Entrevista realizada por la cadena France 24, durante su visita a su hijo en París el 26 de octubre de 2011, Michel Kilo, natural de Latakia, de confesión cristiana y opositor que ha vivido siempre dentro del país con las consecuencias que ello conlleva. A continuación, algunos extractos de la entrevista:
“Creo que Siria tiene derecho a ser un país democrático y no creo que haya nadie en Siria que niegue al pueblo su derecho, incluso los miembros del régimen dicen que Siria quiere avanzar hacia la democracia real. Probablemente recuerdes que el presidente dijo que Siria enseñaría a los demás cómo ser democráticos. Eso significa que hay un consenso nacional entre los sirios en torno al hecho de que Siria ha de ser democrática. Por supuesto eso no significa que todos los que hablan de democracia se comprometan con ella. El que se compromete con la democracia ha de trabajar por ella. Y la democracia, queramos o no, está en un mundo que trasciende al régimen actual, que trasciende a lo político. La democracia está ahora en el mundo de lo intelectual, de lo humano, de lo popular, de los valores. Considero que el destino de Siria depende por completo de la cuestión de la democracia, no solo Siria como ente unido, sino Siria como Estado, como actor, como símbolo de civilización a nivel internacional y de Siria como punto de encuentro de culturas, de elementos internos diferentes, etc.
Sobre la Unidad Nacional:
Hay un problema real en Siria y en todo el mudo árabe: el problema de la disgregación social, de la falta de cohesión social. Durante la lucha por la independencia de Francia hubo un proceso de unión social y nacional, dando lugar a la creación de un nuevo tejido social, un proceso que se detuvo en 1958 con la República Árabe Unida […] Después llegó el Baaz, que originariamente, y aún hoy, decía “Unidad, libertad, socialismo”, y su programa realmente era un programa de libertades, con un Parlamento, un Estado civil […]. Entonces, bajo la influencia de la experiencia soviética, el Baaz se pasó al modelo estalinista […] y llegamos a la situación actual en la que se ha acabado con la unidad nacional y en que el poder depende de lo que yo llamo formaciones pre-sociales y no formaciones sociales modernas. Ello nos metió en un verdadero laberinto cuyo precio hemos pagado a costa de nuestra unidad y conciencia nacionales, de nuestro futuro, de nuestra imagen de nuestro propio país, de nuestro papel, etc. Así, hemos acabado teniendo una autoridad muy fuerte y una sociedad muy débil, o más bien que considerábamos muy débil, porque nos ha demostrado lo fuerte que es.
El tema sectario y el papel de la Iglesia:
El pueblo sirio no es sectario, los sirios no son sectarios y Siria en toda su historia no ha conocido enfrentamientos ni problemas sectarios. No somos Líbano. Por ejemplo, los cristianos son parte del movimiento nacional, parte de los partidos nacionales: Michel Aflaq[1] era cristiano, Antun Saade[2] era cristiano… No tenemos problemas del tipo que una secta esté encerrada en sí misma, que tenga unos intereses propios y una visión propia del interés nacional […] En Siria no existen esas divisiones sectarias.
Yo veo que en los últimos veinte o treinta años, el pensamiento islámico político ha ido hacia los conceptos modernos: civil, democrático, progreso, ciudadanía, etc. Se trata de unos conceptos de los que siempre se ha dicho que pertenecen al mundo occidental, a fin de cuentas, el mundo cristiano. Ahora, cuando el pueblo árabe, la gente sencilla, ha comenzado a exigir y adoptar estos conceptos […] ves a los dirigentes de la Iglesia, los príncipes de la Iglesia, porque son realmente príncipes del poder, diciendo que no, que es demasiado peligroso que haya cambios en el mundo árabe-islámico porque ello nos llevará a situaciones impredecibles. […] Defienden la dictadura, defienden los valores de los que siempre han dicho estar en contra. […] La Iglesia no puede hablar por nosotros porque nosotros somos mucho más conscientes que ella y tenemos más cultura que los hombres de la Iglesia. […] Los cristianos no pueden estar en contra de una mayoría que lo ha acogido y los ha considerado una parte de su doctrina,d e su religión y de su civilización.
Sobre la oposición:
Al principio, la gente comenzó a salir a manifestarse, siguieron manifestándose, ofrecieron sacrificios, etc., y parecía como si la gente estuviera atrapada en un círculo vicioso. Entonces llegó el Consejo Nacional Sirio, a la gente en Siria le dio la impresión de que el círculo se había roto y que habían comenzado a caminar finalmente hacia un gobierno alternativo, una representación alternativa al régimen actual. Esto les infundió ánimos y empujó a muchos de ellos de nuevo a las calles […] Esto no ha logrado hacerlo la oposición interior, el Comité de Coordinación Nacional, del que no soy miembro como piensa todo el mundo […] Soy un opositor independiente.
Sobre la intervención:
A día de hoy todo el mundo interviene en Siria. Hay intervención política, económica, etc. Cuando el problema político en Siria se quiso resolver por medio de las fuerzas de seguridad, yo mismo escribí: “Intentáis solucionar un problema con medios que no servirán y que abrirán la puerta a la intervención extranjera”. En eso estamos ahora, hay intervención en el nivel político, económico… Cuando hablamos de intervención extranjera, nos referimos en concreto a la militar. Yo personalmente estoy en contra de toda intervención extranjera en Siria, ya sea militar o no. Y si se produce una intervención humanitaria que acabe llevando a una intervención militar, también estoy en contra de la intervención humanitaria, la dirija quien la dirija […] Siria no es Libia. Siria es un país con diversidad étnica y sectaria, Siria es un país donde hay sensibilidades muy importantes y muy especiales que ha de tenerse en cuenta en todo paso. Nosotros no queremos salir de esta revolución por la libertad y encontrar un Estado desintegrado y una sociedad dividida.
Sobre la caída del régimen:
Mientras haya una oportunidad de llevar a cabo un diálogo que lleve a un entendimiento nacional, a un pacto histórico entre los componentes del pueblo sirio, entre la oposición y el régimen, hemos de decantarnos por el diálogo. Ahora veo que la puerta del diálogo está cerrada debido a la violencia desproporcionada ejercida contra el pueblo […], pero no he llamado ni llamo ahora a derrocar al régimen porque no es un simple lema que se grita, sino que es una serie de pasos y políticas efectivas que han de tener éxito en la realidad y cambiar los equilibrios de poder actuales, algo que los lemas no pueden hacer. [..] Primero cambias los equilibrios de poder y después te pones el objetivo, pero no propones este objetivo como un lema y luego te pierdes en ese objetivo. Creo que el lema de derrocar al régimen, y lo digo por primera vez en vuestra cadena, ha hecho mucho daño a la revolución siria. [] Puede que se vaya Bashar al-Asad y venga alguien peor, o que se vaya y no haya una solución […] Tenemos que trabajar por una solución política que nos lleve a todos a un pacto histórico, a la democracia. Si Bashar al-Asad lo apoya, lo conservaremos si ello estuviera en nuestras manos, si no, entonces debe irse. […]Creo que la unión de la oposición a nivel organizativo no es necesaria, pero sí a nivel de toma de posturas.
[1] Michel Aflaq es uno de los ideólogos fundadores del partido Baaz.
[2]Antun Saade (1904-1949) es un político libanés que, con vistas a la unión de la zona tradicionalmente conocida como la Gran Siria, creó el Partido Socialista Nacional Sirio (1910-1989).
Lástima que el régimen no sepa gestionar sus miedos. Lástima que lo tenga que pagar el pueblo.
ResponderEliminarFelicidades por su análisis Sr. Kilo.