Texto original: Al-Modon
Autor: Mutawali Abu Naser
Fecha: 17/12/2013
"El lugar más bello del mundo... es el campamento"
(El artista mártir, Hassan Hassan)
Han pasado diez años desde que conocí al actor palestino
Hassan Hassan, cuando aún era un adolescente talentoso a quien no se le borraba
la sonrisa. “¿En qué trabajas?”, le pregunté. “Amo actuar, amo la madera del
escenario, y amo Palestina”.
Meses después de este encuentro, me propuso que trabajáramos
en un texto teatral, pero le pedí que esperara a que terminase la secundaria y accediera
a la Escuela de Interpretación. Aceptó con desgana y el destino quiso que yo fuera
su profesor de filosofía. Publicados los resultados, se presentó como candidato,
pero el tribunal, presidido entonces por el artista palestino Hasan Awiti, lo
rechazó.
Nos quedamos atónitos los dos juntos sobre el escenario, y entonces
decidimos fundar un grupo de teatro llamado “Hijos del sol”. La primera función
fue una obra mía llamada “Siete minutos bastan”, que se representó durante tres
días en el Teatro Al-Jalisa. Posteriormente, presentamos la obra “¿Por qué?” en
el teatro de la UNESCO de Beirut.
En todo ese tiempo, el corazón de Hassan nunca desesperó en
su intento de entrar en la Escuela Superior, porque estaba convencido de que
debía estudiar interpretación para desarrollar sus capacidades. Por ello,
volvió a presentarse en la Escuela, y volvieron a rechazarlo, so pretexto de
que poseía talento y no necesitaba estudiar interpretación. Perdida la
esperanza de completar sus estudios, decidió alistarse en el ejército. Durante
su servicio militar, Hassan decidió perseguir su sueño en el teatro
interpretando varias obras de corte crítico social que presentó con un grupo de
jóvenes. Nada más acabar su servicio militar, cuando llegaban los albores de la
revolución en Siria, sintiéndose parte de esta tierra que había abrazado los sueños
de su infancia, decidió fundar con otros jóvenes un centro de comunicación
artística llamado “reacción”.
Este centro no era sino un anuncio de revolución contra las
mafias del arte en Siria formadas a la sombra del régimen, pues todo lo
producido en ese centro iba destinado a luchar contra la producción del régimen
durante los cuarenta años de su gobierno. Todo versaba sobre la mala situación
social y política en la que se encontraban los palestinos en los campamentos de
Siria, criticando desde la ironía.
Hassan se negó a salir del campamento de Yarmuk cuando el
régimen lo cercó, y se quedó allí documentando los hechos con vídeo y audio,
criticando al régimen y la acción de la oposición armada que había entrado en
el campamento, y que no soportaba ser criticada. El Frente de Al-Nusra y la
Liga Islámica lo detuvieron más de una vez. Finalmente, decidió salir del
campamento hace dos meses, solo porque sintió que las cosas iban hacia un
futuro contrario a lo que él soñaba. Y en el punto de control de Sabinah, le
esperaba la muerte mientras la mano del asesino se preparaba para ponerle las
esposas.
El artista palestino Hassan Hassan fue conducido a la sede
de la Seguridad Militar, y salió dos meses después en forma de cadáver inerte.
Igual que hace el enemigo israelí cuando guarda los cadáveres y les pone
números en vez de nombres, eso mismo hizo el régimen. Hassan Hassan es un
número, ni más ni menos, para un régimen que pretende ser eje de resistencia y antiimperialismo.
Tal vez las palabras del poeta palestino Mahmud
Sarsawi, que escribió al recibir la noticia de la muerte de Hassan, sean las
más idóneas para expresar esta desgracia: “Un talento que siguió buscando un
rayo de sol bajo la luz, conversando con todo aquel cansancio y preguntas que
el sueño había dejado en sus orillas, con la sed de su alma y el giro hacia el amor.
Te marchaste como se marcha siempre la belleza a un momento que se le parece,
un momento que no destaca más que por el himno no cesa de glorificar la
vida. Tal vez entre sus primeros amantes están aquellos cuyas banderas deben ser bajadas
cuando los perdemos, pero Hassan Hassan fue el joven soñador sin límite, la
belleza que duró hasta su último aliento, sí, el último.”
Él no fué éste mismo Hassán Hassán:
ResponderEliminarhttp://english.alarabiya.net/articles/2012/01/03/186161.html
Dos extremos de una misma realidad, compartían el mismo nombre.
Muchos apoyaríamos la revolución siria, sólo si ésta existiera.
Pero lo que hay es islamización siria, algo a lo que aún muchos musulmanes se oponen y con toda razón.
?O fue eso más bien una broma pesada de Hassán Hassán, otra de sus sátiras?:
ResponderEliminarShirk of the Syrian Alawi religion/regime: "Assad is our Lord" "We will
http://www.youtube.com/watch?v=KYxBEIg6d-o
Similar a ésto hecho por otro satirista:
http://www.youtube.com/watch?v=Ql_zQmfnz5k