Este es un mensaje grabado por la actriz de confesión alauí, natural de Alepo y actualmente escondida en Homs, Fadwa Soliman para TV5, emitido el 3 de diciembre de 2011. Aquí pueden verse el vídeo y la traducción al francés.
"Hola, espero que estéis bien. Estoy segura de que muchas mujeres sirias os han hablado del papel de la mujer en la revolución siria. Yo, por mi parte, he querido lanzar este mensaje a través de vuestra cadena a todo el mundo, hombres y mujeres.
¿Acaso no es hora de que la humanidad se deje de guerras? ¿No es hora de que se dejen de cometer robos, asesinatos y pillaje? ¿No es hora de dejar a un lado las mentiras, la intimidación, la difamación, el hacer sufrir a las personas y la humillación? ¿No es hora de que cesemos la opresión material, moral, intelectual y espiritual? ¿No es hora de que dejemos de vivir en mundo virtual en el que se borran unos hechos y se añaden otros con el fin de que algunos hombres puedan dividir a la humanidad hasta destruirla por completo?
El hombre tiene una predisposición natural para el amor, el perdón y la unidad con sus semejantes, una predisposición para estar en contacto con el mundo a través de los medios que pone a su disposición la tecnología. Todo ello tiene como fin lograr la perfección que le lleve a una vida mejor.
Desde aquí, desde este lugar llamado Siria, lanzo la revolución del amor, del perdón y de la unidad del ser humano para poner fin a la brutalidad de las muertes, para que no caigamos en la dinámica de la acción y la reacción. Esta revolución del amor, del perdón y de la unidad del ser humano se sitúa como alternativa a todas las revoluciones cruentas en el mundo. Desde Siria, pido a los sabios del mundo que difundan su saber, porque si no lo hacen, serán cómplices de la destrucción que está aconteciendo.
Desde Siria, desde el fondo de mi corazón en el que viven Buda, Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma; desde Siria, desde lo más profundo de mi corzaón, donde habitan las piedras, los pájaros, los árboles y las criaturas del pasado y del presente, lanzo la revolución del amor, del perdón y de la unidad del ser humano en contra del odio, el rencor, el miedo, la intimidación, la tortura, la acusación de ignorancia y ateísmo, la excomunión, la incriminación, la tutela de unos sobre otros, el recurso a las armas, la militarización, la policía y los servicios de seguridad y de inteligencia. La lanzo también contra la destrucción que nos causamos los unos a los otros.
¿Cuándo vamos a darnos cuenta de que somos una parte del todo y el todo al mismo tiempo? ¿Cómo puede el todo renegar de una parte que lo conforma y como puede la parte renegar del todo al que pertenece? ¿Por qué por cada célula de nuestro cuerpo se distribuyen los nutrientes y el oxígeno por igual si problema? ¿Por qué las células se niegan a luchar unas contra otras para obtener el propio beneficio? ¿Por qué una neurona no se ríe de una célula que se encuentre en el pie o el trasero? ¿Por qué una célula no se arma con dióxido de carbono para asesinar a otras células con él pensando que no sirven para nada?
Hermanos y hermanas, vosotros sois mi vida y mis células. La unidad está en nosotros, emana de nosotros, nos pertenece y está a nuestro alrededor, porque nos hemos unido unos a otros y nos pertenecemos. Es así como lanzamos la revolución del amor, el perdón y la unidad del ser humano, una revolución muy digna. De pie en cada rincón del mundo, en silencio o rezando, como cada uno se sienta más cómodo, lanzaremos nuestra revolución en primer lugar hacia nosotros mismos para liberarnos del pensamiento opresivo que nos impide ver la realidad y para permitir que la revolución del amor, el perdón y la unidad del ser humano nos ilumine y purifique de forma que podamos vernos unos a otros, escucharnos unos a otros y sentirnos unos a otros. Con ello, la profusión del amor que daremos y recibiremos nos deslumbrará.
Desde Siria, desde lo más profuno del grito del pueblo sirio contra la injusticia, la represión y la muerte; desde las entrañas del grito del pueblo sirio que dice “Oh, libertad; oh, libertades”; desde el dolor y el sufrimiento del grito del pueblo sirio que pide la marcha del dictador, el fin de la violencia y el fin de toda política árabe o internacional que nos abandona a nuestra funesta suerte; desde el intenso dolor y el lamento del grito del pueblo sirio que es sacrificado en su camino hacia la libertad mientras el mundo árabe y occidental miran esperando a ver satisfechos sus intereses antes de poner fin a la violencia o reconocer que nuestro dictador es un asesino; desde lo profundo del grito de un pueblo que no quiere una intervnción militar ni una verdadera zona de exclusión aérea, ni una guerra, ni que los miembros del ejército se maten entre ellos, sino que pide que se intervenga para detener la violencia y que alguien lo salve antes de ahogarse en las arenas movedizas de su pacifismo, que intentan engullirlo o aislarlo; desde las entrañas del grito de un pueblo que quiere construir de forma pacífica un Estado democrático que tenga relaciones serias y transparentes con todos los Estados del mundo; desde la Siria del pueblo que muere de dolor, con su voz os digo: Oh, pueblos del mundo, intervenid para detener la violencia, el derramamiento de sangre y la muerte.
Políticos que apoyáis y promovéis la democracia, reconsiderad el derecho de los pueblos a la libertad y repasad vuestras políticas basadas en la tergiversación, la ambigüedad, y el afán por satisfacer vuestros intereses materiales, codición indispensable para que pongáis fin al salvajismo. Gracias por llamar a los embajadores a consultas, pero es necesario que los observadores internacionales, las organizaciones de Derechos Humanos y los medios independientes entren. Si no, estaréis apoyando la edificación superficial del ser humano, dejando a un lado su interior. Con ello, aumentaréis la lista de defectos de la humanidad.
Estamos en constante desarrollo gracias a la ciencia y la tecnología; sin embargo, seguimos siendo de hierro por dentro. Es hora de enaltecer nuestro pensamiento y nuestra conciencia, es hora de que a la humanidad le sea devuelva la felicidad que ha desaparecido de sus diccionarios. Es el momento de unirse, tomando unos de otros lo que necesitemos sin recurrir al pillaje ni a las guerras. Es hora de que adoptemos esa excelsa manera de pensar".
Aquí puede verse otro mensaje de Fadwa Soliman con subtítulos en inglés en los que critica la pasividad internacional y la falta de humanidad:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=YSmRL2sllC8