Texto original: Al-Jumhuriyya
Autor: Nai'la Mansur
Fecha: 26/06/2013
"Viviremos nuestro sueño hecho realidad aunque no queráis"
(Kafranbel ocupada, 06/01/2013)
Con el inicio del nuevo milenio, el filósofo francés Edgar
Morin publicó una especie de guía para los educadores del futuro en la que se
incluyen siete vías para un futuro educativo visionario en el que el individuo
se integre en su persona y su sociedad y en el mundo y el universo en general.
Por ejemplo, proponía la educación bimetódica para una comprensión no unitaria
o focal de los fenómenos y las realidades; la introducción de la condición
humana en toda aproximación científica o metódica por muy cercano que esté el
campo de estudio a las ciencias exactas; la enseñanza de la ciudadanía mundial
a los niños del futuro, para hacerles comprender que su destino está ligado al
destino de toda la Humanidad, y así sucesivamente.
Entre las siete vías, hay una que es preciso mencionar y poner
en práctica hasta el final en días como estos llenos de dureza que está
viviendo nuestro Levante. Esta vía propone que el ser humano del futuro aprenda
a tratar con lo inesperado y con lo que no puede predecirse con facilidad, pues
la experiencia del siglo XX ha demostrado la dificultad de predecir el destino
de la temeraria y no calculada aventura humana, desde los heraldos de la
Primera Guerra Mundial hasta la elección de Bush hijo y la guerra contra
Afganistán e Iraq.
Hoy, veintisiete meses después de marzo de 2011, vemos
claramente que la revolución siria ha
sido una concentración de la teoría del destino no calculado de la aventura
humana, no en el sentido de que quien se levantó por su dignidad y su libertad
fuera un aventurero loco. El revolucionario es un aventurero sin duda, pero el
derecho innegable que le llevó a su aventura y conformó su punto álgido no
puede relativizarse, incluso aunque el camino se tuerza o fracase. Cuántos
ejemplos hay en la historia sobre causas justas que no han logrado sus
objetivos. Pero en la aventura han participado y participan todas las partes, desde
la representación política de la oposición por parte de fuerzas democráticas (y
no democráticas) hasta las potencias internacionales influyentes, pasando por
las potencias regionales. La oposición se apresuró al confiar en que la
revolución armada tendría un rápido éxito, y al confiar en que el apoyo
internacional llegaría sin dilación. También se apresuró en su alianza sin
condiciones con fuerzas que no buscan necesariamente la misma forma para el
Estado (sirio) del futuro, y en su negligencia ante los errores recurrentes en
el interior de la revolución. Las potencias internacionales, por su parte, se
apoyaron en sus representaciones del antiguo colonialismo, entendiendo que
Siria y Oriente Medio en general es un campo internacional abierto, como lo fue
a principios del siglo XX, sin tener en cuenta el tiempo o los resultados de la
prolongación de la violencia. En cuanto a las fuerzas regionales, sus
aventurismos se resumen en el significado primero de la palabra aventura,
irrumpiendo en nuevos lugares y pretendiendo dominar la situación por completo,
como hace Hezbollah bajo supervisión iraní. Por su parte, el régimen ha
sobrepasado límites inimaginables en las distintas etapas de su aventura
fascista. El resultado es que el sirio se enfrenta a una vida y un destino que
no fue capaz de prever.
Pero lo que nos importa de la teoría de “enfrentarse a lo
inesperado” en realidad no es la parte de la aventura, pues eso es obvio ya y
no es necesario hacer ninguna inferencia que los sirios más que nadie han
logrado descifrar por sí solos. Se sienten frustrados por el hecho de que su
destino no depende de ellos, sino de otros jugadores. La parte útil de esta teoría
es la parte del enfrentamiento, el cómo enfrentarnos a lo inesperado, cómo
enseñamos a las nuevas generaciones a hacerlo. Creo que el primer paso se
esconde en una comprensión objetiva de una realidad que intentamos negar
continuamente querellándonos en exceso con el punto al que hemos llegado. La
realidad es que un pueblo entero puede desaparecer, y una cultura entera con él,
y en definitiva un universo al completo también, si siempre nos aferramos a los
mismos mecanismos harto repetidos y utilizados miles de veces sin cambiar
nuestra aproximación a las realidades y los hechos.
En esta etapa de la revolución, y para enfrentarnos a
destinos que muchos no esperaban, excepto los pseudo-profetas que han recibido
la inspiración, merece la pena, para hacer la situación más flexible y para
poder enfrentarnos con lo inesperado extraer nuevas formas de resistencia. Y
parece que la sociedad siria en las zonas cercadas que han sido abandonadas a
su suerte sin un mínimo de medios para vivir, están desarrollando esas formas
de resistencia, de vida y de confrontación de las condiciones que nunca
imaginaron, y se enfrentan a nuevos enemigos que pretenden extender su nuevo dominio
mediante el filo de la espada. En el nivel político esto puede alargarse antes
de dar nuevos frutos, a no ser que la política nazca de nuevo de formas
sociales y organizaciones nuevas que nadie puede predecir.
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