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miércoles, 8 de agosto de 2012

Sobre los compañeros de armas


Texto original: Lebanon NOW

Autor: Ziad Majed

Fecha: 31/07/2012

Hasan Nasr Allah durante su discurso el 18 de julio de 2012

En su elegía por los asesinos de “la célula de la crisis”[1] hace una semana, el secretario general de Hezbollah, Hasan Nasr Allah, ha cometido tres peligrosos errores.

El primer error es “ético”, puesto que ha pedido la misericordia para cuatro muertos-asesinos y no la ha pedido para las miles de víctimas directas e indirectas que, en caso de ser cierto que no “las ha visto” durante el bombardeo de la ciudad de Homs, lo más probable es que las haya visto después. Y aunque considerase que todos esos miles no son víctimas de la “célula de crisis” y del resto de sus “compañeros de armas”[2] en el gobierno, sino víctimas de los enfrentamientos, las batallas y las “conspiraciones exteriores”, al menos conoce la situación de decenas de miles de detenidos en las cárceles sirias y conoce la forma en la que los tratan los aparatos que dirigen los asesinados (“mártires” como él se refirió a ellos). Aún más ya había hablado de ello hace dos años, cuando utilizó la expresión “moler los huesos a la manera anjarí”, al referirse al trato que se daba a los detenidos en el difunto centro de los servicios de Inteligencia siria en Anjar (Líbano), donde el trato no era diferente del que se lleva a cabo en las decenas de cárceles del interior de Siria.

El segundo error es “práctico”. Utilizar argumentos como que el régimen de Damasco fuera quien envió los misiles durante la guerra de julio de 2006 para justificar su apoyo supone ignorar que los precios de dichos misiles se entrecruzan con la economía del pueblo sirio, sus sacrificios y sus esfuerzos y que no es una dotación del Tesoro de la familia Asad y sus allegados. Hoy se utilizan para traicionar al pueblo sirio que las compró y desfigurar sus carnes… Pero que se ignora tal realidad no sorprende cuando viene de alguien que llama a los países por los nombres de sus dictadores, ciñendo su historia y su presente al nombre de una familia, y dejando a un lado a los pueblos con sus dolores, sus esperanzas, su sangre y el sudor de su frente.

El tercer error es político. No es inteligente (al menos libanesamente) ponerse de parte de un régimen que se tambalea y seguir provocando a la mayoría popular en el momento en que está llevando a cabo una revolución contra la injusticia que lleva viviendo 42 años poniendo los cimientos para (incitando a) que lo vean como un enemigo en el futuro. Más aún cuando el tema va más allá en el caso del propio Nasr Allah de la polarización política general, llegando a la situación sectaria de la que no puede decirse que esté al margen, siendo él alguien que lleva turbante y de fuerte carácter doctrinario, pero cuyas opiniones cambian según quién es su enemigo y quién su aliado en un polo regional que lucha contra otros polos, cuyas luchas están libres de toda polarización confesional asesina.

En cualquier caso, el secretario general de Hezbollah es hoy consciente de que el régimen de los asesinos ha caído. Pero lo que no ve, aun con el mismo prisma, es la caída de su credibilidad y su popularidad en los niveles sirio y árabe. Incluso si alguno de los que fundamentan su apoyo al régimen en un extremismo sectario le respondieran, podría preguntarles por las causas de su anterior popularidad a la luz de ese mismo extremismo del que hablan. Más le valdría darse cuenta de ello, aunque sea tarde, ya que él es el responsable de un partido que representa a una mayoría de un grupo civil en el país de la fragilidad de las sociedades nacionales y en una zona de enfrentamientos velados desde hace tiempo sobre lo que sucedió aquel día en la “azotea de los Banu Sa’ida”[3].

Desear que se dé cuenta no es solo para el partido del señor exclusivamente, sino también para “su pueblo” y para el futuro de la relación entre los dos países en lo que no habrá lugar para compañeros de tales armas, ni para tales células de crisis.

[1] Grupo creado por Bashar al-Asad para tratar la “crisis” creada en el país desde que comenzara la revolución en marzo de 2011.
[2] Así se refirió a los muertos en la reciente explosión de Damasco.
[3] Donde se celebró una reunión de urgencia tras la muerte del profeta para ver quién lo sucedería y unos dieron su obediencia a Abu Bakr (primer califa del Islam) y otros a Ali (primo y yerno del Profeta), que fueron el origen de la rama chií del islam.

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