Texto original: Al-Jumhuriya
Autor: varios
Fecha: 07/04/2018
Después de que se ha forzado la evacuación de decenas de
miles de habitantes de Al-Ghouta oriental, y se espera que la misma situación
se repita, mientras se levantan refugios temporales en los que esas personas
son sometidas a la humillación vital y securitaria por parte de los aparatos
del protectorado asadiano, quienes están en peor situación en esta catastrófica
realidad son los cuatro secuestrados de Duma, desaparecidos desde hace cuatro
años y cuatro meses.
Todas las pistas recabadas durante este tiempo indican que el
Ejército del Islam es responsable del secuestro de Samira Khalil, Razan
Zaitouneh, Wael Hammada y Nazem Hamadi, un secuestro que se enmarca en el
ámbito de los esfuerzos de esta formación salafista de imponer su autoridad
absoluta en Duma, y que se suma a otras acciones, como asesinatos y
detenciones. Entre sus múltiples víctimas están Abu Sohbi Taha y Abu Nadhir
Khabiyya, ambos expuestos a torturas salvajes, y que no fueron puestos en
libertad hasta hace muy poco, para ser evacuados forzosamente con los demás.
Los familiares y amigos de las dos secuestradas y los dos
secuestrados hemos pedido la ayuda de muchas partes, después de poner a
disposición de todos los fuertes indicios que teníamos para considerar que
dicha formación y no otra es responsable de su desaparición. Nos entristece
tener que repetir esta llamada de socorro hoy. Pedimos a todo el mundo, a los
integrantes de formaciones políticas, de derechos humanos, culturales o
religiosas del amplio espectro sirio, que asuman su responsabilidad y eleven su
voz en relación a esta cuestión. Samira, Razan, Wael y Nazem no eran unos desconocidos
antes de la revolución, ni durante la misma. Su causa es conocida en toda Siria
y en muchos rincones del mundo. No tiene sentido que el emirato que se ha
afanado en secuestrar, detener, torturar, hacer desaparecer y asesinar, se
desintegre hoy mientras el destino de sus víctimas sigue siendo desconocido. No
hay justicia, conciencia, ley o causa que pueda justificar que quienes pueden
hablar se mantengan en silencio.
Quienes dieron la orden de secuestrar a los cuatro tienen nombres
y apellidos, quienes enviaron amenazas escritas de muerte a Razan también son
conocidos por su nombre, y es muy probable que esos mismos enmascarados sean
los responsables del secuestro, quienes emitieron las fatuas de asesinato y
detención y quienes ordenaron el secuestro de los cuatro. Llamamos a que se
pidan explicaciones a los implicados y se descubra la verdad del destino de las
dos mujeres y los dos hombres.
Queremos que se ponga en libertad inmediatamente a Samira,
Razan, Wael y Nazem y que se nos ayude a encausar judicialmente y condenar a los
líderes religiosos, militares, políticos y encargados de la seguridad del
Ejército del Islam por haber cometido este crimen, y otros muchos. Si se libran
de un castigo merecido, ¿con qué cara podremos exigir que Bashar y sus secuaces
no se libren de su merecido castigo?
Samira, Razan, Wael y Nazem no son ramas independientes de
un árbol: tienen familia, seres queridos y amigos que han soportado el dolor de
su ausencia sin la ayuda de ninguna institución pública durante más de
cincuenta meses, y que hoy se preguntan: ¿dónde están nuestros seres queridos?
¿Por qué nadie dice nada?
Ayudadnos, por favor.
Decid la verdad, por favor.
No nos dejéis a merced de la preocupación y el miedo, por
favor.
Colectivo Al-Jumhuriya
Organización Las mujeres ahora
Centro de Documentación de Violaciones de Siria
Organización “Nuestra casa, Siria”
Unión de Detenidos y Desaparecidos de la Cárcel de Sednaya.
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