Texto original: Al-Mundassa
Autor: Lili Mar
Fecha: 24/11/2011
Tal vez muchos no hayan oído
nunca hablar de Hasan al-Jayyer debido a la invisibilidad que fue impuesta a su
historia y su poema, y por la sensibilidad que supone a la familia Asad el
hecho de que pertenezca a una de las más grandes familias de Qardaha[1].
Hasan al-Jayyer era un poeta
“sirio” que en su juventud perteneció al partido Baaz y, entusiasmado por dicho
partido, llamó a su hijo Baaz, pero tras la toma del poder por parte de Hafez
al-Asad en Siria, la corrupción fiscal y moral se extendió hasta límites insospechados
en los sesenta. Entonces, este poeta comenzó a escribir muchos poemas contrarios
al poder al que atacaba debido a la ingente corrupción. No fue atacado en
ningún momento porque Hafez al-Asad en sus inicios no quería ponerse a su
ciudad ni a su secta como enemigas, por lo que hizo caso omiso de sus poemas. La
gota que colmó el vaso llegó en 1979.
A finales de los setenta, Siria
fue testigo de muchos asesinatos y muertes de cuya mayor parte el régimen era
responsable, mientras que acusaba a la Vanguardia Combatiente[2] de la otra
parte. Lo cierto es que muchos fueron asesinados sin que supieran por qué, como
sucede hoy. Entre los que murieron estaba un amigo del poeta, muy inteligente y
que había conseguido un doctorado en
EEUU recientemente. A pesar de que se acusó a la Vanguardia por ser la víctima
un alauí, el poeta vertió todo su enfado en el partido Baaz y Rifaat al-Asad[3]
en concreto, y trató el tema de Hama y lo que allí sucedió, igual que en Alepo
y Latakia.
El poema se difundió entre la
gente, que lo repetía y conservaba oralmente. Eso fue demasiado para el régimen,
que lo asesinó ante su casa ese mismo año. Su familia no volvió a verlo vivo ni
muerto. Las noticias que se filtraron a través de algunos detenidos eran que ellos
habían visto su ejecución y que los servicios de seguridad le habían cortado la
lengua previamente.
A continuación el poema:
¿Qué digo si la verdad conlleva latigazos
y cárceles húmedas y oscuras?
Si miento, la mentira me
aplastará. No quiera Dios que me la atribuyan.
Si me callo, el silencio es
defectivo si tras él se esconde la luz de la verdad.
Pero, con el destino del pueblo a
mis espaldas, la verdad diré quieran o no.
Dos bandas: Una que gobernó en
nombre de la arabidad, no del Baaz ni de los árabes.
Otra que se vistió de religión
mientras la religión censuraba sus palabras y actos.
¿De dónde lo trajeron de veras,
carente de educación?
Sus palmas no se agrieta sobre el
azadón ni los reduce el cansancio
Sin objetivos manifiestos ni el
Golán ni el Néguev liberados.
¿Acaso el cielo lloró de alegría sobre
ellos y cayeron torrentes de dinero y oro?
No mintáis, ese es el dinero de
nuestra tierra y de la comida de nuestros hijos saqueado.
¿Cuántas veces hemos oído hablar de
organismos de control para que el pueblo recupere lo robado?
Palabras sin hechos, qué extraño
es todo.
Llegó a los más altos escalafones
(un ladrón), pero su puesto se devaluó por su falta de valores.
Vergüenza siento de contar sus
pecados al ver el mal estado en que todo se encuentra.
Dijeron: Los sindicatos. Dije:
Son una mentira. Cuántos juegos con el destino del pueblo.
Para cada sector, un jugador
astuto, mandado por un capitán de pobres lanzamientos.
El Consejo del Pueblo todo el
pueblo lo conoce y se sabe si vinieron o fueron elegidos.
Dijeron: ¿Y nuestro Frente? Se tragaron
lo que dijeron y escribieron.
Cuando dicen “Somos agentes”,
caminamos como exigen la oferta y la demanda.
No creyeron las palabras de otros
nunca, todos excepto él mienten.
Verán el final el Día del Juicio
y harán balance de lo que hicieron.
Dijeron que a Hama la cegó el
rencor y se perturbó. Qué increíble que la madriguera del Baaz se perturbase.
Si recordasen lo que la Hama hizo
ayer con injustos y latifundistas, habrían sollozado.
Los que la construyeron fueron
mejores que quienes elevaron los estandartes del Baaz.
Cuando os vieron desviaros de
vuestros principios, por honor, de vuestro amor se desviaron.
¿No era Alepo vuestra plaza? ¿No tembló
el mundo contigo, Alepo?
¿No te rebelaste contra la
división y no soportaron tus nobles hijos la vergüenza?
¿Y Latakia, cuna del Baaz, qué
hiciste para que en tus plazas se despertara un motín?
Los malintencionados quisieron
que allí estallara fuego de la divergencia, atraídos por llamas.
Les dijo, herida del dolor de la
tristeza: No soñéis con las diferencias, somos todos árabes.
La familia de la víctima recibió
las condolencias: vuestra desgracia es la del pueblo. De nada sirven las
palabras.
Y aúnque os desviasteis de un mar
sincero y astuto, según vosotros todos se desviaron.
Al que ha muerto le agrada un
camino que nos une y no que el pueblo se pierda en él.
Caerá la lluvia en la tierra sedienta
y la noche y las nubes se dejarán ver.
Queda para siempre un lema insustituible:
“Dios es grande, todos somos árabes”.
[1] Lugar de nacimiento de Hafez
al-Asad.
[2] Organización armada con
relaciones poco claras con los Hermanos Musulmanes que perpetraron asesinatos
sectarios en los setenta y principios de los ochenta.
[3] Hermano de Hafez al-Asad y
responsable primero de la masacre de Hama de 1982.
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