Texto original: Al-Modon
Autor: Yassin Swehat
Fecha: 26/07/2013
"No todos los enemigos de mi enemigo son mis amigos,
el Estado Islámico de Iraq y Siria como ejemplo"
(Comités de Coordinación Local, Duma, 19/07/2013)
Los crecientes enfrentamientos en el noreste de Siria abren
un nuevo capítulo, que puede ser el más largo y peligroso, entre los kurdos y
los árabes. Las luchas se están librando entre las Fuerzas de Defensa Popular,
que pertenecen al Partido de la Unión Democrática Kurda –rama siria del Partido
de los Trabajadores del Kurdistán- y grupos armados kurdos por un lado; y el
Estado Islámico de Iraq y Siria (Da’esh) y otras brigadas y batallones islámicos
por otro. Estos enfrentamientos comenzaron hace meses en varios puntos de las
zonas rurales del norte de Hassake, para volverse más intensos en las últimas
dos semanas, con la extensión del dominio de las fuerzas kurdas sobre Ra’s
al-Ayn. Con el traslado de los enfrentamientos directos a Tel Abyad, el centro
del área rural meridional de Raqqa, no parece que esto vaya a terminar. La
situación sobre el terreno indica que ninguna de las partes es capaz de vencer
a la otra, y que no hay posibilidad de llegar a una solución política
intermedia, teniendo en cuenta, en primer lugar, que ambos contendientes no
hacen caso de los políticos y tampoco cuentan con ellos, y en segundo lugar porque
no hay ningún mediador capaz de reunir una mesa de diálogo seria.
La Coalición Nacional, y con él los líderes del ESL, se han
limitado a emitir un comunicado que previene contra dichos enfrentamientos y
los califica de “lucha fratricida”, y considera que los mismos son “alimentados
por el régimen criminal principalmente, y que por desgracia algunos caen en
ellos por consideraciones políticas o por intereses inmediatos y a corto plazo arrastrados
por algunos individuos y grupos o movimientos que portan ideas y agendas que se
ajustan a sus aspiraciones e intereses exclusivamente, o algunos grupos
desorganizados cuyas ideas son ajenas al pueblo sirio”. La realidad apunta a
que un comunicado como este es lo máximo que estas dos partes pueden hacer en
el marco de su inexistente peso en la zona de la Yazira siria, y la ausencia de
un mecanismo de presión (o incluso de comunicación) sobre las partes
contendientes que se reparten la fuerza militar influyente en las zonas
liberadas de la Yazira.
Estos enfrentamientos reflejan la lucha entre dos proyectos de
entidades que aspiran a imponerse por la fuerza. El Partido de la Unión
Democrática Kurda propuso, hace unos días, un proyecto de Constitución para las
zonas bajo su dominio para conformar un autogobierno. El Estado Islámico de
Iraq y Siria, que nació de las diferencias entre los líderes del Frente de
Al-Nusra y el Estado Islámico de Iraq está adquiriendo cada vez más influencia
a costa del Frente de Al-Nusra y propone un corte total con los métodos del
Frente en medio de una confusión política, anunciando sin ambages su avidez de
poder en las zonas en que se encuentra, y de dominar las sociedades que ahí
viven. Se habla mucho en los medios de comunicación y en los círculos políticos
de la posibilidad de que esta organización anuncie la creación de su propia entidad
en las próximas semanas. “Da’esh” goza de buenas relaciones con las brigadas
islámicas sirias, como Ahrar al-Sham, pero el futuro de estas relaciones, que
hasta ahora se han limitado a la coordinación militar contra las milicias
kurdas, no está claro mientras la sed de poder y dominio de “Da’esh” aumenta.
La falta de confianza mutua -por desgracia- entre los
actores políticos opositores árabes y sus homólogos kurdos, ha complicado el
derribo del gran muro de separación esencial y cultural entre ambos, pues las
acusaciones de arribismo y de que los kurdos han ido en todo momento a obtener
logros nacionales se enfrentan en contrapartida a un discurso radical kurdo
contrario a todo lo árabe-islámico que culpa a los árabes (todos los árabes) de
la injusticia cometida contra los kurdos durante décadas, y ve en los
islamistas una nueva cara de ese aflaqismo [1] de cuya discriminación han sido
víctima. Una voz que demoniza al otro, que domina cualquier discurso, lleva a
un escenario demente: que los activistas kurdos, que han sufrido la persecución
y represión de las milicias kurdas de Defensa Popular (que no quieren que se
les llame “shabbihas kurdos”) intercambien acusaciones e insultos con los
activistas árabes que se oponen al proyecto de “Da’esh” con ferocidad y que
luchan contra él.
Es un paso más hacia la total “balcanización” de Siria, y
llega justo en los días en que se celebra el décimo octavo aniversario de la
masacre de Srebrenica en Bosnia… ¿Se hará un verdadero último esfuerzo por no
seguir ese camino suicida?
[1] Relativo a Michel Aflaq, fundador del Baaz.
No hubo tal masacre en Srebrenica, eso es un cuento para asustar a los niños...pero bueno, vamos a matizar: como se sabe dejaron salir a mujeres y niños y los hombres quedaron como rehenes para luego soltarlos bajo supervisión de los cascos azules ( sí, aquellos que hicieron tantas cagadas por entonces), pero de algún modo los terroristas islamistas ya estaban infiltrados entre los bosnios musulmanes y los aleccionaron para inmolarse colectivamente...de allí la supuesta "masacre". Nota: ver el documental de la BBC sobre el tema de los balcanes.
ResponderEliminarOtro dato: el número de muertos que dieron no se correspondía con el censo de las personas, y es significativo que el número de mujaidines no era tan alto como para no afectar el margen de error estadístico que siempre hay que tener en cuenta cuando se usan datos.