Texto original: Global Arab Network
Autor: Padre Tannous*
Fecha: 14/10/2012
Señor Nasrallah,
Sinceramente deseo que le lleguen mis palabras.
En realidad, yo nunca me entrometo en temas de operaciones militares por ser
un hombre de religión, ni me gustan las polémicas, pero su último discurso me
ha enervado profundamente [1]. En concreto me han molestado sus dedos amenazantes
dirigidos a nosotros, cuando nadie nunca se había atrevido antes a hacer lo que
ha hecho.Y entonces me pregunto si es consciente de lo que dice e intenta
hacer, o si se trata solo de un momento de enfado pasajero. No obstante, ambas
opciones no dejan de ser un desastre.
La primera supone una enemistad con un pueblo cuyo potencial no puede probar
y la segunda significa que usted dirige un grupo armado por medio de decisiones
carentes de sabiduría, lo que es una
desgracia.
Señor Nasrallah,
Siria no es el reino de sus aliados y socios ni la gobiernan reyes, ni
sultanes ni seguidores de emires, pues no se parece a Líbano, ni a Iraq, ni a
Irán ni a Israel. Si usted tiene un ejército, es suyo y si tiene aviones,
misiles y equipamiento, también son suyo y nada tiene que ver con Siria.
Usted puede moverse en sus limitadas fronteras pero, y aquí le apunto con mi
dedo, le digo que no se equivoque, pues nosotros no somos de la forma que
piensa.
En realidad, me sorprende usted porque sé que los sheijs en la digna secta
chií son sabios de la religión, es decir que han estudiado la historia y
conocen algunas realidades, siendo la verdad completa solo de Dios el Altísimo,
y la verdad dice que Siria no está bajo su dominio ni lo estará nunca.
Señor Nasrallah,
Siendo un sheij de una secta digna, debe respetar a las autoridades
religiosas, puesto que usted siempre envía sus asesores aquí y allá. Ahora
debemos indicarle y decirle, y aquí le vuelvo a apuntar con mi dedo, recordarle y aconsejarle que no se equivoque
en sus valoraciones ni se haga el valiente ante los sirios. Le digo esto por su
seguridad y la de sus seguidores y porque veo que no conoce la realidad en lo
que a los sirios se refiere, pues los sirios no se esconden en refugios como
hacen los israelíes y los sirios no secuestran cadáveres de soldados y negocian
con ellos, ni cosas semejantes.
Distinguido sheij Nasrallah,
Espero que mi carta y mi consejo le hayan llegado y por último quiero repetirle lo que dijo el mesías, y aquí le señalo con el
dedo por tercera vez, “El que tenga oídos, que oiga”, deseándole a usted,
Hasan, que sea inteligente.
*Sacerdote ortodozo que vive en Suecia.
[1] El discurso en árabe es este.
Quisiera saber si cuentan con la traducción al español del discurso de Nasrallah que se cita en el texto. Desde ya muchas gracias
ResponderEliminarNo, sentimos no tenerlo disponible.
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