Texto original: NOW
Autora: Doha Hasan
Fecha: 24/09/2013
Razan Zaytoune, la activista de Derechos Humanos y escritora
siria, es coordinadora general del Centro de Documentación de Violaciones en
Siria, que pretende ser una base desde la que se hagan públicas las violaciones
de los DDHH por parte del régimen de Bashar al-Asad. Con el inicio de la
revolución, Zaytoune se vio obligada a esconderse a causa de su actividad en
los medios, y a día de hoy sigue de cerca lo que sucede sobre el terreno en
Siria.
Zaytoune, miembro fundador de los Comités de Coordinación
Local en Siria, ganó el premio Anna Politkóvskaya
de las defensoras de los DDHH, además del premio Sajarov del Parlamento Europeo
junto al caricaturista sirio Ali Ferzat. Recientemente se ha visto amenazada y
ha sido objetivo de campañas que la consideran una traidora, no por parte del
régimen como era costumbre, sino por otra parte que no puede concebir la idea
de lo que ella hace.
NOW realizó con ella,
que es compañera además, esta entrevista:
¿A qué amenazas te
has enfrentado recientemente?
Estamos en una revolución.
Hay caos y vacío securitario. En otras zonas, los activistas se han visto
sometidos a cosas mucho peores que las amenazas y las campañas que tachan a la
gente de traidora. Lo que diferencia a la zona de Al-Ghoutta oriental es que
aún hay un movimiento civil activo, y que es de las zonas liberadas que
presencian menos casos de caos o falta de seguridad, debido a la cohesión de
las brigadas y porque la mayoría de los combatientes son hijos de las propias
ciudades y las aldeas liberadas, además de que apenas hay extranjeros (y me
refiero al Estado Islámico de Iraq y Siria y sus semejantes).
A pesar de los errores,
Al-Ghoutta oriental sigue siendo el más bello ejemplo de la faceta más
brillante de la revolución siria. Por eso hemos dicho y decimos que no se
abandone a Al-Ghoutta, porque necesita reforzar sus puntos fuertes para poder
enfrentarse a todo lo malo a lo que se ha enfrentado el resto de zonas
liberadas. En cualquier caso, siempre hay quienes no han aprendido de las
lecciones de la revolución, y creen que pueden copiar la experiencia monocromática
y monofónica del régimen. Eso es imposible, porque el pasado no volverá y esos
caerán como caerá el régimen. Que el régimen amenazara a los activistas, los
detuviera o los asesinara no hizo retroceder ni detenerse a la revolución.
Entonces, ¿por qué algunos creen que con tales prácticas pueden imponer su
visión, planes y color?
¿Constituye la
protección que te brinda la población civil una garantía suficiente contra las
amenazas que recibes?
El tema de la protección
en un ambiente de revolución para un civil que no tiene sostén militar no es
real, pero lo importante es la amplia y sorprendente solidaridad de las
actividades civiles sobre el terreno. Siento una fuerza “simbólica” que tal vez
no pueda enfrentarse a amenazas físicas, pero sí enfrentarse a las
frustraciones y que es capaz de garantizarnos que podamos continuar hasta el
último momento. Los civiles son el apoyo de los civiles, y la fuerza de la
solidaridad entre los activistas civiles, y entre ellos y la gente, es una
garantía básica para el mecanismo de reforma desde dentro de la revolución
contra lo negativo y los errores momentáneos. Y en primer instancia, esa una
fuerza y una garantía para esas actividades mismas.
Incluso en el nivel
militar, ha habido solidaridad por parte de los batallones y brigadas a lo
largo y ancho de Al-Ghoutta. A nivel personal, estoy muy agradecida a todos mis
amigos que iniciaron la campaña de solidaridad conmigo en el interior y el
exterior. No puedo agradecérselo lo suficiente. También se lo agradezco a todos
los consejos locales, a las oficinas y a los activistas que se han implicado en
ella. Estoy en deuda con ellos por la esperanza que me han dado y el cariño con
el que me han arropado.
¿Hay facciones
extremistas en la zona de Al-Ghoutta oriental como el Estado Islámico de Iraq y
Siria (EIIS), Al-Nusra u otros?
Hay presencia del Frente
de Al-Nusra y últimamente ha comenzado una tímida presencia del EIIS. No he
oído nada sobre reacciones por parte de las brigadas hacia el EIIS en la zona
de Al-Ghoutta oriental y no sé cómo se va a tratar el tema, sobre todo ante los
recientes acontecimientos en Azaz y otras zonas. Creo que la gente confía en su
ESL para que trate el tema pronto y antes de que sea demasiado tarde.
No es fácil para las
brigadas dejar sus frentes e iniciar batallas secundarias. Eso se entiende
perfectamente, sobre todo porque todos ellos sufren de falta de apoyos,
especialmente las brigadas y batallones que no tienen una agenda, excepto
derrocar al régimen. La mayoría no pueden ni siquiera pagar los sueldos de sus
miembros. Quien teme el caos y el terrorismo de EIIS debe hacer algo para
ayudarles a seguir, en vez dañar,
condenar, y llorar por la revolución.
¿Qué trabajo realizas
actualmente en Al-Ghoutta?
Lo primero que hago yo
es “vivir” en Al-Ghoutta oriental, como ciudadana en un territorio liberado de
mi país. En cuanto al trabajo, me centro en dos aspectos: el Centro de
Documentación de las Violaciones en Siria, donde preparo informes sobre el
terreno de la situación en la zona, como hicimos con el ataque químico y otros
distintos; y colaborar en las tareas de provisión de servicios en la zona, para
ayudar a la gente a superar el bloqueo que impone el régimen para someterlos.
Al-Ghoutta se está marchitando.
La revolución floral y animal está camino del desastre. El hambre y las
enfermedades nos amenazan a todos. Algunas cosas pueden aliviar en parte los
efectos del bloqueo y ayudar a la gente a resistir y soportar una parte de la
carga de los combatientes en el frente. El resto de zonas liberadas han sido
poco atendidas hasta que al final los problemas se han fosilizado antes de que se
intentara superarlos, lo que ha llevado a una prácticamente total impotencia.
Hoy la oportunidad llega
desde Al-Ghoutta, el portal de Damasco, para trabajar por solucionar en la
medida de lo posible esos problemas, para que la zona sigua siendo capaz de
enfrentarse a lo peor. La Coalición Nacional debe proponer un proyecto completo
en la zona de Al-Ghoutta… Los donantes deben consolidar una parte tangible de
sus actividades a ayudar a esta zona a resistir. Encontrar una solución para la
basura, por ejemplo, aunque sea materialmente costoso, costará menos que tratar
las plagas, las enfermedades y la pérdida de vidas. Ayudar a los consejos
locales a administrar los asuntos de sus zonas será mucho menos costo que
resolver el caos que conllevará la ausencia de dichos consejos, y así con el
resto de cosas.
¿Sientes miedo?
¿Piensas en marcharte?
Nunca he sentido miedo,
pero al principio sentí mucha amargura. Durante un instante pensé en marcharme
a un lugar que me apartara pero que me permitiera seguir trabajando en lo que
comencé. Solo fue un momento de frustración. No estoy en una “misión”, sino que como he dicho, “vivo”,
y cuando no tenga nada que hacer, cerraré la puerta de mi casa y me quedaré
dentro, en mi casa en la zona liberada de mi país. Además, me une una relación
estrecha con decenas de amigos a los que no soy capaz de expresarles cuánto los
quiero, y cómo veo a Siria en sus ojos… Civiles, activistas y revolucionarios
en los frentes.
A nadie se le ocurre pescar en aguas estancadas e intenta condenar a nuestra revolución por lo que le ha sucedido –entre lo que hay verdaderas desgracias como sucede en Raqqa y Azaz. Dos años y medio de revolución huérfana es un milagro, por su perseverancia y sus múltiples detalles y héroes, tanto los que han muerto como los que siguen detenidos o en los frentes o en sus actividades civiles, humanitarias y de servicios.
A nadie se le ocurre pescar en aguas estancadas e intenta condenar a nuestra revolución por lo que le ha sucedido –entre lo que hay verdaderas desgracias como sucede en Raqqa y Azaz. Dos años y medio de revolución huérfana es un milagro, por su perseverancia y sus múltiples detalles y héroes, tanto los que han muerto como los que siguen detenidos o en los frentes o en sus actividades civiles, humanitarias y de servicios.
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