Texto original: Al-Jumhuriyya
Autor: Muhammad al-Attar
Fecha: 2106/2013
En una corta visita a Beirut, Noam Chomsky, reconocido
pensador y filósofo estadounidense, se entrevistó con algunos sirios
independientes –activistas de medios, personas implicadas en la ayuda
humanitaria, y miembros de los campos cultural y económico. Chomsky les dijo
que habían venido a escucharlos y a escuchar sus opiniones sobre la situación
actual en Siria.
Tras este encuentro, tuve la oportunidad de realizar con él
esta entrevista. A pesar de que al principio le dije que lo que pretendía era
que les descubriera a los sirios y les hablara directamente sobre su
aproximación a la situación en su país, tras una serie de entrevistas con
periódicos libaneses que se acercan a la situación en Siria desde la
perspectiva de sus intereses y posicionamientos, el octogenario pensador
insistió en que se encontraba en posición de conocer la situación de cerca, más
que en posición de sacar conclusiones absolutas. Durante la conversación hablamos
de las posturas que Chomsky había declarado en sus entrevistas previas en torno
a su visión de la compleja situación en Siria, la injerencia de Hezbollah, la
naturaleza de las posturas de EEUU e Israel de cara a la Siria de la revolución
y otros temas relacionados.
Sobre la injerencia de Hezbollah y las políticas iraníes:
¿Qué piensa de la clara injerencia de Hezbollah en la
lucha en Siria para apoyar a las fuerzas
del régimen? Algunas declaraciones apuntan a que usted comprende dicha
intervención.
Hay una diferencia entre la comprensión de los factores que
llevan a la intervención y su justificación. Seamos claros: nada justifica la
intervención de Hezbollah. Si me preguntas qué piensan, entonces daré mi opinión
sobre lo que piensan ellos. Pero si me preguntas por mi opinión acerca de su
decisión, simple y llanamente no deberían haber intervenido. Pero no soy su
padre espiritual y no me han pedido consejo.
Volviendo a mi opinión sobre lo que piensan ellos: si no
hubieran intervenido en Quseir, esta habría permanecido en manos de los
combatientes de la oposición, y ello supone naturalmente un punto de debilidad para
el régimen sirio y, en consecuencia, un bloqueo a los suministros que les
llegan desde Irán. Así, su fuerza militar se debilitaría paulatinamente de cara
a Israel, su pretexto básico para mantener sus armas. De nuevo, mi opción, que
claramente no es la suya, habría sido no intervenir en Siria y trabajar por
fortalecer su papel como fuerza económica y social dentro de Líbano, aproximándose
al concepto de fuerza de rechazo de otra forma. Un concepto este que, en mi
opinión, ya no está presente de la misma forma que algunos piensan.
Sinceramente, no se tiene en cuenta lo que sucede en Israel en este sentido, y
ese es un gran error. Hay rumores de que los israelíes han aprendido de la
guerra de 2006 que cualquier guerra venidera en Líbano no será sobre el
principio de una larga lucha terrestre con Hezbollah, que posee un gran escudo
antimisiles, sino que será una guerra relámpago con el objetivo de provocar una
destrucción global, y quizá destruir Líbano en un par de días. La capacidad de
rechazo de Hezbollah no se lo impedirá.
¿Cree que es posible que se den cambios palpables en la
política exterior iraní tras la victoria de Rohani?
Rohani tiene limitadas opciones, debido a la autoridad del vali
al-faqih. Pero debe decirse que ha habido cambios en la política exterior
iraní a lo largo de los años. En la era de Jatamí, hubo una oportunidad de
acercamiento con Occidente pero este no aceptó. Por cierto, un acuerdo parecido
sobre el expediente nuclear habría sido posible en 2010, si no se hubieran
opuesto los EEUU en el último momento, a pesar de que Irán había aceptado la
propuesta del mismísimo Obama patrocinada por Brasil y Turquía de almacenar el
uranio de bajo enriquecimiento en Turquía a cambio de que esta recibiera
combustible nuclear de alto enriquecimiento por parte de Europa, algo que provocó
el enfado de Brasil en su momento. En general, creo que hay formas de reducir
el grado de enfrentamiento entre Irán y Occidente, pero ello depende de dos
condiciones: que las autoridades espirituales en Irán acepten y que EEUU
acepte.
¿Se está utilizando la situación en Siria como carta en
las negociaciones con Occidente sobre el expediente nuclear?
No lo creo. Creo que en realidad la crisis siria es una carga
para ellos. Naturalmente no quieren que el régimen caiga, pues es su último
aliado en la zona y, por desgracia, la zona se dirige hacia una situación de
mayor polarización entre suníes y chiíes. Por ello, es probable que Irán siga
apoyando al régimen sirio hasta el final.
Israel, EEUU y las posturas sobre Siria:
¿Cuál cree que es la verdadera postura de Israel de cara
a la revolución siria?
Israel no se ha comportado de forma alguna que insinúe que
desea el derrocamiento del régimen de Asad. Hoy se habla cada vez más de la
intención de Occidente de proveer a la oposición con armas, y creo que se trata
de realidades engañosas. En realidad, si EEUU, y con ella Israel, estuvieran
interesados en derrocar al régimen sirio, existen una serie de medidas que
podrían haber tomado antes de llegar a la opción de entregar armas, opciones
que están ahí. Por ejemplo, que EEUU hubiera empujado a Israel a reunir sus
tropas en el frente norte, algo que no habría recibido ninguna objeción
internacional, y habría obligado al régimen a retirar algunas de sus tropas,
reduciendo la presión sobre las fuerzas de la oposición en varios frentes. Sin
embargo, esto no ha sucedido, y no sucederá mientras la postura de EEUU y de
Israel siga siendo no querer ver al régimen caer de verdad. Quizá no les guste el
régimen, pero el régimen les tiene acostumbrados a ser flexible en la
aceptación de sus peticiones, mientras que desconocen si cualquier alternativa puede
resultar peor en este contexto. Por tanto, lo mejor es observar como los sirios
se matan y destruyen entre ellos.
Usted dice claramente que EEUU e Israel no quieren que
caiga el régimen sirio y que estas potencias se mueven según el principio de “más
vale malo conocido que bueno por conocer”. ¿Cómo explica el discurso divergente
entre analistas e intelectuales, especialmente en los medios de izquierdas en
Europa, EEUU y el mundo árabe, que se erige sobre la suposición de que existe
una conspiración estadounidense-israelí-imperialista? Para algunos, la revolución siria desde el
principio fue una conspiración de este tipo y para otros fue secuestrada
posteriormente para beneficio de dicha conspiración.
Durante mucho tiempo, en el mundo árabe y otras zonas del
mundo, han existido historias e ilusiones sobre la capacidad sobrenatural de
EEUU de dominar todo por medio de complejas conspiraciones. En este contexto,
todo se explicaba según las conspiraciones imperialistas y eso es un error.
EEUU sigue siendo una superpotencia sin duda, y es capaz de influir en los
hechos, pero no es siempre capaz de mover los hilos mediante complicadas conspiraciones.
Ello está de veras por encima de sus posibilidades. No hay duda de que lo
intentan en ocasiones, pero también fracasan. Lo que ha sucedido en Siria no es
complicado de explicar: comenzó un movimiento de protesta popular y democrática
que exigía reformas democráticas, pero, en vez de satisfacer dichas peticiones
constructivamente, Asad se enfrentó a ellas con una represión violenta. Lo que
generalmente sucede a esto es el éxito en aplastar las protestas o un
desarrollo de las mismas y el recurso a las armas. Eso es lo que ha sucedido en
Siria. Cuando el movimiento de protesta entra en esta etapa, vemos nuevas
dinámicas, que suelen dar lugar al avance de los elementos más radicales y
feroces hacia las primeras filas.
Entre la opción de armar a la oposición y la de negociar:
Usted tiene una postura reservada sobre la intención
occidental de armar a los luchadores de la oposición. ¿Por qué?
Ello tiene que ver con los resultados. De nuevo creo que hay
cosas más sencillas que Occidente puede hacer antes de dar apoyo militar, como
lo que dije anteriormente o también ofrecer más ayudas en el nivel humanitario.
Si somos serios, debemos tener en cuenta los resultados de tal posibilidad. ¿Qué
resultados puede tener en el nivel humanitario? Y la pregunta es práctica, no
ética. La respuesta será parecida a la de otros observadores que siguen de
cerca la realidad en Siria, como Patrick Cockburn, que ha dicho que un paso
como este aumentará el enfrentamiento militar, manteniendo a su vez el mismo
equilibrio, ya que los aliados del régimen como Rusia, Irán e Iraq seguirán
haciendo lo que hacen y proporcionarán al régimen armas más desarrolladas.
Este análisis se basa generalmente en la suposición de
que Rusia proporcionará al régimen armamento desarrollado que dará la vuelta al
equilibrio actual –del que no se habla- con Israel. ¿No cree que Rusia, aunque
apoye al régimen sirio, no dará más pasos que puedan amenazar la seguridad de
Israel?
Pueden dar al régimen armamento desarrollado sin llegar al
punto de amenazar a Israel de verdad. No olvidemos que el régimen puede hacer
uso de armas químicas.Hasta ahora hay cierta confusión sobre el tema, pero es
una posibilidad que no puede negarse en el futuro.
Han quedado registradas sus reservas de cara a la decisión
de armar a la oposición al considerarlo como un paso que prolongará la
sangrienta lucha, y cómo ve en las negociaciones acompañadas de la presión
política y diplomática el mejor medio para empujar al régimen a ofrecer
renuncias. Sin embargo hay sirios que creen que el régimen no ofrecerá ninguna
renuncia seria y no negociará con la oposición aunque los revolucionarios
lleguen a las puertas del palacio presidencial: como ejemplo cercano tenemos a
Gadafi.
Puede que esté de acuerdo con eso, pero para obligar al régimen
a negociar debes crear las condiciones que le hagan aceptar. Un camino para eso
es ofrecer las condiciones para Ginebra, mediante un acuerdo entre las grandes
potencias que empuje al régimen o, más bien, obligue al régimen –y pueden
hacerlo si de veras quieren- a ir y aceptar un pacto basado en un período de
transición que prepare el camino para la marcha definitiva de Asad.
Pero existe el miedo de que seguir sin armar a la
oposición de forma organizada y por medios claros suponga que algunos
individuos y autoridades religiosas sigan dominando en el Golfo y fuera de él
la provisión de armamento exclusivamente a grupos concretos en las filas de la
oposición armada, los cuales representan su cara más radical. Así, la
marginación de los sectores moderados continuará.
Su pregunta contiene opciones tácticas muy débiles. Todos
queremos obligar al régimen de Asad a negociar y después dimitir, pero la
pregunta es cómo hacerlo. Una primera opción es dar armas a la oposición, un
paso que llevará, lo más seguro, a un aumento del enfrentamiento militar y que abrirá
las puertas al envío de armamento desarrollado al régimen, que a su vez
provocará una mayor destrucción y un punto muerto. La otra opción es ir a Ginebra
con un acuerdo entre las grandes potencias, incluida Rusia, y empujar al
régimen a aceptarlo. Son esas las opciones de las que disponemos.
Pero, ¿cree que partiendo de la opción de la negociación
puede empujarse al régimen a aceptar el cambio?
Sincera y objetivamente, creo que ambas opciones tienen
pocas posibilidades de éxito, pero debes elegir una. ¿Cuál? Ninguna de las dos
es ideal, pero nuevamente has de pensar en lo que tienes. En realidad, creo que
puedes probar primero la negociación y si fracasa, el paso a la segunda opción
será más aceptable.
Pero el tiempo se mide en las vidas de los sirios.
Estamos hablando de ir a Ginebra en la situación actual y entrar en un largo
camino de negociaciones.
¡Del mismo modo, optar por la opción contraria también supone
que se perderán las vidas de muchos sirios!
Es complicado convencer a amplios sectores de la sociedad
siria, que se han visto obligados a tomar las armas, de que recibir armas del
exterior empeorará las cosas, mientras el régimen recibe un generoso y continuo
apoyo de sus aliados. ¿No cree que el
verdadero desafío no reside en recibir las armas, sino en salvaguardar al
interior del hecho de que los que proveen las armas lo hacen para imponer sus
agendas a cambio?
Nuevamente, la cuestión que me preocupa son los resultados
de dicha acción. No se trata solo del aumento de víctimas y destrucción, sino
de perpetuar el equilibrio militar presente en Siria hoy, y con más armas, con
todo lo que ello conlleva para Siria. Naturalmente, el tema de las agendas es
otra cuestión. ¿Qué puede esperarse de un país como Arabia Saudí por ejemplo?
El pacifismo, la militarización y la solidaridad
internacional con los sirios que se han levantado:
Los sirios siguen hoy escuchando ciertas amonestaciones
por el hecho de que la resistencia armada está a la cabeza de la revolución,
después de que las manifestaciones fueran pacíficas y se mantuvieran así
durante los primeros meses. ¿Cree que los sirios tenían otras opciones y las
dejaron pasar?
No creo que los sirios fueran los artífices de esa opción en
primer lugar. Ello sucedió tras la respuesta represora del régimen sirio. Ante
los sirios solo existían las opciones de rendirse o el recurso a las armas.
Amonestarles es como decir que los vietnamitas se equivocaron al recurrir a las
armas cuando el gobierno apoyado por EEUU cometió masacres. Sí, los vietnamitas
eligieron la respuesta armada, pero la alternativa era aceptar que continuaran
las masacres. Esa no es una crítica seria.
Los sirios sienten cierta amargura por el hecho de que no
existe una solidaridad efectiva con su movimiento. No me refiero a los
gobiernos y los políticos, sino a los ciudadanos corrientes y los activistas y
las organizaciones de la sociedad civil. No solo hoy, sino desde los primeros
momentos cuando las protestas eran totalmente pacíficas, algo que se mantuvo
durante casi los primeros meses. ¿Cómo se explica eso?
La verdad es que mi impresión es la contraria. Yo me
encuentro en medio de movilizaciones de activistas de Occidente y creo que hay
solidaridad con Siria. Pero ¿cómo se transforma la solidaridad en actos? Eso es
otra cosa. Supongamos que eres un activista que vive en Nueva York, ¿cómo
muestras tu solidaridad? ¿Qué haces?
Quizá puedas organizar manifestaciones semanales…
Hubo manifestaciones, tal vez pocas; pero las
manifestaciones, a fin de cuentas tienen una efectividad limitada.
Pero apenas unos días después del inicio de la
movilización popular en Taksim en Turquía, aunque hablemos de un contexto
totalmente diferente, hemos visto manifestaciones de solidaridad por todo el
mundo. En Siria nos gustaría ver algo parecido.
En mi opinión, ello tiene que ver con la capacidad de las
comunidades turcas en Occidente de movilizar y reunir gente, una capacidad,
según tengo entendido, que no se da entre las comunidades sirias. Pero repito
que creo que Siria también ha recibido gestos solidarios, al igual que Túnez y
Egipto antes.
Hablando de Egipto, hubo un amplio apoyo, por razones
conocidas, con los que protestaban en Tahrir. Los sirios sienten la amargura de
que quizá deberían haber recreado la plaza de Tahrir para lograr ese mismo
apoyo, sabiendo que no escatimaron esfuerzos en ello, y que muchas vidas se han
perdido intentándolo.
Sí, se les impidió mediante el uso de una fuerza exagerada.
Estoy de acuerdo contigo en que la plaza de Tahrir logró un interés claro, en
parte debido a los grupos de activistas que trabajaron para unirlo al mundo.
Por ejemplo, la solidaridad de Tahrir con sus homólogos en Wisconsin dejó una
gran huella entre el público estadounidense. En general el retraso en mostrar
solidaridad y apoyo se ha dado en muchas ocasiones. Kennedy invadió el sur de Vietnam
en 1961 y sus aviones comenzaron entonces a disparar. Esta situación se
prolongó durante cinco años hasta que tuvo lugar la primera manifestación
organizada contra la intervención.
Pero estamos hablando de la era de las nuevas
comunicaciones y los medios de comunicación modernos. Todos tienen a su
disposición el flujo de imágenes.
Había corresponsales e informes que nos llegaban desde
Vietnam, ese no era el inconveniente principal creo yo. Lo principal es que no
había una conciencia popular madura para este apoyo. El tema del apoyo y la
solidaridad efectiva exige tiempo, esfuerzo y coordinación, tal vez sea eso lo
que hace falta. Mira Palestina: tenemos una desgracia que continúa desde hace
décadas, y no creo que el volumen de solidaridad sea suficiente. Tal vez las
cosas hayan mejorado recientemente, y hayamos comenzado a ver una mayor
efectividad en este contexto, pero hasta hace pocos años necesitaba protección
de la policía cada vez que llamaba a u organizaba una iniciativa solidaria con
Palestina.
El destino de Bashar al-Asad y el futuro de Siria:
¿Cuál cree que será el destino de Bashar al-Asad?
Caerá de una manera u otra, pero no voy a ocultar el hecho
de que creo que el resultado de la situación actual será horrible y que Siria
puede desintegrarse. Los kurdos pueden independizarse en algunas de sus zonas
mediante la relación con el Kurdistán iraquí y en coordinación tal vez con
Turquía. El resto de Siria, por su parte, puede dividirse en dos, dominando
Asad una parte. Esto será horrible y doloroso para el pueblo sirio y para
Siria, pero por desgracia, es hacia donde se dirige la situación a día de hoy.
Pero ¿cree que los Estados del entorno estarán contentos
con tal mapa, si así se puede llamar, con la inestabilidad que ello puede
provocar en sus fronteras?
Tal vez no les guste, pero ¿tienen mejores opciones? Tienes
que elegir entre las opciones que tienes y no las que deseas. Esa es la
realidad. EEUU puede aceptar eso, e Israel estará también contento, pues Siria quedará
desmembrada y desintegrada, como el resto del mundo árabe.
¿Qué piensa de la obsesión con la seguridad de su
frontera norte?
No se producirán grandes cambios. Asad seguirá dominando esa
parte. En general no habrá amenaza seria para la seguridad de Israel, pues
tiene una gran superioridad militar sobre todos sus vecinos, sean cuales sean
las posibilidades. Se suele exagerar la prioridad de la seguridad de Israel.
Israel ha rechazado ofertas para garantizar su seguridad a cambio de acuerdos
de paz apoyados en las resoluciones de la ONU, pero ha preferido siempre
ampliar su seguridad. Esa es su política.
Se observa un hecho sorprendente en relación con la
revolución siria: una hostilidad por parte de miembros y corrientes de la
extrema izquierda en Europa, la región árabe y el mundo en general,
calificándola como parte de la conspiración estadounidense imperialista. Y lo
mismo hacen corrientes y partidos de la extrema derecha, que ven en la
revolución una amenaza extremista a la presencia de minorías, especialmente los
cristianos. Hemos escuchado declaraciones de la extrema derecha en Francia y
Nick Griffin –líder del extremista y derechista Partido Nacional Británico- ha
visitado Damasco para defender a Bashar al-Asad… ¿Cómo se explica este fenómeno?
Ignóralos, no son importantes. Son grupos a los que, con
toda sinceridad, no podemos llegar ni con los que nos podemos comunicar. No
debe preocuparte demasiado tu incapacidad de convencer a grupos secundarios a
los que es difícil de todos modos llegar. Hay prioridades como el llegar a
grupos más importantes y con mayor presencia e influencia en la toma de
decisiones.
En la conversación que grabó en los primeros meses de la
revolución, con Bassel Shehade, dijo que no tenía consejos o recetas preparadas
para ofrecer al pueblo sirio en su difícil lucha, ¿ha cambiado eso?
La verdad es que no. Los sirios se enfrentan a una difícil y
compleja coyuntura y saben lo que deben hacer mucho mejor que yo. No he dado
consejos antes a quien me lo ha pedido: ni en Vietnam, ni en Nicaragua, ni en
ningún otro lugar. Pero quizá diga que los sirios deben ponderar bien las
opciones que tienen y valorar los resultados que pueden conllevar. Deben hacer
eso mediante una lectura objetiva de la realidad, y no quedarse en el mundo
creado por su imaginación, diciendo no quiero esto y me niego a lo otro.
Todos los movimientos exitosos que han llamado al cambio han
tenido que renunciar a algunas cosas en momentos concretos basándose en una
lectura de la realidad y una valoración de las otras opciones. Incluso el
movimiento sionista tuvo que aceptar el informe del Comité Bill 37, como la
mejor solución. Después, siguieron desde ahí. Los vietnamitas aceptaron las
decisiones de Ginebra 1954. En la práctica aceptaron la división: la
alternativa era quizá utilizar las armas nucleares contra ellos o aplastarlos
militarmente. Lo aceptaron para poder continuar más adelante, y creo que
hicieron bien.
Es difícil movilizarse en el mundo real sin ofrecer alguna
renuncia. No tengo consejos que dar, solo que no dejéis que vuestros deseos
oculten la realidad por completo: prestad atención a las realidades. Vivimos en
un mundo real con todos sus horrores y debemos tratar con él y adoptar
decisiones en él.
¿Cree que las negociaciones pueden llegar a que se acepte
la presencia de Asad en la Siria del futuro, sea cual sea la solución?
La simple esperanza (aunque sea débil) gira en torno al
contexto de las negociaciones, en las que los que apoyan a Asad, especialmente Rusia,
hagan lo que dicen que harán: empujar a Asad a que acepte ser parte de un
gobierno temporal con poderes limitados como paso previo a su marcha. Es una
esperanza débil, pero no es imposible. Si me preguntas por las posibilidades de
su éxito, no tengo respuesta, pero no parece en absoluto imposible.
*La entrevista se produjo el 16 de junio de 2013, en Beirut,
para la web de Al-Jumhuriyya, el periódico de los Comités de
Coordinación Local “Salimos a pedir libertad” y la fundación Heinrich Böll.
Gracias al doctor Fawwaz Tarabulsi por facilitar esta
entrevista.
Gracias a todos por hacernos llegar esta entrevista. Gracias
ResponderEliminarDe nada
ResponderEliminarComo al equipo del blog le encanta la poesía, y aquí hablan de árabes e irán, les comparto éstos versos del gran autor Persa Mohammad Reza Alipayam (alias Haloo)
ResponderEliminarYou ( the Arab) who are looking with greed at the Persian Gulf, this mouthful is not compatible with your big stomache.
For in it’s clear and clean waters without any doubt, its fish not lizard you barefoot Arab”!.
!Viva la democracia, viva la cultura occidental libre, no al despotismo teocrático racista oriental!.
La Siria aramea-que no es árabe, como tampoco lo es el fenicio Líbano, así digan lo contrario los invasores y sus lacayos como el Antioqueño Elías Khouri- será libre ... pero del panarabismo y del panislamismo.