Texto original: NOW
Autor: Doha Hassan
Fecha:06/07/2013
“Juro obedeceros en todo
momento, en situaciones favorables y adversas, y en todo lo que venga; y juro
también no enfrentarme a nadie por el poder si no ha hecho gala probada de su
herejía, tal y como ordenan el Corán y la sunna”. Apenas hubo terminado de decir esas palabras
ante el emir del Frente de Al Nusra, “Abu Asyad” se convirtió en un
luchador en sus filas. Posteriormente fue nombrado emir e las Brigadas de Jaled
Ibn al Walid, que se concentraban en la zona rural de Raqqa antes de la
liberación. Así de simple fue la transformación de Abd Al-Basit Hussein,
profesor de matemáticas, en un activista, un manifestante y un emir del Frente
de Al Nusra.
Los sueños de Hussein no superaban los muros de la escuela
en la que enseñaba y su pequeña familia que había comenzado a conformarse tan
solo un año antes de la revolución. Cuando comenzaron las manifestaciones en
Raqqa, estuvo entre los primeros participantes, junto a su mujer y su hijo
pequeño, que no llegaba al año, y que fue requerido para un interrogatorio
junto a su padre. Un agente de seguridad lo había fotografiado a hombros de este
intentando gritar en la manifestación.
La entrada de Hussein en la cárcel abrió una brecha en su
relación con la mayoría de los que le rodeaban tanto en el barrio como en la
escuela. El trato de los alumnos y sus familias cambió hacia quien consideraban
en aquel entonces una amenaza para su seguridad, o un traidor para los que
pertenecían al régimen, como dice “Abu Asyad”. Así, se vio obligado a impartir
solo la asignatura de informática, en un intento de evitar mezclarse con la
gente de la escuela. Los alumnos que tenían clases particulares con él las
abandonaron.
Antes de que las fuerzas del régimen salieran de Raqqa, Abd
Al-Basit Hussein estaba en la lista de buscados por la seguridad. Su inclusión
se produjo tras la explosión de un autobús que llevaba a un grupo de shabbiha,
pues su amigo, que hacía con él los explosivos, había proporcionado cierta
cantidad a los que llevaron a cabo la acción. Abu Asyad cuenta que los
servicios de seguridad llamaron a su hermano para que les dijera dónde se
encontraba. Cuando aseguró desconocer su paradero, le informaron de que “me
devolverían a mi familia en cuatro trozos si me cogían”.
Abu Asyad se unió al ESL para convertirse en un combatiente.
El uso de las armas no era nuevo para él porque había aprendido a utilizar
fusiles en el cuartel de estudiantes durante la escuela, donde montar y
desmontar un fusil checo y saber apuntar con él eran lecciones que formaban
parte de la educación militar en secundaria y bachiller.
Abd Al-Basit se dirigió a la frontera y trabajó con el ESL
ayudando a los refugiados sirios a llegar al lado turco. También le
encomendaron la tarea de perseguir a los traficantes. Pero al poco tiempo,
sintió que la mayor parte de lo que hacía era “perseguir a los traficantes que
en realidad son gente de la zona, y que realizaban el mismo trabajo que habían
estado haciendo antes de la revolución”. Por ello, no estuvo allí más que 15
días.
Abu Asyad luchó en varias brigadas. En un primer momento,
con la Brigada de los Halcones de la Sunna, para pasar después a la Brigada de
Moawiya ben Abi Sufyan. Después se convirtió en combatiente de la Brigada Osama
ben Zayd, que pertenece al Batallón de Qassam y terminó finalmente en emir de
las Brigadas de Jalid Ibn Al-Walid, que es una de las brigadas islámicas
radicales. Y añade: “Soy una persona religiosa desde antes de la revolución. El
hecho de que me uniera a brigadas radicales no ha cambiado eso, y sigo
queriendo estar con ellos, porque son las brigadas más honestas y además la
mayoría de brigadas islámicas construyen cuarteles de entrenamiento. Es ahí
donde se jura obediencia, pero no deja de ser una opción a la que no se obliga
a nadie y yo juré mi obediencia al Frente de Al Nusra en su momento”.
Abd Al-Basit ha librado muchas batallas militares contra el
ejército del régimen y se despoja de su identidad civil cuando habla de los
combatientes en sus brigadas como un líder orgulloso: “La mayoría tiene un
corazón de hierro a pesar de las circunstancias y el peligro, y no se les ponía
más que una condición para alistarse en las brigadas de las que estaba al
mando, porque no realizar dicha obligación retrasa y debilita la victoria”.
La libertad de Raqqa liberó a Abu Asyad: el hombre de
trienta años y barba recortada por el peso de las armas retiró su obediencia a
Al Nusra, dejó las brigadas armadas y regresó a las filas civiles, para fundar
con un grupo de profesores la Unión de Profesores Libres, porque cree que “ya
no hay ninguna necesidad de portar armas dentro de la ciudad una vez liberada,
llevarlas en una zona de tales características supone actuar como un mismísimo
shabbih. Hemos de volver a nuestros roles anteriores en esta etapa”.
Hoy, los profesores de Raqqa y entre ellos Abu Asyad, han
fundado la Unión de Profesores Libres, y han realizado los exámenes en
coordinación con otras zonas liberadas en veinticuatro centros. Abu Asyad llama
la atención sobre el hecho de que la Unión incluye a profesores y profesoras “que
enseñan de forma voluntaria” y “convocaremos los exámenes de acceso a la
universidad pronto porque nuestro deber como profesores es dar a los jóvenes la
posibilidad de continuar sus estudios a pesar de la situación”.
Los Profesores Libres han eliminado la educación militar y
la asignatura de nacionalismo, además de los “logros de la familia Asad”, que
han sido borrados de los libros de historia. Todo ello bajo supervisión de un
comité especializado de antiguos profesores. “Abu Asyad” habla de “convocar los
exámenes a pesar de las dificultades a las que nos enfrentamos, ya sea porque
algunos que apoyan al régimen han asustado a las familias para que no lleven a
sus hijos a la escuela porque el régimen bombardea las zonas de concentración
de gente, ya por dificultades económicas, pues nadie nos ayuda, ni siquiera la
CNFORS”.
Tal vez no podamos extender el ejemplo de Abd Al-Basit “Abu
Asyad” a todo el mundo, pues algunos pueden rechazar despojarse del dominio de
las armas, otros pueden no estar de acuerdo con el concepto de Estado Islámico,
y puede que algunos se hayan hecho adictos a la guerra y su fuego. Pero estamos
ante el ejemplo vivo de un hombre que vivió la revolución en todos sus
estadios, desde los gritos pacíficos hasta la banda negra sobre la frente, y
que volvió a la opción civil. Hay muchas posibilidades ante las zonas
liberadas: los islamistas radicales, los secuestros, los latigazos, las
concentraciones de jóvenes del movimiento civil contra el Frente de Al-Nusra y
el Estado Islámico de Iraq y Siria, el apoyo que han perdido algunas partes de
la oposición política oficial de cara a la infraestructura (social)... Todo
ello pone a Raqqa y el resto de zonas hoy un difícil camino sin horizonte hasta
el momento.
Una Brigada denominada Khaled Ibn Al Walid, nombre del criminal invasor de Kallinikos, nombre real de la ciudad mal llamada por los ocupantes ilegales árabes islámicos Raqqa, es una muestra de lo profundamente religioso islámico que es el Ejército Saudita Libre, dizque "Sirio", un triste recordatorio que una verdadera revolución en el medio oriente no vendrá hasta erradicar a la religión impuesta por los invasores árabes, y devolver las tierras a sus legítimos dueños los arameos, coptos, béreberes, yazidis, asirios, kurdos, etc.
ResponderEliminarPor supuesto
Si empezamos a hablar de invasiones a lo largo de la historia, no terminamos nunca... ¿Es que las misiones y "conquistas" cristianas no eran invasiones también? ¿Es que no ha habido más imperios a lo largo de la historia? Solo a modo de refllexión para evitar reduccionismos.
EliminarFalsa equivalencia moral.
ResponderEliminarOjo no pertenezco a ninguna iglesia.
Las conquistas del Occidente fueron seculares.
Las Misiones Cristianas, de cualquier secta o confesión: católicas, protestantes, testigos de jehová, mormonas, ortodoxas, etc. son humanitarias
Las Mezquitas no.
Nadie por muy anticristiano que sea puede afirmar que Jesús o los Apóstoles mataron a alguien.
Te puede irritar lo que escribieron o predicaron, pero nada comparable a la devastación causada por el pederasta esposo de Aisha, Muhammad y los desalmados Sahaba.
Reduccionismo hacen tú y el Ejército Sirio Libre, al negarse a combatir el patriarcado sexual, y al callar ante la corrupción y los abusos del clero islámico.
Nada en la historia es comparable con el gran atraso causado por el Islam en cada país sojuzgado por los sádicos salvajes bárbaros musulmanes.
Lo cierto es que más tarde o más pronto, los racistas árabes imperialistas pagarán, y los pueblos originales del medio oriente recuperarán sus tierras ocupadas.
El sucio Abd Al Bassit Hussain que siga descerebrando a sus alumnos con sus mentiras coránicas, con sus cuentos de los salvajes imám y sheykh, que lo disfrute mientras le dure.
Guerra es lo que quieren los árabes islámicos y guerra es lo que tendrán.
Alseif
Eliminarvete a leer un poco tío, no tenemos tiempo para contestarte,
invasión occidental laica jajaja
y tu no eres racista ni nada jajajajajaj
Sr. Anonimo.
ResponderEliminarLe aconsejo leer la historia del cristianismo en Oriente próximo desde el siglo IV en adelante, y una interesante manera de entrar al tema es ver la película Agora, donde puede ver como actuaba el luego nombrado "San" Cirilo de Alejandría, cuando mandó a asesinar a los que veía como competidores de su "verdad revelada". Luego siga el recorrido por la historia de la Iglesia bizantina y la opresión que sufrieron las minorías asirias (a la que además pertenezco), coptas, a los mazdeístas, zoroastrianos, judíos, y ashurianos que siguieron profesando su religión hasta que se lo impidió el poder Bizantina en Edessa. Luego siga las intrigas de poder entre las distintas corrientes cristológicas, y en concreto el envenenamiento de Arrio, por parte del propio San Jacobo de Níssibe o de sus partidarios. Finalmente analice cómo recibieron los asirios nestorianos de Harran y Mesopotamia a los árabes, como liberadores de los bizantinos, y con los cuales tuvieron muchas más libertades que con sus "hermanos de fe" griegos melkitas. Incluso el papel que desempeñaron en el desarrollo de la cultura árabe en el periodo abbasí, donde fueron la mano derecha de muchos Califas de esta dinastía, hasta las invasiones mongolas. Luego si quiere, puede salir un poco de Oriente próximo y ver cómo actuaba la Iglesia Romana, mandando al fuego a quien profesara otra religión, y desde antes de la Inquisición. Y por supuesto, hay muchos capítulos de la historia donde puede ver historias sangrientas de poder, incluyendo a los Borgia, como Papas romanos, donde no faltaron las intrigas y asesinatos y cómo la Iglesia Católica fue la mayor terrateniente de Europa. Solo gracias a la revolución francesa y a la reforma protestante perdieron influencia social en amplias zonas del mundo,aunque continuaron tanto católicos como protestantes, avasallando otros pueblos, en concreto sometiendo a sangre y fuego a los pueblos nativos americanos. Es interesante leer a Fray Bartolomé de las Casas, describir el modo de actuar de los conquistadores, en nombre del dios trinitario. En fin, que material hay de sobra para ilustrarse acerca del supuesto pacifismo evangelizador de unos y de supuestas maldades esencialistas de otros. En el mundo bajo dominio de la Iglesia, no sobrevivió ninguna otra religión salvo algunas comunidades judías en guettos. En el mundo árabe islamic, aunque como ciudadanos de segunda categoría comunidades milenarias mantienen su fe y lengua hasta ahora. ¿Qué el islam contemporáneo está secuestrado en su mayoría por barbarie ideológica wahabí/salafí e integristas chiitas también, anclados en teologías absurdas del siglo X? Sí. pero esta involución es algo bastante reciente y aunque ha emergido en otras ocasiones de la historia, tiene causas políticas (y financieras)que explican que estas corrientes totalitarias tengan preferencia y financiamiento por parte de países petroleros, en alianza con occidente. Y para muestra un botón. Fijese la extraña alianza en el golpe de Estado en Egipto, donde participaron las petromonarquias, junto con el beneplácito del régimen sirio, Israel, Estados Unidos y occidente en general, más cómodos en dialogar con dictadores o monarcas absolutos que con representantes de los pueblos elegidos por la gente en forma libre.