Texto original: Al-Quds al-Arabi
Autor: Elías Khoury
Fecha: 13/12/2016
Bashar al-Asad
puede bailar sobre los escombros de Alepo, entrar con su ejército y las
milicias de sus aliados fundamentalistas en la ciudad, vengarse de su ciudadela
y destruir la tumba de Al-Mutanabbi[1], anunciando su victoria sobre la bella
ciudad y lo que queda de ella.
Por su parte,
los países árabes y regionales que han arrasado el levantamiento popular sirio
con dinero, petróleo, gas y armas inservibles, pueden cantar, incluso viendo
cómo sus seguidores son derrotados, porque han logrado abortar la idea de la
libertad y la dignidad del ser humano que hizo que cientos de miles de sirios
ocuparan las calles con sus proclamas y su muerte, que han tomado el cielo.
Putin puede
jactarse de que la intervención de sus aviones, expertos y maquinaria de
destrucción que posee Rusia ha convertido Siria en un Grozni y ha hecho
realidad el deseo del pequeño dictador sirio, que había lanzado el siguiente
lema: “Asad o quemamos el país”.
La diplomacia
estadounidense puede dar al mundo una lección de escoria, indignidad y palabras
vacías de significado, mientras presencia cómo ha logrado destruir Siria con un
coste mucho menor que el que tuvo la destrucción de Iraq.
El déspota sirio
ha destruido su país con sus propias manos, apoyándose en una negra alianza
regional e internacional, y cree que recuperará sobre la destrucción de Siria un
atípico Imperio Ruso o el sueño imperial iraní.
El Israel racista
del Likud puede sentirse embriagado ante la visión de la destrucción del Bilad
al-Sham a manos del dictador.
Por último, los
fundamentalistas pueden estar orgullosos de que su represión del pueblo sirio
en aquellas zonas en las que tomaron el control no ha sido menos salvaje que la
represión del régimen. Cuando pisaron la bandera de la revolución siria,
estaban pisando el sueño democrático. Con ello, acumularon una nueva
experiencia cruenta que les capacitó para jugar nuevos papeles ante sus
dirigentes directos e indirectos.
Todos los
asesinos y carniceros se han reunido para asesinar a Siria y humillar a su
pueblo. Cuando se secuestra a Razan Zaitouneh y Samira Khalil en Duma,
gobernada por el Ejército del Islam, cuando los fundamentalistas solo elevan
lemas de humillación a la mujer siria, cuando las únicas preocupaciones de
Daesh son el cautiverio, el asesinato y la destrucción, estamos ante una escena que reformula
el salvajismo de la prisión de Tadmor[2], la insistencia de los shabbiha del
régimen en obligar a los detenidos a divinizar a Asad, la celebración del
asesinato, la violación y la humillación que dominan a la perfección los
shabbiha mientras asolan Siria y convierten el recuerdo de Timurlán en una
escena del presente.
Alegraos, asesinos
y carniceros, tenéis derecho a ello. Siria es el punto de inflexión que anuncia el fin de los valores morales y humanos, y la entrada del mundo,
encabezado por el occidente estadounidense, en un túnel de salvajismo y racismo.
No queremos
culpar a nadie. El pueblo sirio estalló en una revolución noble que fue modelo
de la voluntad, firmeza y capacidad de sacrificio de un pueblo en su enfrentamiento
con la dictadura y el despotismo. Las manifestaciones en las ciudades y pueblos
de Siria, sus lemas nacionales que fueron reprimidos por balas, asesinato,
tortura y humillación, fueron un claro anuncio de que la llamada de la verdad y
la libertad puede crear su propio lenguaje, a pesar de todo.
No queremos
culpar a nadie. Bueno sí, tenemos que preguntar a quienes se elevaron como dirigentes
incapaces de dirigir, y se dejaron llevar por la ilusión de una intervención extranjera,
lanzándose, al menos algunos de ellos, en los brazos del tiempo del petróleo y
el despotismo árabe, comiéndose a la revolución desde fuera, por medio del
dinero, las armas y el pensamiento fundamentalista oscurantista. El pueblo
sirio se encontró solo en su enfrentamiento contra los instrumentos ciegos de
la muerte. Sí, tenemos que revisar nuestra cultura de forma radical, no porque
sea un mero problema cultural, pues es un problema político y económico en
primera instancia, sino para reconfigurar las élites políticas y de
pensamiento, que han de llevar la herencia de esta sangre siria y convertirla
en un hecho histórico mediante la compenetración con la gente y siendo
partícipes de su dolor y sufrimiento. Así convertiremos este asesinato y este gran
dolor en una historia a través de la cual veamos un futuro construido por la
libertad. Sí, no debemos perdonar a los asesinos y carniceros, y debemos
juzgarles ante nuestra conciencia nacional en todo momento, hasta que llegue su
cita con la Justicia. Sí, no debemos olvidar las largas caravanas de muertos
bajo tortura y asesinados, las imágenes de niños bajo los escombros, el
sufrimiento de millones de refugiados y el lamento de las ciudades a las que le
han arrancado la vida.
Los asesinos
pueden cantar, pues el fascismo llena el mundo. El nuevo presidente
estadounidense personifica la descortesía, el salvajismo capitalista y la
venganza del hombre blanco, pues ve en el dictador árabe que ha destrozado su
país al mejor aliado para que continúe la decadencia, humillación y frustración
de los árabes. En ello coincide con el Zar ruso y el fascista sionista, que no
ven en nuestros países más que la destrucción que provoca el desierto de
sangre. Los sirios y las sirias, que nos han enseñado lo que son el sacrificio
y el orgullo, son testigos hoy de la destrucción de nuestro tiempo, pero saben
que las victorias del despotismo, el fascismo y los fundamentalismos ciegos no
son más que una ilusión.
Es cierto que
las imágenes de destrucción han cegado los ojos, y que las gargantas han sido cortadas,
los cadáveres de los niños han sido deformados y la dignidad humana ha sido
ocultada por el polvo de los bombardeos. Sin embargo, lo que los dictadores
desconocen es que quien juega con la destrucción terminará siendo víctima de
ella, y que su alegría hoy ante la destrucción de una tierra y un pueblo, es un
instante que no puede durar. El pueblo que rompió el muro del miedo y se vistió
de libertad, no volverá al tiempo de la oscuridad, por muy fuerte que sea la
brutalidad. El pueblo que derribó las estatuas del dictador no las levantará de
nuevo, aunque todas las fuerzas sobre la Tierra vengan a ello. El pueblo al que
se humilla hoy en tiendas para refugiados y en las ciudades sirias totalmente
asoladas no aceptará la humillación. El dictador fantasea con que ha vencido, y
sí, ha vencido, pero su victoria será una ilusión y verá que nadie puede jugar
con la muerte para siempre.
Ahora es el
momento del dolor, pero no el de la desesperación. Es el inicio de un tiempo
después de la desesperación, que debemos construir con paciencia e insistencia
en el sueño de la libertad.
[1] Conocido poeta árabe del siglo X nacido en Iraq y fallecido en Siria.
[2] Tristemente célebre prisión en Palmira donde se cometió una cruenta matanza en 1980.
Las perspectivas para el pueblo sirio son tan negras que no me atrevo ahora mismo a decir cómo acabará esto.
ResponderEliminarSegún prestigiosos analistas extranjeros, la revolución Siria estuvo apoyada por Arabia Saudí, uno de los países más represores del mundo. ¿No es así?.
ResponderEliminarEl artículo no tiene ningín sentido en el mundo real, acaso el autor ha meditado el hecho que poco son los pueblos que pueden enfrentarse a la mafia Kazharian, ahora Siria pago el precio, porque en ello se le va la vida a Rusia e Iran, la desintregración de Rusia como gran país sería un hecho, los pueblos son muy ignorantes amigo, soñar con libertad cuando ni siquiera se conoce al enemigo es ser como minimo ser muy ingenuo.
ResponderEliminarEl pueblo fue manipulado desde principio a fin, no hubo nada espontaneo.
Digamos que el "Zar Ruso" no interviene que pasaría señores, LIBIA, ahí lo tienen, no necesito decir mas nada, todos podemos hablar de Libertad, todo podemos amar el capitalismo sabiendo que nos llevara a una muerte segura, pero el que afronta los hechos, el que deja los idealismo aun lado, y asume la lucha responsable, ese el elegido.
El pueblo sirio cayo en la trampa de su propia ignorancia, no teniendo en cuenta la geopolitica, ni el caos que se le vendría encima, no es culpa de Assad lo que ha pasado en el país, sin Assad ahora habría alguién pro-sionista, como dijo el Srtaffan de Mistura un traidor al pueblo sirio y a la libertad de todos los pueblos.
Se puede culpar a todo el mundo, pero el primer culpable es la IGNORANCIA.
Piensen un poco estoy de acuerdo con el hecho de que siempre los que sufren son los mas débiles, la razón habría que buscarla en nosotros mismos.
Hoy ya te he señalado al enemigo, el IMPERIO ROTHSCHILD, depende de ti entenderlo...el sionismo lanzó la guerra contra Siria, no Rusia, no Irán, no China.
totalmente de acuerdo,.
ResponderEliminarpero cuidado, éste es un site no de delirantes soñadores sino de fanáticos fundamentalistas.
leer la ensalada de este ensalzado (por the independent...) escriba es lo mismo que escuchar a las clases medias/mierdas de sincretismo ideológico que incluye, x ej: los castro, ok, pero maduro es un dictador, o lula sí pero cristina kirchner es una ladrona que quebró a argentina!
en suma, tobías, en unos, ignorancia suma; en otros, como este literato, algo mucho peor.
éste es un nido de víboras, incubadora de fakenews.
alertemos a los conocidos!