Texto original: Al-Quds al-Arabi
Autor: Elías Khoury
Fecha: 23/03/2015
A Razan Zaitouneh, Samira Jalil, Wael Hammada y Nazem
Hamadi, en el aniversario de la revolución siria.
Todo nos conduce a la desesperación, pero no desesperaremos.
Vivimos en la frustración, nos tragamos el dolor y las sombras de los muertos
ocupan nuestras miradas, pero no desesperaremos.
La revolución de los niños de Daraa y de los cientos de
miles que ocuparon las calles y plazas mientras derramaban sangre y libertad, el
rostro de Ghiath Matar, el martirio de Basel Shehadeh tras una cámara en Homs,
las imágenes de tortura publicadas por el régimen en las redes sociales, los
nombres de los días de la revolución (desde el viernes de Saleh al-Ali hasta
Viernes Santo, pasando por el viernes de la unidad del pueblo sirio), el grito
de los manifestantes a los soldados para que no dispararan a su pueblo, la
valentía del pueblo que gritó “Al pueblo sirio no se le humilla”, las
coordinadoras locales… Todo ello configura el cuadro de un sueño. El monstruo
pisotea a la gente reprendiéndoles mientras ironiza: “¿Queréis libertad?” La
gente muere, pero no renuncia a su libertad y su dignidad.
Una simple expresión resume la explosión de libertad en
Homs, Hama, Deir Ezzor, Alepo y Damasco, la expresión que escribieron los niños
de Daraa mientras disfrutaban de su libertad, que habían recuperado en las
paredes de su ciudad, convirtiéndose todas las paredes del mundo en un eco del
eco de sus voces. La muerte de Hamza al-Jatib pasó a ser otro nombre de la
infancia de la libertad y la fútil dignidad del ser humano.
Esas imágenes configuran nuestra memoria, esa a la que no
logrará destruir la memoria del crimen, el fracaso, el tropiezo y la degradación
moral que ha causado la lucha regional por Siria, para evitar que dicho país
recupere su voz. Es nuestra memoria frente al tropiezo de la oposición u
oposiciones, y su decadencia bajo los golpes de las ilusiones que van desde el CNS
a la CNFORS, y un largo etcétera. Es la Siria dibujada en el rostro del dolor y
la destrucción salvaje.
En el inicio del quinto año del gran estallido sirio, la
mayor amenaza a la que se enfrenta el pueblo sirio hoy es la guerra de la
memoria de la decadencia y el salvajismo contra la memoria del sueño y la
esperanza. Desde el inicio, el régimen, recurriendo de pleno a la solución
militar, insistió en borrar las manifestaciones con la sangre de los
manifestantes, y en enterrar el levantamiento popular bajo los escombros de los
pueblos y las ciudades destruidas. La muerte como borrador de la memoria, y el
amontonamiento de las desgracias como borrador de la desgracia. El despotismo escondía
una gran cohesión del aparato militar que había creado, y el potencial de las
mafias de los servicios secretos que habían sido educados en la resistencia.
Que el régimen se lanzara sin condiciones a los brazos de su aliado ruso y su
total subyugación a la estrategia de su aliado iraní han sido algunas de las
razones de su éxito. Sin embargo, el mayor éxito ha sido su decisión de
convertir Siria en una Hama, donde el dictador padre había escrito la historia
de su régimen salvaje con sangre. El hijo aprendió la lección y decidió destruir
Siria y vengarse del pueblo convirtiéndolos en refugiados, desplazados y
mendigos. Así, recuperaba la historia de los mogoles y los tátaros, que
edificaron los muros de su dominio con calaveras humanas.
Sin embargo, el pueblo sirio, que salió a las calles de la
libertad, decidió no regresar a la cárcel: un pueblo sin liderazgo político,
cercado por la represión del déspota y las milicias sectarias aliadas, se ve
asfixiado por un grupo de “aliados” que intentan por todos los medios matar su
espíritu. Un pueblo al que cercan sus “amigos”, como lo hace el régimen, se ha
visto descender progresivamente a la posición de víctima absoluta.
Un régimen bárbaro por un lado y Daesh y sus hermanos por
otro. Uno mata y el otro quema, crucifica y comete genocidio, y ambos rapiñan
la sangre del pueblo sirio. El régimen ha robado el sueño de los ojos apagados de
los niños, y Daesh y sus hermanos han robado la revolución de las manos de la
gente, convirtiéndola en otra cara del salvajismo que caracteriza al despotismo
y su decadencia.
Hoy la memoria de la revolución se pone frente a la memoria
del crimen.
No desesperaremos porque nosotros hemos sido testigos.
No olvidaremos porque no podemos traicionar nuestras voces.
No nos someteremos a aquellos que borran el crimen con
crímenes, ni a los que quieren destruir nuestra vida llamando a la rendición
ante los dictadores.
La revolución estalló en nosotros y nadie la hizo estallar.
Es cierto que las élites políticas no han estado a la altura de la revolución,
y que los emires del petróleo y el gas que han jugado con estas élites han
hecho del liderazgo un trapo con fragancia de fracaso, y que los “aliados del
pueblo sirio” no han sido más que una gran mentira de unos estados que no ven
en nuestros países más que antiguas colonias. También es cierto que la
revolución se ha desvanecido y que Daesh y Al-Nusra la han convertido en una
nueva pesadilla.
Todo eso es cierto a día de hoy, y todo ello nos invita a la
desesperación. Pero después de desesperarnos y superar la desesperación,
descubrimos que el pueblo sirio, el pueblo de los refugiados y desplazados, el
pueblo al que han sacrificado y con el que se han ensañado, ese pueblo es el
único que posee el secreto de la supervivencia.
No solo posee la memoria de los valores de la libertad y la
dignidad humana, sino que también es la materialización viva de dichos valores.
Y mañana, cuando esta pesadilla haya pasado, los actores regionales e
internacionales descubrirán que su juego salvaje y su lucha por Siria no les ha
llevado a ninguna parte y se les volverá en su contra. Entonces, no habrá más
que una voz, una voz en la que se unen millones de gargantas que gritan por la
libertad.
En ese momento, no vencerá más que quien haya preservado los
valores éticos y humanos, porque los valores de la justicia, la libertad y la
igualdad son los únicos que pueden curar las heridas, haciendo que la memoria
de la libertad reine sobre la memoria del dolor.
Le sugiero seguir en twitter a:
ResponderEliminarSunny Hundal @sunny_hundal · 26 de mar.
So Saudi Arabia and other Arab countries can quickly muster 100,000+ troops for Yemen, but not against ISIS or Assad? Right...
El link de abajo, apesar de su título, es relevante para Siria y todo el medio oriente:
ResponderEliminarhttp://www.mcndirect.com/showsubject.aspx?id=60293#.VRbIqPxwtKA
Por favor Naomí no bloquees mis comentarios.
ResponderEliminarTe pido que leas éste artículo y veas cuan relevante es para tu amada revolución siria:
El arabismo como causa del fracaso de la revolución, la democracia y la modernidad en el medio oriente:
http://salamamoussa.com/2014/07/04/salama-moussa-in-jail/
No se bloquea ningún comentario, simplemente no estoy todo el día esperando a ver si alguien comenta para aceptar ipso facto...
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