A continuación, presentamos la traducción de las palabras de una joven cristiana activista siria. Desde este blog, dedicamos esta entrada a un amigo cristiano que lleva casi un mes detenido y de quien no tenemos noticia alguna desde entonces. A él y a todos los sirios detenidos porque no hay diferencias entre los hijos de una misma nación, les deseamos la libertad y la dignidad por las que tanto han sacrificado.
Soy Hadeel Kuki, una joven siria, nacida en la provincia de
Hassake. He querido estar hoy con vosotros en el aniversario de la disolución
del partido de las Fuerzas Libanesas[1], el partido cristiano libanés que se
plantó en contra de la injusticia, en contra del régimen de Bashar al-Asad el
cual a su vez intentó enfrentarse a él y detuvo a su líder. Pero a pesar de
ello, no consiguió destruirlo.
Quiero contaros lo que me pasó en Siria, aunque no pertenezco al mundo de la política, sino que soy una joven normal que aspira a la libertad de su país, para vivir en una Siria libre, en paz, que goce de democracia y dignidad. Salí de Siria hace unos meses. Siria, país en el que nací y donde me crié, donde hice mi Primera Comunión y donde celebré todas las fiestas. Salí huyendo de Siria debido a una serie de de situaciones que sufrí allí como les sucede a miles de jóvenes sirios.
Salimos en marzo, a comienzos de marzo, yo y un grupo de amigos clamando libertad y llamando al levantamiento contra este régimen represor, pidiendo que Siria sea para su gente. Queremos un parlamento real que nos represente, que represente a los jóvenes de Siria, queremos que las riquezas del pueblo sirio sean para todo el pueblo, sin robos ni corrupción. El pueblo sirio está cansado, ha vivido largas décadas de injusticia y corrupción.
Este régimen opresor nos detuvo a mí y a mis amigos durante un largo período y nos sometió a una terrible tortura dentro de la cárcel. Después nos soltaron y, a continuación salimos a apoyar a la gente de Hama que está siendo asesinada, a la gente de Daraa que también está sufriendo ese destino, a los niños de Homs que están siendo detenidos y torturados... La revolución comenzó a extenderse, a crecer, hasta llegar a todos los rincones de Siria.
En la cárcel fui víctima de una terrible tortura, como cualquier otro detenido de cualquier otra confesión. Sin embargo, los hombres de los servicios de seguridad, los hombres del régimen incitan al sectarismo dentro de la cárcel, intentaban que odiásemos a nuestros hermanos, los musulmanes de Siria, pero nuestra revolución no es la revolución de los musulmanes ni la de los cristianos. Es una revolución contra la injusticia, una revolución por la libertad, por la dignidad. Todo el que abre la boca en Siria y habla y dice “Queremos libertad”, termina detenido y torturado, sin tenerse en cuenta su secta o su adscripción. Pero el régimen desde el principio de la revolución está intentando utilizar a los cristianos como una carta con la que presionar a Occidente y a los propios cristianos, para meterles miedo.
He estado en Alepo, en cuya universidad estudio, he participado en las manifestaciones en Idleb, en Alepo y en Hama, y seguro que todo el que conoce esas zonas sabe que son zonas muy religiosas, tremendamente ligadas a su credo musulmán. Íbamos juntos, de la mano de los revolucionarios y en ningún momento sentimos ningún tipo de discriminación por parte de ellos. Yo, como joven cristiana, o mis amigos cristianos, muchos de los cuales participan en la revolución, han sido detenidos y seguro que hay muchos nombres de cristianos que han sido detenidos y torturados, y que han luchado tanto en el ámbito político como en el revolucionario.
He querido participar aquí para mandar un mensaje a los cristianos de Siria, a los de Líbano y a los de todo el mundo. Seguro que los cristianos de Siria conocen la verdad y, como dijo el mesías, la verdad los libera. Seguro que los cristianos de Siria saben lo que este régimen les ha hecho a ellos y a los cristianos en Líbano. Este régimen no puede ser de ninguna de las maneras el protector de las minorías ni el protector de los cristianos. Este régimen ha utilizado el pretexto cristiano demasiado, y a la vez ha obligado a exiliarse a los cristianos. Los cristianos de Siria suponían un porcentaje de población del doble de lo que ahora suponen antes de que Hafez al-Asad tomara el poder. Muchos cristianos comenzaron a exiliarse, los cristianos se convirtieron en refugiados. Desgraciadamente, desafortunadamente, acabaron siendo, como se suele decir, “mendigos en las puertas de las embajadas extranjeras”, buscando visados que los llevasen a Europa o a América, debido a la pobreza y a la marginación a la que fueron sometidos los cristianos en Siria, cuyas posesiones fueron confiscadas. El régimen sirio ocultaba el trabajo de los cristianos como si no importara. Los cristianos consideraban que él era su protector, su garantía, mientras que los cristianos de Siria han vivido siempre en esta tierra y jamás se han visto sometidos a ningún tipo de maltrato por parte de su gente con la que han convivido a lo largo de la historia. Cuando llegó este régimen represor, detuvo a muchos cristianos durante años y los obligó a exiliarse.
Hay muchos nombres que brillan en el liderazgo político, por ejemplo el señor George Sabra[2], personas que fueron detenidas y tiradas en un calabozo solo por expresar su opinión de forma pacífica. De mi provincia, destaca el doctor Yaqub Musa[3], solo por expresar su opinión sobre la revolución siria, solo por expresar su solidaridad moral con la revolución siria, fue metido en un calabozo, a pesar de que tiene setenta años y padece de corazón.
Este régimen no puede ser el protector de los cristianos. El régimen que asesinó a los cristianos en Líbano no puede ser el defensor de los cristianos en Siria y ellos lo saben bien. El régimen siempre intenta hacer ver que la opinión de los cristianos está poco clara y es confusa. Pero la realidad no es así: los cristianos de Siria saben perfectamente quién es el que mata, quién es el que secuestra y quién es el que tortura. Es él quien maltrata a los sirios.
Solo quiero lanzar un mensaje a los cristianos de Siria y Líbano que están de parte del régimen. Quiero decirles que dónde están cuando hay gente como Michel Kilo[4], que estuvo detenido durante años, o George Sabra, o Musa Yaqub, o Rula al-Zahar[5], o gente como yo y decenas de miles de jóvenes cristianos que hemos sido detenidos y torturados y ninguno de vosotros, tristemente, ninguno de los líderes religiosos y políticos cristianos ha preguntado por nosotros mientras estábamos siendo maltratados, encerrados en las cárceles. Muchos amigos míos cristianos y yo nos hemos desligado de nuestras familias, nos hemos convertido en refugiados fuera del país. Estamos cansados, totalmente diseminados por el mundo, exilados lejos de nuestro país sin nuestras familias. ¿Dónde estáis, qué pensáis? ¿Por qué nos os habéis puesto de nuestra parte, por qué no nos habéis protegido, por qué estáis de parte de y protegéis a este régimen? El régimen nos ha perseguido, detenido y torturado.
Tengo que agradecer mucho al partido de las Fuerzas Libanesas que nos ha acogido y ha intentado hacer que nuestras voces se oigan como cristianos sirios. Desgraciadamente, los cristianos sirios no tenemos un soporte político que nos apoye. Solo ahora hemos comenzado a consolidarnos y a movilizarnos en bloques. Por ejemplo está Cristianos de Siria por la Democracia, un grupo que han fundado importantes figuras del cristianismo para apoyar a la revolución siria. También está el Bloque por Siria, que está formado por un importante número de siriacos sirios que apoyan la revolución siria. Pero, por desgracia, nos duele y entristece mucho la postura de algunos hombres de religión. Me enfada mucho cuando sale algún hombre de religión libanés cristiano (a defender al régimen). Soy una joven cristiana, me considero como parte de la religión del mesías. Cuando salgo de la cárcel torturada y nadie pregunta por mí, ni por ningunos de mis amigos cristianos (me duele).
A los cristianos en Siria les quiero decir una última cosa. Es cierto que hay quien dice que los cristianos tienen miedo del futuro, lo mismo que les sucede al resto de minorías. Yo, como cristiana y como siria, también tengo miedo del futuro, como cualquier otro sirio, pero el miedo de los cristianos se enmarca en un miedo general que tienen todos los sirios del futuro. Este miedo es resultado de la enorme represión que ha ejercido el régimen, resultado de la incitación al sectarismo que el régimen intenta implantar. Claro que tenemos miedo del futuro, miedo de la complicada situación, de los postulados ante los que el régimen nos hace ser precavidos. El régimen está empujando al país a problemas, a complicadas luchas sectarias. Debido a la ingente represión, el régimen está atrayendo al país la ocupación, las injerencias extranjeras. Nosotros empezamos esta revolución de forma pacífica y no queremos eso, pero por desgracia, llegamos a una situación a la que no queríamos llegar. El régimen nos ha llevado a ella. Ese es el verdadero miedo de los cristianos, que es el mismo miedo que tiene todo el mundo es Siria.
No hay que tener ningún miedo por los cristianos de Siria ni por las minorías, porque los revolucionarios han confirmado en todas y cada una de las ocasiones, cada día, en cada manifestación, en todo movimiento, que ellos están muy alejados del sectarismo porque saben que el sectarismo solo beneficiará al régimen y desintegrará a la sociedad siria. Eso es algo que todos nosotros desde el primer día de la revolución estamos intentando evitar y así seguiremos, si Dios quiere, hasta el último día.
Los cristianos de Siria pertenecen a esta tierra y mueren y nacen aquí. Seguiremos siempre en esta tierra. Ni el régimen sirio, ni nadie, podrá luchar contra nosotros ni echarnos. Todos somos sirios, todos somos uno y nos quedaremos en esta tierra.
(Presentador: Este es el testimonio de la joven activista cristiana siria, Hadeel Bashar al-Kuki, que supone una respuesta contra aquellos que afirman que los cristianos rechazan la revolución y que están de parte del régimen por muy injusto que sea. La injusticia no tiene religión, ni confesión, ni identidad. Hadeel, de 20 años, hija de la provincia de Hassake, fue detenida en Alepo tres veces y fue torturada, y por ello padece una enfermedad para la que necesita tomar una medicina a diario. Salió de Siria y aún así, los shabbiha la persiguieron fuera del país, amenazándola, pero ella tiene una fe firme y está decidida a seguir adelante con su revolución)
[1] Dirigido por Samir Geagea, aunque fundado por la familia Gemayel como milicia del partido de las Falanges Libanesas, se trata de un partido en teoría laico, pero fundamentalmente apoyado por cristianos que, especialmente desde el asesinato de Rafiq al-Hariri en Líbano en 2005 (cuando fue devuelto a la legalidad tras once años fuera del juego político debido a que el régimen sirio decretó su disolución), se han unido con fuerza al frente anti-sirio del 14 de marzo.
Quiero contaros lo que me pasó en Siria, aunque no pertenezco al mundo de la política, sino que soy una joven normal que aspira a la libertad de su país, para vivir en una Siria libre, en paz, que goce de democracia y dignidad. Salí de Siria hace unos meses. Siria, país en el que nací y donde me crié, donde hice mi Primera Comunión y donde celebré todas las fiestas. Salí huyendo de Siria debido a una serie de de situaciones que sufrí allí como les sucede a miles de jóvenes sirios.
Salimos en marzo, a comienzos de marzo, yo y un grupo de amigos clamando libertad y llamando al levantamiento contra este régimen represor, pidiendo que Siria sea para su gente. Queremos un parlamento real que nos represente, que represente a los jóvenes de Siria, queremos que las riquezas del pueblo sirio sean para todo el pueblo, sin robos ni corrupción. El pueblo sirio está cansado, ha vivido largas décadas de injusticia y corrupción.
Este régimen opresor nos detuvo a mí y a mis amigos durante un largo período y nos sometió a una terrible tortura dentro de la cárcel. Después nos soltaron y, a continuación salimos a apoyar a la gente de Hama que está siendo asesinada, a la gente de Daraa que también está sufriendo ese destino, a los niños de Homs que están siendo detenidos y torturados... La revolución comenzó a extenderse, a crecer, hasta llegar a todos los rincones de Siria.
En la cárcel fui víctima de una terrible tortura, como cualquier otro detenido de cualquier otra confesión. Sin embargo, los hombres de los servicios de seguridad, los hombres del régimen incitan al sectarismo dentro de la cárcel, intentaban que odiásemos a nuestros hermanos, los musulmanes de Siria, pero nuestra revolución no es la revolución de los musulmanes ni la de los cristianos. Es una revolución contra la injusticia, una revolución por la libertad, por la dignidad. Todo el que abre la boca en Siria y habla y dice “Queremos libertad”, termina detenido y torturado, sin tenerse en cuenta su secta o su adscripción. Pero el régimen desde el principio de la revolución está intentando utilizar a los cristianos como una carta con la que presionar a Occidente y a los propios cristianos, para meterles miedo.
He estado en Alepo, en cuya universidad estudio, he participado en las manifestaciones en Idleb, en Alepo y en Hama, y seguro que todo el que conoce esas zonas sabe que son zonas muy religiosas, tremendamente ligadas a su credo musulmán. Íbamos juntos, de la mano de los revolucionarios y en ningún momento sentimos ningún tipo de discriminación por parte de ellos. Yo, como joven cristiana, o mis amigos cristianos, muchos de los cuales participan en la revolución, han sido detenidos y seguro que hay muchos nombres de cristianos que han sido detenidos y torturados, y que han luchado tanto en el ámbito político como en el revolucionario.
He querido participar aquí para mandar un mensaje a los cristianos de Siria, a los de Líbano y a los de todo el mundo. Seguro que los cristianos de Siria conocen la verdad y, como dijo el mesías, la verdad los libera. Seguro que los cristianos de Siria saben lo que este régimen les ha hecho a ellos y a los cristianos en Líbano. Este régimen no puede ser de ninguna de las maneras el protector de las minorías ni el protector de los cristianos. Este régimen ha utilizado el pretexto cristiano demasiado, y a la vez ha obligado a exiliarse a los cristianos. Los cristianos de Siria suponían un porcentaje de población del doble de lo que ahora suponen antes de que Hafez al-Asad tomara el poder. Muchos cristianos comenzaron a exiliarse, los cristianos se convirtieron en refugiados. Desgraciadamente, desafortunadamente, acabaron siendo, como se suele decir, “mendigos en las puertas de las embajadas extranjeras”, buscando visados que los llevasen a Europa o a América, debido a la pobreza y a la marginación a la que fueron sometidos los cristianos en Siria, cuyas posesiones fueron confiscadas. El régimen sirio ocultaba el trabajo de los cristianos como si no importara. Los cristianos consideraban que él era su protector, su garantía, mientras que los cristianos de Siria han vivido siempre en esta tierra y jamás se han visto sometidos a ningún tipo de maltrato por parte de su gente con la que han convivido a lo largo de la historia. Cuando llegó este régimen represor, detuvo a muchos cristianos durante años y los obligó a exiliarse.
Hay muchos nombres que brillan en el liderazgo político, por ejemplo el señor George Sabra[2], personas que fueron detenidas y tiradas en un calabozo solo por expresar su opinión de forma pacífica. De mi provincia, destaca el doctor Yaqub Musa[3], solo por expresar su opinión sobre la revolución siria, solo por expresar su solidaridad moral con la revolución siria, fue metido en un calabozo, a pesar de que tiene setenta años y padece de corazón.
Este régimen no puede ser el protector de los cristianos. El régimen que asesinó a los cristianos en Líbano no puede ser el defensor de los cristianos en Siria y ellos lo saben bien. El régimen siempre intenta hacer ver que la opinión de los cristianos está poco clara y es confusa. Pero la realidad no es así: los cristianos de Siria saben perfectamente quién es el que mata, quién es el que secuestra y quién es el que tortura. Es él quien maltrata a los sirios.
Solo quiero lanzar un mensaje a los cristianos de Siria y Líbano que están de parte del régimen. Quiero decirles que dónde están cuando hay gente como Michel Kilo[4], que estuvo detenido durante años, o George Sabra, o Musa Yaqub, o Rula al-Zahar[5], o gente como yo y decenas de miles de jóvenes cristianos que hemos sido detenidos y torturados y ninguno de vosotros, tristemente, ninguno de los líderes religiosos y políticos cristianos ha preguntado por nosotros mientras estábamos siendo maltratados, encerrados en las cárceles. Muchos amigos míos cristianos y yo nos hemos desligado de nuestras familias, nos hemos convertido en refugiados fuera del país. Estamos cansados, totalmente diseminados por el mundo, exilados lejos de nuestro país sin nuestras familias. ¿Dónde estáis, qué pensáis? ¿Por qué nos os habéis puesto de nuestra parte, por qué no nos habéis protegido, por qué estáis de parte de y protegéis a este régimen? El régimen nos ha perseguido, detenido y torturado.
Tengo que agradecer mucho al partido de las Fuerzas Libanesas que nos ha acogido y ha intentado hacer que nuestras voces se oigan como cristianos sirios. Desgraciadamente, los cristianos sirios no tenemos un soporte político que nos apoye. Solo ahora hemos comenzado a consolidarnos y a movilizarnos en bloques. Por ejemplo está Cristianos de Siria por la Democracia, un grupo que han fundado importantes figuras del cristianismo para apoyar a la revolución siria. También está el Bloque por Siria, que está formado por un importante número de siriacos sirios que apoyan la revolución siria. Pero, por desgracia, nos duele y entristece mucho la postura de algunos hombres de religión. Me enfada mucho cuando sale algún hombre de religión libanés cristiano (a defender al régimen). Soy una joven cristiana, me considero como parte de la religión del mesías. Cuando salgo de la cárcel torturada y nadie pregunta por mí, ni por ningunos de mis amigos cristianos (me duele).
A los cristianos en Siria les quiero decir una última cosa. Es cierto que hay quien dice que los cristianos tienen miedo del futuro, lo mismo que les sucede al resto de minorías. Yo, como cristiana y como siria, también tengo miedo del futuro, como cualquier otro sirio, pero el miedo de los cristianos se enmarca en un miedo general que tienen todos los sirios del futuro. Este miedo es resultado de la enorme represión que ha ejercido el régimen, resultado de la incitación al sectarismo que el régimen intenta implantar. Claro que tenemos miedo del futuro, miedo de la complicada situación, de los postulados ante los que el régimen nos hace ser precavidos. El régimen está empujando al país a problemas, a complicadas luchas sectarias. Debido a la ingente represión, el régimen está atrayendo al país la ocupación, las injerencias extranjeras. Nosotros empezamos esta revolución de forma pacífica y no queremos eso, pero por desgracia, llegamos a una situación a la que no queríamos llegar. El régimen nos ha llevado a ella. Ese es el verdadero miedo de los cristianos, que es el mismo miedo que tiene todo el mundo es Siria.
No hay que tener ningún miedo por los cristianos de Siria ni por las minorías, porque los revolucionarios han confirmado en todas y cada una de las ocasiones, cada día, en cada manifestación, en todo movimiento, que ellos están muy alejados del sectarismo porque saben que el sectarismo solo beneficiará al régimen y desintegrará a la sociedad siria. Eso es algo que todos nosotros desde el primer día de la revolución estamos intentando evitar y así seguiremos, si Dios quiere, hasta el último día.
Los cristianos de Siria pertenecen a esta tierra y mueren y nacen aquí. Seguiremos siempre en esta tierra. Ni el régimen sirio, ni nadie, podrá luchar contra nosotros ni echarnos. Todos somos sirios, todos somos uno y nos quedaremos en esta tierra.
(Presentador: Este es el testimonio de la joven activista cristiana siria, Hadeel Bashar al-Kuki, que supone una respuesta contra aquellos que afirman que los cristianos rechazan la revolución y que están de parte del régimen por muy injusto que sea. La injusticia no tiene religión, ni confesión, ni identidad. Hadeel, de 20 años, hija de la provincia de Hassake, fue detenida en Alepo tres veces y fue torturada, y por ello padece una enfermedad para la que necesita tomar una medicina a diario. Salió de Siria y aún así, los shabbiha la persiguieron fuera del país, amenazándola, pero ella tiene una fe firme y está decidida a seguir adelante con su revolución)
[1] Dirigido por Samir Geagea, aunque fundado por la familia Gemayel como milicia del partido de las Falanges Libanesas, se trata de un partido en teoría laico, pero fundamentalmente apoyado por cristianos que, especialmente desde el asesinato de Rafiq al-Hariri en Líbano en 2005 (cuando fue devuelto a la legalidad tras once años fuera del juego político debido a que el régimen sirio decretó su disolución), se han unido con fuerza al frente anti-sirio del 14 de marzo.
[2] Miembro del Consejo Nacional Sirio y reconocido opositor
cristiano.
[3]Intelectual cristiano crítico con el régimen.
[4] Reconocido opositor cristiano que actualmente, desde
hace unos meses, reside en Francia.
[5] No hemos encontrado ninguna información.
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