Aunque siempre se intenta no publicar dos textos seguidos de
la misma persona, en este caso las palabras de la activista Marcell Shehwaro en
Facebook tras la masacre de Ayn Yalut, en la que decenas de niños murieron tras
el bombardeo de un colegio hace unos días, son quizá el mejor reflejo del
sentimiento de abandono en la población siria:
“No he escrito sobre la masacre
porque, para seros sincera,
ni siquiera me ha conmovido.
Sentí mi útero y me prometí a mí misma
que no traería hijos al mundo mientras Al-Asad siga
codiciando su sangre desde su trono.
Después lloré un poco, pero mis ojos apenas se enrojecieron.
Entonces me dije que no traería hijos al mundo mientras la
Humanidad siga sin aprender
que la sangre sagrada de los niños brotará de forma agresiva
hasta hacer estallar el silencio de aquellos que aún se
mantienen fríos.
No he escrito sobre la masacre porque mi día fue
extremadamente cotidiano,
mi tristeza es extremadamente cotidiana,
y los detalles de cada polémica siguen exactamente donde los
dejaron.
No he escrito sobre la masacre
porque un preciado amigo perdió en ella toda la familia que
le quedaba
y no sé qué decirle, a pesar de lo importante que él es para
mí.
No he escrito sobre Ayn Yalut, porque antes y después
seguimos creyendo que si hacemos suficiente ruido para
llenar el mundo
detendremos las masacres.
Y la realidad es que ya ni siquiera escuchamos nuestras
propias voces.
Intenté recordar Al-Houla, Baniyas, las armas químicas…
Este carnicero nos pone a prueba y lo sale victorioso:
Antes nos conmovía la juventud de Anas Sammu cuando fue
asesinado por una bala rencorosa,
y ahora nos hemos acostumbrado a las vísceras de los niños.
Hemos agotado todas las posibilidades de la lengua.
Todo lo que sentimos podemos reprimirlo tras una sonrisa,
Todo lo que queda en nosotros de las masacres
son las marcas de nuestra piel en nosotros mismos,
las marcas de una pregunta imposible de responder:
¿qué tenemos que hacer?”
Gracias, Noemí, por acercarnos las voces del valiente y sufrido pueblo sirio. A pesar, como siempre, del clamoroso silencio de la política, mediocre y guerrera, complaciente con sus iguales, cómplice de criminales; de los medios, lacayos cobardes.
ResponderEliminarSit tibi terra levis, muchachos de Ayn Yalut
Lastima que un pueblo con tanta historia no puede resolver en el siglo XXI sus diferencias hablando.
ResponderEliminarAssad tuvo bastante tiempo para empezar abrir su politica al sistema democratico, no es perfecto, pero es mucho mas justo, contenta mas el pueblo, rebaja tensiones con el voto y los cambios de partido. El sistema democratico deja sitio para la esperanza, 4 años pasa rapido y con un poco de suerte salen los nuestros.
Que sera de Assad en el futuro, con el en el poder tiene las puertas cerradas en 90% del mundo, seguro que no escapara de ser juzgado por genocidio.