Texto original: Al-Quds al-Arabi
Autor: Abdel Bari Atwan
Fecha:11/01/2013
Quien sigue los medios del Golfo, especialmente los saudíes,
se da cuenta de la existencia de una campaña feroz contra el movimiento de los
Hermanos Musulmanes y las corrientes islamistas en general, además de los
grandes predicadores del Golfo cuya influencia ha aumentado en los últimos
tiempos gracias a los medios de comunicación social como Facebook o Twitter,
que hacen difícil a los estados y sus aparatos de seguridad especializados
controlarlos y censurarlos como pueden hacer con los periódicos y sitios de
internet. Si el teniente Dahi JalfanTamim, director de la policía de Dubai, es
la vanguardia en esta campaña contra los Hermanos Musulmanes y ha sido de los
primeros en advertir seriamente de sus peligros,
muchos artículos han comenzado a mostrar en la prensa saudí y emiratí ese mismo
patrón, de una forma que sugiere que hay personas de alto nivel en el Estado
que quieren abrir un frente contra ellos, ya sea en Egipto donde tienen ahora
las riendas del poder, o en el Golfo mismo.
Esta campaña contra los Hermanos, y tal vez las corrientes
salafistas después, supone una contradicción en relación con una alianza histórica
entre los regímenes conservadores del Golfo y aquellos, una alianza que ha
mantenido la estabilidad de estos regímenes y ha luchado contra todas las ideas
de izquierdas y nacionalistas que suponían una amenaza para esta estabilidad a
ojos de los gobernantes.
La pregunta que surge con fuerza estos días gira en torno a
esta sorprendente rebelión del Golfo contra el pensamiento de los Hermanos, que
había gozado de su apoyo, por no decir del control de la juventud de la zona
durante los pasados ochenta años al permitírsele a los pensadores y profesores de los Hermanos
dominar el sector educativo y escoger los métodos de enseñanza, además de
establecer asociaciones de prédica y beneficencia, no solo en los estados del
Golfo, sino en todo el mundo. ¿Cómo se ha dado la vuelta a esta relación para
pasar de ser una de amistad íntima y estratégica a una guerra abierta, por una
de las partes al menos hasta ahora, es decir, entre los regímenes del Golfo y
la organización de los Hermanos?
…
La respuesta a estos interrogantes y otros puede resumirse
en los siguientes puntos:
Primero: Los gobiernos del Golfo se han dado cuenta de que
los Hermanos Musulmanes son un movimiento “mundial” dirigido por una
organización internacional, que exige fidelidad organizativa al Guía General en
Egipto, y no a las autoridades locales, ni siquiera al líder de la organización
en esos países.
Segundo: El dominio del movimiento islámico de los Hermanos
del proceso de formación de las nuevas generaciones utilizándolo medios locales
que han llevado a su dominio sobre el ejército y los servicios de seguridad, lo
que les ha cualificado más que nunca para derrocar a los regímenes y acceder al
poder, clave del miedo de los regímenes del Golfo.
Tercero: Debido a la debilidad de las corrientes liberales y
de izquierdas en los países del Golfo, resultado de décadas de represión y
persecución, las corrientes de los Hermanos, bien organizadas, se han
convertido en la fuerza candidata para dirigir las revoluciones de la primavera
árabe que piden un cambio político en los países del Golfo.
Cuarto: Las corrientes religiosas y de los Hermanos destacan
especialmente por la independencia económica que las diferencia del resto de
corrientes, debido a sus complejas redes organizativas y su acceso a
importantes ingresos, pues dominan empresas y organizaciones financieras en los
países del Golfo en concreto, lo que les ha hecho aunar las fuerzas política y
económica.
Quinto: Los movimientos islámicos gozan de un gran apoyo en
los centros populares porque su ideología se centra en la doctrina islámica y
su dominio de las mezquitas, de forma directa o indirecta, lo que supone cinco
pequeñas reuniones diarias y una gran reunión semanal cada viernes.
Sexto: Los movimientos islámicos no yihadistas y los
Hermanos Musulmanes en concreto siguen una política de autocontrol y de evitar
todo enfrentamiento con el Estado, lo que explica el silencio del movimiento de
los Hermanos en Egipto de cara a los ataques en su contra y su insistencia en
guardar la calma. También enviaron delegaciones a los Emiratos para solucionar
la crisis de los detenidos por métodos pacíficos. No sorprende que los
escritores saudíes acusen a los Hermanos de seguir el “principio del disimulo (taqiyya)”
en sus prácticas organizativas.
Los Estados del Golfo, resumiendo mucho, están nerviosos por
el dominio de los Hermanos en Egipto, Túnez y Sudán y sus intentos de dominar
Jordania, Yemen y Siria, pues se sienten cercados y amenazados de caer en manos
del nuevo eje de los Hermanos, según la teoría del efecto dominó político.
Esta campaña feroz saudí y del Golfo contra los Hermanos
tiene ventajas y desventajas en lo que se refiere a los regímenes en la
península Arábiga. Las ventajas se resumen en el intento de fortalecer el
frente interior y reducir la influencia de los Hermanos Musulmanes, pero parece
una solución tardía en nuestra opinión, por la falta de un aliado alternativo
en que apoyarse, dada la ausencia de la izquierda y los liberales, y dada la
debilidad de su arraigo en las sociedades conservadoras del Golfo. Todos los
nuevos intentos de fortalecer a esta corriente liberal siguen teniendo una
influencia limitada como demuestra el decreto emitido por el monarca saudí, el
rey Abdalá ben Abdel Aziz, para introducir a treinta mujeres en el Consejo
Consultivo, un paso que le va a crear más problemas que soluciones,
especialmente en la institución wahabí que apoya al régimen y que se opone a
cualquier papel de la mujer, en calidad de igualdad al hombre, en la sociedad.
El peligro de este ataque contra los Hermanos es el tener
que enfrentarse a la institución religiosa y a un gran número de predicadores
críticos, como los sheijs Salman Awda, Muhammad al-Arifi, Safar al-Hawali,
Muhsin al-Awayi, A’id al-Qarani y algunos seguidores suyos en Twitter,
que superan el millón y siguen creciendo.
El sheij Salman al-Awda, el destacado predicador saudí, se
unió recientemente a la campaña que exige un que se establezca un Consejo
Consultivo elegido, mientras que otros exigen que se rindan cuentas precisas de
cómo se gasta el dinero público y que se controle el nuevo presupuesto del
Estado, que es el más voluminoso (llega a 223.000 millones de dólares). Hay
también una feroz campaña para apartar a los príncipes, que se han apoderado de
millones de hectáreas de tierra sin derecho.
Los grandes responsables del Golfo creen que hay una alianza
egipcio-turco-catarí tras esta oleada de los Hermanos que quiere dominar la
zona y que ha de ser combatida. Ello explica la creciente brecha saudí-turca y
la guerra que han declarado los Emiratos al régimen del presidente Mursi en
Egipto apoyando al opositor Frente de Salvación Egipcio.
…
Debemos reconocer que el miedo de los estados del Golfo es
legítimo, pues este nuevo triángulo es muy peligroso si se fortalece, se
cohesiona y continúa, porque goza de las fuerzas militar (Turquía), financiera
(Catar) y humana-estratégica (Egipto), y está ocupando poco a poco el lugar del
histórico triángulo egipcio-saudí-sirio que ha dominado la zona durante los
últimos cuarenta años, habiendo sacado a Iraq de la ecuación y habiendo
preparado el camino para la paz con Israel.
Si el primer triángulo se basaba en la estrecha relación con
Occidente y EEU, el nuevo triángulo camina en la misma dirección, y tal vez su
relación con EEUU sea aún más estrecha, aunque sea temporalmente, mientras dure
la presidencia de Barack Obama.
El régimen sirio será el más beneficiado de esta lucha
explosiva en el seno del frente que se opone a que se mantenga en el poder y
que apoya a la oposición armada que quiere derrocarlo. Los Hermanos Musulmanes son
la espina dorsal de esta oposición (oficial) y el Frente yihadista de al-Nusra es
el elemento con mayor presencia sobre el terreno, cuya independencia supone un gran
peligro para el régimen sirio y los países del Golfo.
Ojalá los pasos que han dado las autoridades saudíes
últimamente, como la decisión de prohibir los canales sectarios salafistas, o
las palabras de su ministro de Exteriores Saúd al-Faisal sobre su apoyo a la
solución pacífica y sobre que la cuestión de la salida de Asad deberían
decidirla los sirios -él que era un halcón pidiendo que se armase a la
oposición-, son todo indicios de que la postura saudí está cambiando y confirma
los informes de que se han retomado los contactos secretos entre Damasco y
Riad.
El flujo de predicadores saudíes y del Golfo hacia El Cairo,
el último de los cuales ha sido el doctor Muhammad al-Arifi, que dio un
discurso en la mezquita de Amr ben al-As en el corazón de la capital y en el
que pidió que los empresarios del Golfo invirtieran en Egipto y no en
Occidente, es uno de los más destacados aspectos de la nueva escena del Golfo:
gobiernos que se oponen al régimen egipcio de los Hermanos con fuerza y
predicadores críticos que están en su interior.
No podemos olvidar en este contexto el nuevo peregrinaje
iraní a El Cairo, la visita de Ali Akbar Salehi, el ministro de Exteriores, la
ovación que lo recibió, la invitación que traía para el presidente Muhammad
Mursi de visitar Teherán, y el momento en que se produjo. El olfato iraní tiene
una fuerte sensibilidad para oler los cambios que suceden en la región para
ponerlo al servicio de sus intereses. Los próximos meses y semanas estarán
cargados de sorpresas y no podemos hacer otra cosa que esperar y estar
vigilantes, intentando entender las nuevas interacciones y alianzas que acechan,
y los rápidos cambios, cambios que reconfigurarán la región radicalmente.
Sois una fuente de información magnífica. Agradezco vuestro esfuerzo. Animo la revolución vencera, la caida de Assad es el primer paso.
ResponderEliminarMuchas gracias, auqnue a veces cuesta seguir el ritmo.
ResponderEliminarMe uno a ésta gratitud del primer anónimo, hacia éste blog, que combate la desinformación dada por los medios lacayos, como cierto canal suramericano, que mejor no menciono.
ResponderEliminarDice el articulista mientras que otros exigen que se rindan cuentas precisas de cómo se gasta el dinero público y que se controle el nuevo presupuesto del Estado, que es el más voluminoso (llega a 223.000 millones de dólares). Hay también una feroz campaña para apartar a los príncipes, que se han apoderado de millones de hectáreas de tierra sin derecho.
Pues falta que se diga, que existen ciudadanos árabes que exigen que se rinda cuentas de cómo se gasta el dinero que tanto el estado como los particulares les dan a los Sheykh, Imám y demás clérigos.
En Egipto ya hay quien demanda que los Imám de Al Azhar expliquen su presupuesto y su estilo de vida goloso, apetitoso y dispendioso, que no es muy cónsono con sus prédicas, ni con la situación actual.
Demasiados sheykh e imám conocidos por sus casi diarias fatwas pro-shuhada, pro-jihad, anti-occidentales y anti-sistema, tienen excesivas inversiones en hoteles, palacios, coches caros, amén de hijos estudiando en Oxford, Harvard y Cambridge, etc.
Sobre el último párrafo: ?Y qué decimos de los dunam de los que se han apropiado los Muftí, el sharíf de Al Harram Al Masjid, el sheykh de Al Aqsa, los ulema de Aala Sheykh?.
A las casas de Al Saud, Al Thani, Al Sabah, etc. les debe caer la ira del pueblo, eso nadie lo duda; pero ?y a la casa de Abdul Wahab, no le vamos a tocar ni con el pétalo de una rosa?.
Pero otra cosa, nos gustaría saber:
?Cómo se inició el conocimiento de los creadores de ésta maravillosa página, de la crueldad abusiva de la tiranía Siria?, pues la izquierda iberoamericana siempre ha sido sólidamente partidaria de las dictaduras árabes, y en iberoamérica muchos inmigrantes árabes, ya sean cristianos, druzos, musulmanes o ateos tienden a ser silenciosos por obvia precaución, sobre los desmanes y violaciones de sus gobiernos.
Sé que vivieron años en siria, nos imaginamos que les pudo ocurrir como al poeta comunista Alí Lameda que vivió en norcorea, donde acudió pensando que esa nación asiática, vivía en una revolución de mil maravillas, pero conoció en carne propia el terror, la represión, la tortura, el hambre, el racismo, el culto a la personalidad del tirano, etc. y regresó clamando por el derrocamiento de ese estado policíaco.
Dice el articulista mientras que otros exigen que se rindan cuentas precisas de cómo se gasta el dinero público y que se controle el nuevo presupuesto del Estado, que es el más voluminoso (llega a 223.000 millones de dólares). Hay también una feroz campaña para apartar a los príncipes, que se han apoderado de millones de hectáreas de tierra sin derecho.