Nota del autor)

1 comentario:

  1. hace días conocí en Venezuela a un Sirio q se vino a este país huyendo de las masacres de ese país...y no buscó a su colonia siria sino a Venezolanos, pués encuentra en ellos más apoyo q en los de su raza y paisanos

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