Texto original: Al-Hayat
Autor: Hazim Amin
Fecha: 11/11/2012
“… A pesar de que cuanto más se alargue el tiempo de la
lucha, más se acelerará el ritmo de su tendencia al extremismo y más se
acentuarán sus tintes sectarios, además del goteo de combatientes extranjeros.
Y es muy probable que ello complique la transición en la etapa post Asad”. Este
extracto está sacado de un informe preparado por el Instituto de Oriente Medio
de Washington sobre la situación en siria. Este resumen no es más que uno de
los diversos factores que entran en juego en el contador de tiempo en Siria.
Así, por ejemplo, tenemos a Fátima, refugiada en Beirut, que busca casa para
alquilar en vez de la habitación de hotel en la que vive hace dos meses, y que
pregunta cada vez que oye a alguien hablar sobre la posibilidad de que se
produzca un cambio inminente sobre el terreno en Siria, “¿dejo entonces de
buscar casa?”
Cuarenta mil muertos y cerca de un millón de refugiados
sirios están esperando la “etapa post Asad” y en el interior de todas las
ciudades también lo esperan. ¡Y cuán seductora, a pesar de su falta de
claridad, y cuán fácilmente saca una sonrisa la expresión “etapa post Asad”, borrando
el ceño fruncido de la joven que perdió a su amigo y abandonó Damasco para ir a
Beirut!
Lo extraño es que el mundo se empeña en mirar a otro lado y
no ver esta realidad, la realidad de que el presidente no se quedará en el
palacio y el resultado de tal empeño no se reduce solo a su dimensión ética,
sino que también se empiezan a ver los resultados entre los no sirios. Los
informes sobre “la afluencia de yihadistas” de cuyas consecuencias algunos de
estos informes responsabilizan a la oposición siria, son el primer fruto de la “ética
de mirar para otro lado”.
Los informes dicen que el Frente de Al-Nusra, el renovado
foco yihadista, comenzó sus actividades a principios de este año; es decir,
tras haber transcurrido casi 11 meses del levantamiento. Esto es después de
unos doce mil muertos y cerca de medio millón de refugiados. También dicen que
los sheijs salafistas sirios y no sirios se adhirieron al discurso de “la
guerra contra el régimen en Siria” entonces o quizá un poco antes. Así, “el
mirar para otro lado” solo produce este tipo de resultados.
Este régimen no tiene futuro, eso lo tiene claro todo el
mundo. Por tanto, esperar no supondrá más que una mayor complicación y una
mayor llegada de yihadistas que no solo pesarán sobre los hombros de los
sirios, sino también sobre los del mundo entero. Ya hay muchas experiencias de
este tipo, pero el mundo ha tardado en aprender, por no decir que no ha
aprendido aún. Los enfrentamientos hoy se dan en el corazón de Damasco y el
palacio del barrio de Muhayirin ha apagado sus luces, pero a pesar de ello, los
sirios siguen estando solos.
No hay nada de político en que el mundo se abstenga de
implicarse en el derrocamiento del régimen, pues la política está supeditada a
los intereses y ¿qué interés tiene el mundo en que Siria se convierta en
Somalia? Tampoco hay ética, pues un solo día extra de retraso en el
derrocamiento del régimen significa doscientos muertos y que un millón de
sirios habrá vivido un día más a sin techo.
Ni política ni ética… Entonces, se produce un vacío que
llenan los asesinos del régimen. ¿Qué tipo de respuesta se dará entonces? ¿Y
qué es más seductor que el vacío político para Al-Qaeda, y más aún si el vació
lo llena la sangre? En Iraq en la provincia de Al-Anbar, llena de arena y de
tribus enfadadas y que se sienten perdedoras, se ha instalado Al-Qaeda; en
Yemen, en las zonas donde el Estado y la autoridad se han retirado, también; y
en Afganistán, es Al-Qaeda quien ha aprovechado el sentimiento de derrota que
dejó la guerra entre las tribus pastunes. Todos estos países están por debajo
aún del nivel de vacío sirio, pues a este último lo mantienen ocupado cuarenta
mil cadáveres, y aviones MiG que lanzan barriles cargados de explosivos sobre
las ciudades.
El paso del tiempo en este “vacío sirio” ya no solo tiene en
cuenta la realidad de los doscientos muertos diarios, pues los barriles de
explosivos que lanzan los aviones decenas de veces a diario hará a quien los
lanza más consciente de que el tiempo se llena de esta manera. El barril de
explosivos que aterriza en las cabezas producirá muchos más Frentes de Al-Nursa.
Es inevitable y el mundo entero lo sabe, sobre todo lo sabe, y le encanta, el
régimen, que seguirá lanzando más, ensangrentando así el presente de los sirios
con explosivos y su futuro con el Frente de Al-Nusra; pero también ensangrienta
a los vecinos de Siria, que siguen callados ante la muerte de los que están al
lado a quienes acusan de ser Al-Qaeda.
El miedo y el shock que provoca el estallido que resulta de
la caída de un barril de explosivos serán cada vez menores. Se convertirán en
una lengua cuyos verbos solo saben conjugar los vagabundos en sus rostros, vagabundos
que buscan a Al-Qaeda o al Frente de Al-Nusra para que los cobijen. Esa no era
la situación de Siria hace un mes, y en muchas zonas de la revolución tampoco
es la situación actual, pero nos acercamos a ello mientras el mundo mira. Lo
raro es que no solo mira a los sirios, son que se mira a sí mismo también. Esta
muerte acecha a todos y Ankara, Ammán, Bagdad y Beirut son ciudades muy
cercanas que escuchan los ruidos de las explosiones en Damasco.
Las elecciones estadounidenses han sido inexplicablemente estériles,
como los son las dudas turcas y la frustración árabe. Es absurdo intentar
explicarlo, pues quien tiene miedo de que la crisis Siria se extienda a Líbano está
viendo con sus propios ojos que esta ha llegado a Beirut. Quien piensa que las consideraciones
de Ankara son mucho más complejas que permitir la creación de una zona aislada
en el norte de Siria dice al mismo tiempo que las fronteras con Turquía ya no
están lejos de los luchadores árabes que han comenzado a llegarles. Además, las
ciudades de Anatolia han comenzado a ver cómo su economía se resiente al ritmo
de la crisis en Siria. Y he aquí los yihadistas de Jordania, que han comenzado
a intensificar sus viajes a Damasco, algo que ya hicieron en Bagdad, haciendo
estallar los hoteles de Ammán.
Este régimen no tiene futuro, y el mundo entero lo sabe, entre
ellos los aliados en Moscú, Teherán, Bagdad y Beirut. En estas capitales se
piensa en lo que se podrá sacar tras la caída del régimen. En el esto de
capitales por su parte, se espera sin ética alguna, pero se trata de una comedia
que se acerca a la tragedia.
buenas, necesito hablar con usted señor Hazim Amin.
ResponderEliminarmi cuenta de correo es: rateb93rtb@hotmail.com y facebook: rateb robertito hernandez.
Hola Rateb. El blog no tiene contacto con Hazim Amin, aquí se traducen textos publicados...
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